5.- Ruta de la Selva Negra: BADEN-BADEN-FRIBURGO.
Destaca: SCHILTACH.
La carretera 500 es la llamada “Schwarzwaldhochstrasse” (no intenten pronunciarlo) o Alta Carretera Panorámica de la Selva Negra, que comienza en Baden-Baden y, tomando dirección sur, termina en Freudenstadt. El resto de la carretera estatal 500, que lleva hasta la frontera, pasa por lugares tan bellos como las Cataratas Triberg, o el Lago Titisee. Del resto de la Selva Negra, solo llegamos a conocer Friburgo.
Para nosotros visitar la Selva Negra constituía una vieja aspiración situada casi en los límites de la irrealidad no alcanzable. Pero hoy estamos ya inmersos en ella. Me resulta muy difícil describir las sensaciones que nos embargan mientras contemplamos los altos, frondosos y oscuros murallones de abetos que nos circundan mientras seguimos la carretera 500. Solo me es posible explicarlo diciendo que los sueños si que se cumplen.
A las 18:00 (km.2624,8) nos hemos estacionado ya en el Camping Herrenwies y nos disponemos a disfrutar del paisaje que se contempla desde aquí mismo. El sitio es precios y las instalaciones nos parecieron correctas y limpias.
17-07-2008 JUEVES
Anoche nos visitó un zorro que hizo de las suyas llevándose una de nuestras sandalias Tuckland, las buenas. Nos consoló la agradable conversación con una campista alemana que tuvimos en la mañana. Hoy cumplimos 10 días de viaje, estamos en el meridiano de nuestras vacaciones, y además en la Selva Negra. Salvo una zapatilla Tuckland, no se puede pedir más. A las 11:35 ya estamos de nuevo en la carretera y enseguida volvemos a situarnos en la 500. Tenemos 15º de temperatura, pero no hace frío ni viento. A las 11:56 (km.2639,9) estábamos aparcando en el Parking (gratuito) del Lago Mummelsee. Para nosotros este lago de cráter era una sorpresa, pues no sabíamos nada de él hasta no verlo en el mapa, ya de camino.
El Lago Mummelsee está idílicamente situado en una cueva al pie del Monte Hornisgrinde. Se trata de un lago de cráter que se formó en el hoyo de un glaciar a 1036 mt. de altura, con lo que es el más alto de la Selva Negra. Tiene 290 mt de largo, 195 mt de ancho, y una profundidad de unos 20 mt. La zona es un popular destino de excursiones y cuenta con un par de puestos de comida rápida (hay un hotel-restaurante que están reformando), una gran tienda de souvenir y de productos alimenticios, juegos infantiles, e incluso muestras artísticas. También se pueden alquilar unas barcas a pedales para recorrerlo. El lago se rodea en un bonito paseo del que parten otros senderos y caminos.
En el pueblo de Kniebis, situado a 980 mt. de altura, hacemos una parada para repostar a las 13.25 (km.2658,8) Gas-oil (32,7 l. a 1.529 E = 50 E). Es la primera vez que repostamos en Alemania y la diferencia de precio es bastante significativa.
Ahora circulamos por la carretera B28 entre Kniebis y Freudenstad, y en medio de estos bosques vemos una señalización de Camping. Al llegar a Freudenstad, capital del distrito y uno de los más importantes centros turísticos de la Selva Negra Norte, tomamos la carretera 249 dirección Friburgo. Al llegar a Alpirsbach, por cierto un sitio muy guapo, también vemos un Camping. A las 14:07 nos detenemos en Schiltach porque queremos pasear un poco por este lugar que, a priori nos parece muy bonito. Lo que no sabíamos es que íbamos a encontrar el “pueblo estrella” de esta ruta. Schiltach es una auténtica maravilla.
SCHILTACH
Nuestra guía califica Schiltach como “salido de una estampa de cuento”, y la verdad, la definición se queda corta (la fotografía de la guía tampoco le hace justicia). Su Casco Histórico se distingue por un conjunto único de casas con entramado de madera centradas en su preciosísima plaza inclinada, pero que se distribuyen por todas las calles adyacentes y el resto de la ciudad. En la Plaza del Mercado, de época medieval, se encuentra una Fuente y el Ayuntamiento (Rathaus) del siglo XVI. Es también la sede de la Oficina de Información, y en su vestíbulo se puede admirar un bonito Reloj Astronómico de Johannes Pfaff.
