7-Viaje por Alemania y Alsacia: El Palatinado

 

4.- Ruta del Palatinado: COBLENZA-BADEN-BADEN.

Destaca: HEIDELBERG.

La Autopista A61 viene desde Koblenz y sigue dirección Maïnz, donde se toma la A31. Es en esta donde se coge la salida 58 para llegar a Worms, nuestro primer destino en la zona palatina.

WORMS

www.worms.de/tourismus

Llegamos a las 14:40 (km.2409.9) al primer Parking (de pago) que vimos al entrar en Worms. Lo primero que hicimos fue buscar la Oficina de Información, donde nos despacharon enseguida con un par de folletos en ingles. Hace un calor infernal hoy.

Worms, perteneciente al estado de Renania-Palatinado, es famosa, entre otras muchas cosas, por el vino blanco Liebfraumilch, lo que no nos hace olvidar que estamos en una ruta vitivinícola todavía. Pero la historia de Worms es mucho más interesante.

Durante la 2ª Guerra Mundial, Worms resulto muy dañada, aunque todavía pueden admirarse las Ruinas de las Fortificaciones y de la Muralla Medieval, así como la Catedral Románica de San Pedro de los siglos XII y XIII. El impresionante Memorial Martín Lutero, realizado en 1868, recuerda el nacimiento del Protestantismo en la ciudad y la figura de su creador.

Worms fue sede de una importante comunidad judía alemana y se conservan aún bastantes vestigios de ella, como la Sinagoga de los Hombres, de 1174 (aunque ha sido reconstruida en varias ocasiones posteriores); el Museo Judaico de Raschi (1982), fundado en memoria del erudito talmúdico Rabino Solomon Ben Isaac; un Mikwe o Baño de Mujeres, y el Cementerio Judío, que es el más antiguo de Alemania. Solo vimos la fachada del Museo Judaico, que estaba cerca de donde aparcamos, y a las 16:30 ya estábamos saliendo de la ciudad, con la sensación de que nos hemos dejado mucho por ver.

Ahora nos dirigimos por la carretera 47 hasta Lorch, dirección Bensheim, y luego por la 460 hasta Heppenheim, un lugar que hemos visto con muchísimo movimiento de gente, hoteles y restaurantes, porque deben comenzar aquí los bosques y colinas situados entre el río Main y el Neckar. Aquí tomamos ya la carretera 3 que nos lleva a Heidelberg, a donde quedan 24 km.

HEIDELBERG

www.cvb-heidelberg.de

www.heidelberg.com

A las 18:00 estamos buscando donde aparcar en Heidelberg. Al final nos quedamos en un Parking de pago que nos encontramos enfrente del Castillo. Recorrimos el patio interior, al que se puede acceder fuera de las horas de taquilla, y los jardines que lo rodean. En ellos se estaban preparando un festival de danza y música, cuyas entradas se vendían allí mismo ¡¡Un espectáculo así debe ser digno de verse en tan excepcional escenario!!

Desde el Castillo nos enamoramos de Heidelberg  y se nos olvidaron todos los problemas de circulación y aparcamiento que habíamos vivido. Quisimos empezar a conocerla enseguida, empezando por la noche. Buscamos un Camping en nuestra guía y vimos uno llamado Camping Heidelberg-Schlierbach, justo debajo de donde estábamos. Seguimos la B37, por la Schlierbacher Landstrabe, que es la vía que corre paralela al río Neckar, y enseguida aparecieron las indicaciones. A las 19:45 (km.2492,9) estamos instalados y tomándonos un par de cervezas alemanas.

Heidelberg es la más antigua ciudad universitaria alemana y una de las mejores zonas económicas del país. Es una ciudad romántica, cosmopolita y dinámica, y según la información que encontramos, une dos contrarios difíciles de congraciar: Mito y Modernidad, pero es absolutamente cierto. Aquí se descubrió el primer resto fosil de Homo Heidelbergensis, de hace unos 600.000 años, que fue, hasta descubrirse Atapuerca, el fósil humano más antiguo de Europa. Pero es más conocida por ser la ciudad del Romanticismo, gracias a los artistas alemanes del siglo XIX que la inmortalizaron en sus obras, tales como Grimm, Goethe, Eichendorff o Friedrich Hölderlin (1770-1843) quien afirmó que Heidelberg era “…de las ciudades patrias la más bella…”.