Hace casi 2.000 años los romanos construyeron por aquí una avenida que, desde Estrasburgo, terminaba en Rottweil a lo largo del Valle de Kinzigtal, aunque la primera mención escrita de la ciudad data de 1275. La familia Württemberg se apoderó del territorio en 1381 (la población se hizo entonces evangélica) y estuvo en su poder hasta que en 1810, con las Guerras Napoleónicas, pasó a formar parte del Ducado de Baden. La economía de Schiltach se basaba en el Transporte Fluvial de Madera, que llegaba hasta Holanda, hasta que en 1894 la última balsa bajó por las aguas del río Kinzig. Los curtidores de cuero también eran tradicionales en la zona, y hoy, aún conserva la última Curtiduría de Cuero Artesanal de la Selva Negra.
Al entrar en la ciudad vimos una señal de Aparcamiento para ACs que seguimos. Fuimos a dar a un agradable parque con aparcamientos (no hay mucho sitio para las ACs) al lado del río, justo detrás de la Curtiduría de Cuero, que estaba todo rodeado de bellísimas casas con entramado de madera y colores preciosos. Desde este parque se inicia un paseo entre el bosque y el pueblo que llega hasta el Camping y alcanza el final de la ciudad, donde se encuentra la Iglesia Evangélica, del siglo XIX, que es una de las más grandes iglesias protestantes de Baden.
Luego nos fuimos a visitar el pueblo que nos iba admirando con cada casa que encontrábamos. Al llegar a la Plaza del Mercado, nos quedamos petrificados de lo bonita que era. La Plaza, reconstruida tras sufrir tres grandes incendios en 1590, tiene una curiosa forma triangular y está inclinada, lo que hace que las casas aparezcan como apiñadas unas encima de otras. El lugar más alto lo ocupa el Ayuntamiento que posee el característico frontón escalonado de la Selva Negra desde la última reconstrucción en 1905. Las pinturas de la fachada son de 1942. La Fuente es del siglo XIV, aunque se renovó completamente en 1750 tras otro incendio. Está coronada por un León con un Escudo, símbolo del mercado, cuyo privilegio contaba Schiltach desde 1430.
Se pueden visitar tres Museos. El más bonito y curioso es el Museo del Aserradero, cuya visita es gratuita (se deja la voluntad), situado en lo que fuera el Aserradero Antiguo de la ciudad, centro de su base económica, y que permaneció en funcionamiento hasta 1931. La rueda hidráulica tiene un diámetro de 6.3 mt, es una de las más grandes de Alemania y aún hoy sigue en movimiento y genera corriente. En el Museo, además de observar la rueda y todo el funcionamiento hidráulico del aserradero, se puede conocer la técnica del tradicional transporte en balsa (hay una balsa expuesta al otro lado) y la vida de los balseros y madereros, con instrumentos, indumentaria, maquinaria, tipos de madera y sus usos… La verdad muy bonito. Los otros Museos son el Museo de Farmacia en la Plaza del Mercado, y un poco más alejado de la ciudad, el Museo Hansgrohe, dedicado a los baños termales, con pinturas de la antigua Grecia y la historia de la toma de baños. Aún hay otro pequeño Museo del Mercado (gratuito) en la Plaza.
El Puente de la Ciudad se sitúa en la antigua vía romana que al pasar por aquí, le dio nombre (Schilt=descenso; ach=agua). Cruza el pequeño río del mismo nombre y desde él se divisa la confluencia con el Kinzig, el principal río de la zona. En lo alto, por detrás de los tejados de las casas, se puede divisar, en el Schlossberg (Monte del Castillo) lo que queda del antiguo Castillo fronterizo de Schiltach, construido en el siglo XIII con propósitos defensivos, y que más tarde se utilizó como guarnición. Fue derribado en 1825, pero desde lo alto se cuenta con magníficas vistas (nosotros no subimos, lo pone en la guía, aunque visto desde abajo, tiene que ser verdad).
Pero lo más bonito siguen siendo las casas. Nosotros recorrimos muchas de sus calles, y no solo las principales, porque en todas seguían siendo bonitas las casas y muy curiosas por detrás, porque eran más altas. Luego leímos en la guía que una de las curiosidades de la ciudad es “la ciudad de atrás”, para observar las altas casas de dos pisos que por detrás alcanzaban mucho más debido a las inclinaciones de las calles. Son las llamadas “Ackerbürgerhäuser”, casas de artesanos que además cultivaban los campos o mantenían ganado y situaban su taller, almacén o establo en esta zona trasera.
De vuelta a la Plaza del Mercado nos sentamos muy cómodamente en la terraza del bonito Café Kaffeebohne a descansar un ratito mientras no podíamos dejar de contemplar la maravillosa Plaza. Después, a las 16:25, y con pena, nos marchamos.
Tomamos poco después la carretera 33 en dirección Triberg. A las 17:00 y la altura de Niederwaser, nos paramos a fotografiar un enorme Reloj de Cuco que se encuentra en la misma carretera, con un Parking expreso para detenerse (en la guía pone que pertenece al término de Hornberger). Estamos en la llamada “Ruta Alemana de los Relojes de Cuco”, la más reciente ruta turística de la Selva Negra, ya que fue inaugurada en 1992. Tiene 320 km y se extiende desde Willingen-Schwenningen por numerosas carreteras que atraviesan los valles, siguiendo los caminos que recorrían los antiguos “Portadores de Relojes” para vender su mercancía. A todo lo largo se pueden encontrar Museos, Relojes enormes, curiosidades y sobre todo talleres y tiendas especializadas en la venta de este tradicional producto de la Selva Negra. Vimos muchos durante nuestro recorrido, pero…¡¡¡tienen un precio prohibitivo!!!
TRIBERG
A las 17:32 (km.2738,5) paramos en Triberg, ciudad situada en la pendiente de un valle cerrado, muy conocida por su Salto de Agua. Cuenta también con un Museo de Relojes y Organillos de la Selva Negra, pero entrando en la Tienda “La Casa de los 1.000 Relojes” se pueden ver a montones y a cual más bonito (no se puede fotografiar la tienda, lo avisan en un cartel).
Aparcamos en un Parking muy cerca del Área de Pernocta para ACs (ya dije que es muy pequeña y que se encuentra siguiendo las indicaciones) y nos fuimos a la Oficina de Información que está muy cerquita. Esta ciudad está mucho más turisticamente masificada que los encantadores pueblecitos que venimos encontrando. En la Oficina nos informan (en ingles) de que el paseo de la Cascada tiene muchos tramos cortados al tránsito porque acababan de pasar una terrible tormenta que había arrancado varios árboles que dañaron caminos y puentes. Pero que si podemos subir. La entrada está enfrente. En las taquillas nos venden, además de la entrada, una bolsa de cacahuetes. Ya habíamos leído que aquí hay muchas ardillas que se acercan a la gente para comer de su mano.
En la Cascada de Triberg, el agua del río Gutach se precipita en siete escalones por encima de enormes bloques de granito en medio de una garganta boscosa sobre el mismo centro de de la ciudad. Con 163 mt. es el Salto de Agua más alto de Alemania. Hay tres rutas señalizadas (nos entregaron un plano en inglés en taquilla): El Camino de la Naturaleza, que es el más largo (1h30’); el Camino de la Cultura (1h); y el Camino de la Cascada (45’) que es que propiamente sube hasta el inicio del salto (a 890 mt.) y que también recorren los otros dos. Nosotros nos decidimos por éste. A lo largo del camino, muy bien preparado (había leído que se necesita buena forma física para subir, pero no es cierto ¡¡yo lo hice!!), las vistas sobre el salto son preciosas, pero no hay que dejar de observar el bosque, porque ofrece imágenes realmente arrebatadoras. A la vez, uno debe acostumbrar el ojo a prestar atención a cualquier posible movimiento, pues las ardillas salen enseguida al encuentro de los paseantes y es muy fácil fotografiarlas.
También hay carteles que informan de los otros posibles habitantes del bosque, especialmente aves, de las que vimos Pinzón Real, Carbonero Agarrapinos, Arrendajos (estos son bellísimos, y se ven bien), Trepador Corso, y el más especial de todos, el Cascanueces, una especie de córvido que solo se encuentra en la Selva Negra y son muy esquivos.
A lo largo del recorrido de la Cascada hay algunos puentes situados estratégicamente justo enfrente del Salto de Agua, pero como nos advirtieron, estaban cortados al transito por peligro y algunos mostraban importantes daños. Al llegar arriba no hay nada más. Solo otro aparcamiento y la carretera. Así que descansamos un momento y volvimos a bajar. Al llegar a las Taquillas, sobre las 19:30, estaban cerradas, pero el paso estaba abierto.
Había un hueco libre en el Área de ACs, así que esta noche la pasamos aquí.