Con la información que nos han dado en el Camping tomamos el autobús que para en la misma puerta, pidiendo al conductor un Ticket de Grupo de 24 horas. Nos bajamos en la Bismarck Platz, la última parada en el centro, y desde allí emprendimos el camino hacia el Casco Antiguo por la Hauptstrabe, la calle peatonal y comercial que atraviesa Heidelberg. A medida que nos acercábamos al Casco Antigo, el ambiente se animaba considerablemente y había muchos locales abiertos. Uno de los más emblemáticos es “El Buey Rojo”, un local de 1703 que reunía a las antiguas hermandades de estudiantes. Los estudiantes de hoy siguen haciendo caso de su máxima: “Si quieres recuperarte después de empollar como un animal, coge tus cosas y vete al Buey…”.

Después de cenar, llegamos hasta la Plaza del Mercado, con mesas a la luz de las velas y con el Castillo iluminado al fondo. ¡¡¡Que bonito!!! Pero aunque el ambiente del centro de Heidelberg no decaía, decicimos marcharnos y tomamos el autobús en la parada de la Neckarmunzg Plazt. Debíamos coger el Bus-35 y bajarnos en la parada marcada como Schlierbach Im Grund. A las 23:30 estábamos ya acostados.

16-07-2008 MIERCOLES

A las 11:00 salíamos del Camping. Ayer vimos una zona residencial, justo enfrente, donde podemos aparcar. No hay que poner Ticket de Parking. Como nuestro billete de bus vale para todo el día de hoy, podemos visitar Heidelberg sin problemas.

Nos bajamos en la parada del Alte Bruke, que lamentablemente estaba completamente cubierto por obras, pero aún pudimos ver algo y observar desde él el Castillo. El primer puente sobre el Neckar, de madera, era de 1248. Hasta 1786 no se construyó un puente de piedra, uno de nueve arcos de arenisca roja al que se le puso el nombre del Príncipe Elector del momento, Karl Tehodor. La Puerta de Entrada Sur, con sus dos torres blancas, también data de esta época. Durante los últimos días de la 2ª Guerra Mundial el puente fue volado, pero en 1946 se rescataron las piedras del río y el puente se reconstruyó por completo al año siguiente. Cuenta la historia que junto a la Torre Norte del Puente Viejo se situaba un mono que mostraba un espejo a los paseantes. Cuando en 1689 se derribó tanto el puente como la torre, también desapareció el mono. En 1979 se realizó una escultura modernista del Mono del Puente que se ha colocado en la Puerta de Entrada Sur. Es una de las imágenes más fotografiadas de Heidelberg, literalmente “tomada” por un nutrido grupo de japoneses cuando nosotros llegamos, con lo que no pudimos fotografiarle ni de lejos.

Desde la Puerta del Puente se accede a la Calle Steingasse del Casco Antiguo. Lo primero que se puede ver son varias casas renacentistas muy bonitas, como la posada “Zum Goldenen Hecht”, “El Lucio Dorado”. Siguiendo por aquí encontramos la conocida como Casa Ritter, una de las más bellas fachadas de Heidelberg. Construida en 1592 por un comerciante de paños, fue la única casa renacentista burguesa que se salvó de la destrucción y el posterior incendio que asolaron el Castillo y la ciudad durante la Guerra del Palatinado, el 22 de mayo de 1693. Desde 1705, y completamente restaurada, es un Hotel y Restaurante.