18-07-2008 VIERNES
A las 9:30 estábamos desayunando en una preciosa Cafetería-Panadería de Triberg y después nos fuimos a recorrer un poco la ciudad. A las 10:40 salimos hacia Shonach, donde se encuentra el Reloj de Cuco más grande del Mundo, y es conocido también porque en sus inmediaciones se encuentra el Trampolín de Saltos Langenwald, donde se celebra cada año el Concurso Internacional de Esquí Nórdico.
El Reloj de Cuco más grande del Mundo es un Reloj privado que construyó Josef Dold Shonach en el patio de su casa (¡¡y que casa!!). Una vez aparcados hay que atravesar su patio para llegar hasta el Reloj, al que se accede por la parte de atrás para pagar la entrada y admirar la compleja maquinaria, toda de madera (muy curioso). Luego se accede a la parte delantera, y hay que esperar a que el Reloj de la hora. Esperamos a las 11:00 y lo vimos salir. Desde luego es simpático y muy bonito.
Al pasar por Furtwangen, leemos en la guía que aquí se encuentra el Museo Alemán de Relojes, que hoy cuenta con más de 8.000 obras expuestas. Nuestro siguiente destino es el Lago Titisee, y volvemos a tomar la Carretera 500. Por el camino, vimos en Shonwald, uno de los muchos Trampolines de Saltos que se anuncian por esta zona. A las 11:46 paramos en Honig, para intentar sacar una fotografía de toda la inmensa belleza que nos rodea, pero la foto se queda corta, no lo refleja. Volvemos a intentarlo otra vez a las 12:00, aunque bien podríamos haber parado a cada minuto, pues esto es todo ello precioso, como decíamos, parecía irreal, como si solo pudiese existir en nuestra imaginación, o saliese de un cuento de hadas, o de un sueño ¡¡Toda la Selva Negra es un paisaje de ensueño!!
A las 12:05, a la altura de Oberhollsteig que tiene un par de Saltos de Trampolín enormes, entramos en la carretera 31, ya con las indicaciones de Titisee-Neustadt. A las 12:17 paramos en uno de los Parking del Lago Titisee. Los parkímetros son de tarifa fija y duran hasta las 20:00 horas.
LAGO TITISEE – LAGO SCHLUCHSEE
La leyenda dice que el Lago Titisee debe su nombre al general romano Titus, quien, en el siglo I de nuestra era, pasó por la Alta Selva Negra con sus legiones y quedó tan entusiasmado con su belleza que le puso su nombre. Los documentos escritos más antiguos que mencionan el lago datan del 1100.
Titisee-Neustadt (www.titisee-neustadt.de ) es una población que se compone de dos barrios: Titisee y Neustadt que están separados por el monte Hochfirs de 1.190 mt. de altura. La localidad adquirió importancia a raíz del lago y del Salto de Trampolín del Hochfirs, donde en el 2001 tuvo lugar la Primera Copa Mundial de Salto de Esquí de la Selva Negra. Hoy es un concurrido destino de excursiones y turismo con muchas posibilidades, desde pesca a recorridos en barcos de pedales o de remos, e incluso cruceros en barcos de pasajeros. Además en la zona hay innumerables hoteles, restaurantes, tiendas y puestos de comida rápida y souvenir que le otorgan un ambiente muy animado.
Nos acercamos a Titisee a preguntar en la Oficina de Información. Allí nos entregan un plano de la zona (en inglés) invitando a realizar el paseo que circunda el lago, de aproximadamente 1h30’. Caen algunas gotas, así que hemos pensado acercarnos a conocer el otro lago de las inmediaciones, el Schluchsee, siguiendo la carretera 500 de nuevo. El lago es muy largo y hay aparcamientos cada poco tiempo. Nosotros seguimos hasta el final y acabamos parando, a las 14:15, en Seebrug, donde está el dique.
El Lago Schluchsee es artificial, y proviene de un embalse situado a más de 900 mt. de altura. Partiendo de un pequeño lago glaciar, en 1932 se construyó en Seebrug un embalse de 35 mt de alto y 250 mt de ancho para la producción eléctrica. En algunos tramos alcanza una anchura de 1,5 km. En sus inmediaciones se practica el Surf y la Vela. Existe un camino de 20 km. que rodea el lago y que se propone como paseo en bicicleta. El paisaje es precioso a esta altura.
Nos dirigimos luego al pueblo de Schlusee, un lugar de vacaciones, con innumerables hoteles y restaurantes, que mantiene alguna avenida con cierto encanto, muy bonitas vistas, y alguna que otra casa entramada. A las 15:00 salimos de nuevo hacia el Lago Titisee y a las 15:30 estamos ya en el mismo Parking (y aprovechando el Ticket). Ahora que el tiempo es muy bueno, decidimos dar el paseo alrededor de lago.
El Lago Titisee es una antigua agua de morrena que el primitivo Glaciar del Oso, dejó al final de la última era glaciar. Situado a 858 mt. de altura, con 2 km. de largo, 700 mt. de ancho, y 40 mt de profundidad, es el mayor lago natural de la Selva Negra.
La ruta que se propone rodea el lago empezando en el embarcadero. Pronto nos encontramos entre el bosque y el lago. El tramo más bonito es el primero, hasta llegar al Camping Sandbak, e incluso hay carteles que recomiendan el retorno por el mismo sitio. Para seguir hay que atravesar el Camping por el medio y salir por el otro lado. Luego el camino se interna en el bosque y se aleja del lago que no se ve. Un poco más adelante se pasa por delante del Camping Bankenhoff, que cuenta con una Colonia Juvenil, y un Área de Pernocta a las puertas. A partir de aquí el camino corre paralelo a la carretera ya por el otro lado del lago que se vuelve a ver. Vemos la señal de un Camping, el Bühlhof, pero se interna en los bosques, al otro lado de la carretera. Pasamos por delante del Camping Weiherhof y decidimos que vendremos aquí a pasar la noche.
A las 17:10 estamos ya de nuevo en el Parking y media hora después estamos instalados en el Camping Weiherhof, un sitio enorme y muy guapo, que se extiende por buena parte de la orilla del Titisee, del que se obtienen bonitas vistas. Ha sido el más caro de todos, pero sus instalaciones son enormes y estupendas y cuenta con una Barbacoa de libre uso. En toda Alemania existe una gran afición a la Barbacoa y muchos campistas utilizan las suyas propias, unas más pequeñas y otras más grandes, pero son muy frecuentes. Es aquí donde conocimos a los valencianos Casimir y Dolors.
19-07-2008 SABADO
A las 11:30 estamos ya listos para salir. Ahora nuestro destino es Friburgo, tenemos 17º de temperatura, está cubierto, hace buenísimo y no hay viento. Enseguida nos situamos en la carretera 31 que indica que faltan 29 km. a Friburgo.
Unos kilómetros más adelante pasamos por un bosque precioso que no conseguimos identificar hasta que casi no se terminó. Este tramo resulta ser la Garganta de Rabean que desemboca en el pueblo de Höllsteig. La Garganta está situada en el llamado Valle Oriental (o Infernal) donde el riachuelo Rabean se despeña de la meseta del alto de Breitnau (de 1.415 mt.) en forma de Salto de Agua de unos 200 mt. Es accesible pasando por escaleras y galerías y también la atraviesa uno de los senderos de la llamada “Ruta de los Molinos de Agua”. No vimos ninguna indicación que avisase de nada de esto, pero sí un cartel que decía que nos encontrábamos en el Alto de Rabean ¡¡Otra vez será!!
FRIBURGO
A las 12:00 estábamos buscando donde aparcar en Friburgo. Vimos señales de una parada de ACs que no encontramos (en la Calle Bissierstrabe, cerca del centro por lo visto), y aparcamos con Ticket de Parking en la zona universitaria (Calle Alberststrabe).
Friburgo de Brisgovia (Freiburg im Breisgau, la denominación es imprescindible, ya que hay otra Friburgo, a secas, en Suiza, y una Nova Friburgo en Brasil) obtuvo la calificación de ciudad en 1120. Los Condes de Friburgo perdieron sus derechos sobre el asentamiento cuando en 1368 los habitantes la rescataron por la suma de 20.000 marcos de plata y se sometieron a los poderosos Habsburgo. Sufrió importantes daños durante la Guerra de los Treinta Años por su carácter fronterizo y a finales del siglo XVII pasó a depender de Francia, hasta que en 1806 perteneció de nuevo a Baden. Durante la 2ª Guerra Mundial la ciudad fue casi destruida. Desde 1952, con la fusión de Baden-Württemberg, es la sede la presidencia del Gobierno del Estado Federal, y capital indiscutible de la Selva Negra.