Luego nos acercamos a la Plaza del Mercado donde encontramos un animado mercadillo callejero que rodeaba la Iglesia del Espíritu Santo. En esta iglesia gótica de los siglos XIV-XV, están sepultados los Príncipes Electores del Palatinado. Es la iglesia más grande de la región y su torre tiene una altura de 82 mt. Fue destruida durante el incendio de 1693 y reconstruida en 1700. Desde entonces ha sido utilizada alternativamente por católicos y protestantes, llegando a construirse un muro de división que no desapareció hasta 1936. En la plaza se encuentra también la Fuente de Hércules, de 1701, y el Ayuntamiento, reconstruido el mismo año, que posee una torre con carillón cuyo sonido puede escucharse todos los días a las 12:00, a las 16:00, y a las 19:00 horas.

Nuestro paseo nos lleva ahora hasta la Estatua de la Virgen barroca (1718) situada en el Kornmarkt o Plaza del Mercado del Trigo, y poco después hasta la Plaza de la Universidad. La Universidad fue fundada en 1386 por Ruperto-I, siendo la tercera del Imperio (después de las de Praga, 1348 y Viena, 1365) y la primera de Alemania. El edificio de la Vieja Universidad fue construido en 1712 y el de la Nueva Universidad en 1933. Nuestra información nos dice que son dignos de visitarse tanto el Museo de la Universidad (www.uni-heidelberg.de), como la Cárcel de los Estudiantes, en la Calle Augustinergasse, pero nosotros no visitamos ninguno de los dos sitios. Estábamos ansiosos por subir al Castillo, y fue lo que hicimos desde el Casco Antiguo, por una empinada y empedrada cuesta que va a dar directamente a las taquillas.

En el terreno de un Castillo medieval, en una terraza saliente del Monte Königsstuhl, domina uno de los testimonios culturales alemanes más importantes, el Castillo de Heidelberg, que es considerado el Castillo en ruinas más grandioso de Alemania. Durante cinco siglos fue la residencia de los Príncipes Electores del Palatinado, tiempo durante el cual fue casi destruido en varias ocasiones. Las ruinas se convirtieron en el símbolo de toda una época, la del Romanticismo alemán.

En el año 1300 se modificó como Castillo defensivo y en el siglo XVII como Palacio Renacentista. En 1693 fue casi convertido en ruinas tras la Guerra del Palatinado y vuelto a reconstruir para ser de nuevo atacado por un rayo y un posterior incendio en 1764. Hoy, en contra de todos los planes de renovación y gracias a medidas de conservación monumental, se ha mantenido en su estado de semi-ruina.

Nada más pasar las taquillas se encuentra el Patio Principal, con el Gläserner Saalbau y su Campanario del siglo XVI, y los principales edificios: el Friedrichsbau (1605) y el Ottheinrichbau (1560). El Friedrichsbau (Edificio de Federico) es un Palacio Renacentista restaurado, con 16 antepasados en las hornacinas de la fachada. En este edificio se encuentra la Capilla, el Salón del Rey y el Edificio de las Doncellas, todo visitable de forma guiada y con una entrada aparte que no llegamos a sacar, lo que si visitamos fue la Bodega donde se encuentra el Gran Tonel, una enorme barrica con capacidad para 222.000 litros de vino que mandó construir (y rellenar) Karl Theodor hacia 1751, y para el que hicieron falta 130 troncos de roble. Una escalera permite ascender hasta la parte más alta y verlo desde arriba y por detrás.

El  Ottheinrichbau (Edificio de Ottheinrich) es una de las fachadas renacentistas más bellas de la época de este Príncipe Elector (1502). Se ha conservado en ruina, aunque en sus sótanos se encuentra el Museo Farmacéutico Alemán (www.deutsches-apotheken-museum.de). Fundado en 1957, fue una de las visitas más bonitas e interesantes que hicimos. Muestra la historia y el desarrollo de la farmacia desde la Antigüedad hasta el siglo XX (con una explicación del desarrollo de la Aspirina Bayer por ejemplo), así como varias reproducciones de farmacias antiguas con sus muebles, vasos, tarros de cerámica (alemanes, italianos, holandeses…) y utensilios médicos, a cual más bonito, pero también todos aquellos elementos, animales, naturales o artificiales, utilizados en medicina desde la Edad Media. Más abajo aún, se podía admirar la reproducción de un laboratorio alquimista, con sus pipetas, jarras de decantación, hornos, morteros, alambiques, etc que era una auténtica maravilla.

No se puede dejar de entrar los Servicios del Castillo, (se paga un euro) porque están cubiertos de cuadros donde se pueden ver monedas y billetes de todas las épocas y de todas las partes del mundo.

Ya solo nos quedaba entrar a través del Gläserner Saalbau (Salón de los Espejos), y su Torre Campanario que tiene un reloj de sol en la fachada. Este edificio que si que está restaurado, es el acceso a una balconada muy amplia desde donde se obtienen magníficas vistas de Heidelberg, el Neckar y el Paseo de los Filósofos, el paseo situado al otro lado del río y desde donde los poetas que cantaron el romanticismo alemán contemplaban el Castillo.

Solo nos quedaba volver a recorrer la parte exterior. La Torre de Defensa es una derruida construcción que sirvió en su día para conservar en seco la pólvora. En 1693, expertos franceses consiguieron volarla pese a sus muros de 6.5 mt de espesor. Otros restos que pueden verse muestran la imponente arquitectura militar del edificio, pero que no pudieron escapar a la destrucción de 1693.

Al salir nos encontramos con la puerta que conserva una Argolla de Leyenda. Luís-V mandó construir en 1620 una Torre de Defensa llamada Torturm (Puerta Fortificada), que cuenta con un Rastrillo y un Foso. En la parte de arriba está instalada la vivienda del vigilante de la Torre. Según se dice, instaló una pesada Argolla en la puerta y prometió que quien pudiese romperla con los dientes se convertiría en dueño del Castillo (¡¡lo intentamos!!, jeje). Otras posibilidades a visitar en Heidelberg son:

Museo del Electorado Palatino: www.museum-heidelberg.de

Museo Zoológico de la Universidad: www.web.zoo.uni-heidelberg.de

Museo del Bonsái: www.bonsai-centrum.de

Mueso de Arte y Liturgia Sagrados: www.cvb-heidelberg.de

Centro Cultural y de Documentación de Gitanos y Romaníes Alemanes: www.sintiundroma.de

Museo Casa Cajeth: www.cajeth.de

Colección Prinzhorn: www.prinzhorn.uni-hd.de

Que toda despedida vaya de la mano con la intención de volver”, dice nuestro librito, y ese fue nuestro deseo cuando abandonábamos una de las ciudades más dinámica, jóven, bonita, y encantadora que hemos visitado nunca. Heidelberg tiene nuestra promesa de vuelta.

BADEN-BADEN

www.baden-baden.com

Salimos de Heidelberg siguiendo las indicaciones de la carretera 3, pensando en seguirla hasta Baden-Baden. Nos imaginábamos que por esta carretera nacional encontraríamos mejores paisajes que por la Autopista, pero tras unos cuantos kilómetros de bastante tráfico, absoluto hastío y sin nada digno de mención, a las 15:24 decidimos tomar la Autopista A5 en Bruchsal, dirección Basel, ya que en Alemania son gratuitas. Enseguida encontramos la indicación de la salida 51 a Baden-Baden.

Nos detenemos en la Oficina de Información, cuya entrada está muy bien señalizada y preguntamos. Con un poquito de español nos dicen que todos los aparcamientos de la ciudad son subterráneos. Es mejor dirigirse al Área de Parada para ACs, muy cerca de donde estamos, y visitarla en autobús, que se toma muy cerquita. El “Área” es un simple descampado, pequeño y de tierra, al lado de un aparcamiento para vehículos (con un malicioso tope de techo a menos de 2 mt de alto) y un pequeño parque. No obstante había varias ACs y paramos allí a las 16:23 (km.2601,2).

En el autobús 201 volvimos a pedir un Ticket de Grupo de 24 horas (City Karte). Nos bajamos en la parada final, en Leopoldsplatz, tomando buena nota de que la parada de la vuelta llevaba el nombre de Ebertplatz.