El edificio más emblemático es la Catedral de Nuestra Querida Señora, de los siglos XIII y XIV. Ha sido alabada como “Obra Maravillosa” y su alta Torre piramidal neogótica, de 116 mt. de altura, fue considerada por el escritor Carl Jakob Burckhard, “la más bonita de la Cristiandad”. Lo que más destaca de su exterior son los llamados “Escupidores de Aguas”, multitud de gárgolas con formas muy dispares, desde animales a personas de todo tipo y en toda clase de posturas grotescas, que rodean la Catedral. También se pueden ver en todo su perímetro distintas figuras de Reyes, Condes, Apóstoles, Vírgenes y Santos, algunos muy deteriorados por la precariedad de la arenisca roja con la que está construida. Una buena parte de la Catedral de Friburgo se encuentra hoy en día en restauración.
En el interior pueden admirarse numerosas vidrieras, algunas muy bonitas, como el Rosetón Gótico de la Nave Norte. La mayoría datan de 1320, cuando adinerados artesanos y mineros las donaron al templo, por eso en algunas vidrieras pueden verse símbolos de estos trabajadores. La vidriera del Rey Maximilian exhibe el Águila Imperial de los Habsburgo. Delante del Altar se exhibía una Virgen con el Niño sobre una Columna. También puede verse un bonito Órgano.
La Catedral se encuentra en la Plaza Munsterplatz, antiguamente y hasta el siglo XVIII, el Cementerio de la Catedral. Estaba muy animada por el mercadillo callejero de los fines de semana, con toda clase de artículos, sobre todo de flores y alimentos, pero también, miel, velas, jabones, artesanía… y sobre todo puestos de salchichas que se encontraban abarrotados, pero donde despachaban enseguida unos buenísimos brackwurst con cebolla frita. En la Plaza pueden verse algunos edificios históricos muy labrados, como el Gran Almacén Aduanero, de 1532, de color rojo intenso, frontón escalonado y con balconadas, figuras y saledizos. El Edificio del Granero, del siglo XV, blanco y también con frontón escalonado, fue reconstruido completamente tras la 2ª Guerra Mundial, idéntico al original.
Después nos internamos por sus calles y callejuelas, todas ellas muy llenas de gente. Es la ciudad con más gente que hemos visitado. Algunos de los otros edificios más bonitos de Friburgo son “La Casa de la Ballena”, de 1516, con una puerta muy tallada y un bonito balcón saledizo, también en rojo. También vimos la Plaza del Ayuntamiento Antiguo, sombreada, con una fuente y terrazas que invitaba a quedarse… si hubiese habido sitio. La Puerta de Suabia, atravesada por los tranvías, ofrece una de las más bonitas vistas de Friburgo… si no hubiese un Mcdonals a sus pies.
A lo largo de muchas calles pueden verse los “Bächle”, antiguos canales de abastecimiento de agua industrial y de evacuación de aguas sucias, que hoy en día constituyen un atractivo para los pequeños que juegan en ellos. Habíamos leído que “refrescan el ambiente”, pero seguía haciendo muchísimo calor. Se dice en Friburgo que “quien por descuido, pisa en un Bächle, no ha estado en la ciudad por última vez”. Nosotros no pisamos ninguno.
No es que no nos gustase la ciudad, pero, para nosotros, aunque muy bonita, la ciudad carecía del encanto de todos los lugares que veníamos visitando. Volvimos hacia el Parking porque ya hacía tiempo que se nos había pasado la hora. Otras visitas posibles en Friburgo:
Museo de Historia Urbana (Wentsingerhaus): www.msg-freiburg.de
Museo de Ciencias Naturales y de Etnología (Adelhausermuseum): www.museen.freiburg.de
Museo-Mina Schauinsland: www.schauinsland.de
Museo Arqueológico Colombischlössle: www.museen.freiburg.de
Uniseum de la Universidad: www.uniseum.de
Así a las 15:30 salíamos con destino Colmar, en Francia. Enseguida encontramos la carretera 31 que nos lleva hacia la frontera. En el camino aún pasamos por pueblos como Tiengen, Munzingen y Oberrimsingen, con algo del encanto de los pueblos bávaros, pero ya con un “aire” distinto. A las 16:00 atravesamos Briesach am Rheim, el último pueblo de Alemania, al que miramos con pena. Y un poco más allá cruzamos el Rin (y el enorme Canal Marne-Rin) por última vez ¡¡¡Esta vez si que nos dio pena!!!
A las 16:10 (km.2897,6) cruzábamos la frontera y acaba nuestra aventura alemana. A partir del siguiente kilómetro entrábamos ya en el territorio de la Alsacia francesa, otro destino que teníamos muchas ganas de conocer, y que nos iba a deparar algunas de las visitas más bonitas y encantadoras de todo el viaje.
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