Se dice que en Baden-Baden, situada entre los espesos bosques del Valle del Río Oos, en la zona norte de la Selva Negra, fue el mismísimo emperador romano Caracalla quien descubrió las beneficiosas aguas de sus termas, entre escaramuzas con las tribus germanas. Desde entonces, la conocida en todo el mundo como “Balneario Mundial de la Selva Negra”, la exclusiva ciudad del Spa, de 2.000 años de antigüedad,  remite a una época dorada e intemporal en la que las dinastías reales europeas acudían a sus Balnearios, junto a los más notables representantes de la política, las finanzas y las artes del siglo XIX.  El Teatro, la Opera, el Hipódromo y las mundialmente famosas Termas, confieren a esta ciudad un elitismo, lujo y bienestar, difícilmente alcanzables para la mayoría de la gente.

La Kurhaus, es el centro del complejo balneario que alberga en su interior el Casino más famoso y lujoso del país, que recibe al año más de 600.000 visitantes. En sus mesas han jugado personajes como Bismarck, Marlene Dietrich o Dostoiesvski, quien se inspiró en él cuando escribió su novela “El Jugador”. Es el centro social de Baden-Baden y escenario de suntuosas galas, conciertos y bailes, y actos mediáticos.

La ciudad cuenta con un centro muy animado, unas calles con cierto encanto para ser recorridas, y un magnífico parque con más de 300 especies diferentes de árboles y plantas originales, la Lichtentaler Allee. Nosotros empezamos recorriendo el centro y llegamos hasta las instalaciones de la Terme di Caracalla, pasando antes por el Friedrichsbad, muy frecuentado por la gente de aquí, por lo que vimos. Nos internamos en otra calle comercial llena de tiendas de artesanía, ropa exclusiva, heladerías y puestos de  souvenirs. No nos seducía demasiado.

Desembocamos en la Lichtentaler Allee que, aunque no la recorrimos mucho, es preciosa. Según la información que habíamos recogido, se pueden encontrar, además de las variedades de plantas y árboles, distintos puentes muy adornados que cruzan el río Oos, muchas vías para pasear o montar en bicicleta, y unas buenas vistas de las Mansiones y lujosos Hoteles que se sitúan a su orilla. Al final, se puede pasear por el Jardín de Rosas Gönner, que nos recomendaron vivamente en la Oficina de Información. Vimos la Trinkhalle, un corredor construido entre 1839 y 1842 con columnas corintias y 14 frescos en sus paredes, cuyas salas se utilizan como Café, tienda, venta de entradas y Punto de Información, aunque a estas horas estaba cerrado. Por detrás de la Trinkhalle se accede a una Cascada y más allá comienza el Michaelsberg (Monte Miguel) desde donde se pueden realizar varios paseos. Otras posibles visitas:

Museo de la Antigua Cultura del Baño: www.badruinen.de

Museo Municipal de Baden-Baden: www.bad.bad.de

Casa de Brahms: www.brahms-baden-baden.de

Colección Frieder Burda: www.sammlung-frieder-burda.de

Neues Schloss (Castillo Nuevo): www.neues-schloss.com

Iglesia Rusa: Lichtentaler Strasse, 76     /       Kloster (Convento) Lichtenthal: Hauptstrasse, 40

Iglesia de Autopista San Cristobal: En la Autopista A5, antes de llegar a Baden-Baden

Monte Merkur y Funicular Merkur: www.stadtwerke-Baden-Baden.de

Hipódromo Iffezheim: www.baden-galopp.com

Friedrichsturm (Torre Friedrich): Panorámica de 360º sobre la Selva Negra, en lo alto del Badener Höhe.

 

A las 19:00 estábamos ya en marcha para buscar la carretera 500, la que nos internaría en la Selva Negra, pero primero teníamos que salir de la ciudad. Vimos en el plano que el Michaelstunnel atraviesa todo Baden-Baden sin tener que callejear por el centro y enseguida estábamos en las afueras ¡¡¡que magnífica idea!!!

 

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