DORDOGNE – PERIGORD (1)

VIAJE DORDOGNE-PERIGORD

(FRANCIA)

DEL 6 AL 12 DE ABRIL DEL 2009

Beynac-et-Cacenac

REGION: AQUITANIA

DEPARTAMENTO: DORDOGNE

       Cueva de Lascaux y el Valle del Vézère.

       Périgueux y el Périgord Vert.

       Sarlat-la-Caneda, capital del Périgord Noir.

       Valle de la Dordogne.

REGION: MIDI-PYRENÉES

DEPARTAMENTO: LOT

       Rocamadour.

 

GASTOS:

Gas-Oil: 79.56 E (más el depósito lleno) = 150.00 E

Peajes: 45.40 E

Acampadas: 83.60 E

Parking:   7.90 E

Visitas: 87.50 E

 

Mapas y Guías:

Atlas de Carreteras de Europa Kümerly+Frey

Mapa Michelin nº 524 Aquitania

Guide National des Aires de Services Camping-Cars France-2008

Guía de Campings + Caravaning Europa 2006

 

Las explicaciones de los sitios turísticos que aparecen aquí, están sacadas de Internet, revistas de viajes, y los propios folletos de los sitios y Oficinas de Turismo.

 

DÍA 6 – LUNES: SALIDA

Périgueux

Salimos de casa con el depósito de gas-oil lleno, dispuestos a recorrer una de las regiones más bellas y más visitadas de Francia, el Perigord y el Valle de la Dordogne. Son las 09:30 de la mañana y el termómetro de la furgo marca 10º de temperatura. Los cielos están parcialmente cubiertos, lo que nos alegra, pues nos garantiza una buena conducción. Ponemos el marcador a cero. Seguimos las indicaciones de la ruta de VíaMichelín para entrar en Francia por Irún. Los tramos abiertos de la nueva Autopista AP-1 facilitan mucho el viaje hasta la frontera.

Una vez en Francia seguimos por la A-63/E-05/E-70, con dirección Burdeos (a 212 kilómetros), ya en el Departamento de Pirineos Atlánticos. Seguimos encontrando los acostumbrados radares en Magescq, Labouheyre y Saugnacq-et-Muret. También comprobamos que los precios del Gazole son más caros, marcan a 1.02 E de media. Continuamos en la A-63 y vemos los últimos radares, el de Pessac y, después de Burdeos (por el que pasamos a las 15:55, Km. 569), el de Bègles.

Atravesando Las Landas, comprobamos los destrozos que causó el vendaval que sufrieron en Enero. Lo vimos por televisión, pero aquí, en vivo y en directo, resulta más estremecedor, y eso que solo alcanzamos a ver lo que se aprecia desde la carretera: Miles de árboles tirados al suelo, tronchados por la mitad, tumbados completamente… Da una pena infinita ver todo esto en estas condiciones. Tuvo que ser terrible lo que vivieron aquí.

Tomamos ahora la salida nº 26 en dirección Périgueux por la N-230, y más tarde por la N-89, que es la que seguiremos hasta la ciudad. Más tarde tomamos la salida nº 15 en dirección Périgueux-center. En la rotonda siguiente tomamos la N-21 y nos encontramos con una bajada del 7% para entrar en Périgueux. Entramos en la ciudad y buscamos la forma de bajar a la parada para ACs que vemos justo a nuestra derecha, al otro lado del río, bajo el puente que atravesamos. A las 17:36 (Km. 705) estamos ya estacionados en el Área para Autocaravanas de Périgueux.

 

DÍA 7 – MARTES: PÉRIGUEUX – VALLE DEL VÉZÈRE

Périgueux

Périgueux es la capital del Perigord Blanc, que debe su nombre a la clara piedra caliza que preside el Valle del Río Isle. Périgueux es una antigua población que hunde sus raíces históricas en la época de los galos, cuando una de sus tribus levantó un poblado fortificado en las inmediaciones de una famosa fuente sagrada, la de Vésone, que dio su nombre a la ciudad. Al poco tiempo llegaron los romanos y convirtieron el lugar en una de las ciudades más bellas e importantes de la provincia de Aquitania. Todo esto sucedía hace más de dos mil años y Vésone se llenó de templos, basílicas, mercados, foros e incluso de un gran Anfiteatro con capacidad para más de 20.000 espectadores. Esta prosperidad duró solo tres siglos, ya que Vésone fue destruida por las invasiones bárbaras. Con la llegada de la Edad Media, la ciudad recuperó parte de su importancia y fue refundada con la incorporación de un nuevo núcleo de población que había surgido alrededor de una colina situada junto al río Isle y que era conocida como Puy-Saint-Front. En torno a ella fueron levantándose una serie de templos que a la larga se convertirían en una imponente catedral románica. Un románico un poco especial y que, desde luego, no deja indiferente a los que lo contemplan. La culpa la tienen las cinco cúpulas, con cierto aire bizantino, que coronan el coro de planta de cruz griega que fue añadido a partir de 1.120. Estas enormes estructuras arquitectónicas, que supusieron una atrevida innovación técnica y artística para la época, crearon escuela en la región.

Alrededor de la Catedral, en el Barrio de Puy-St.-Front, se descubre un apretado laberinto de largas calles y recogidas plazas que merecen ser recorridas a pie. El viajero descubrirá a su paso numerosos edificios medievales y renacentistas que lucen unas bellas fachadas y esconden en su interior nobles escaleras y elegantes patios. El itinerario puede comenzar junto a la Oficina de Turismo (Oficina de Turismo: Place Franceville, 26 www.ville-perigueux.fr.) frente a la Tour Mataguerre, fortificación de planta circular, y proseguir hasta alcanzar las Plazas de St.-Louis y de Corderc, o calles como la Rue de Limogeanne –por la que pasa un importante ramal del Camino de Santiago –. En este último ámbito urbano, que recuerda la presencia secular de los artesanos y mercaderes que vivieron en el barrio, se celebra todas las semanas de invierno –miércoles y sábados – un concurrido mercado del producto más típico de la región: El foie-gras (Place de Corderc).

Para rematar el paseo por Périgueux hay que acercarse hasta Le Quartier de la Cité, barrio que coincide con el emplazamiento de la antigua Vésone y en el que abundan los restos romanos: Les Arènes –ruinas del gran Anfiteatro –, la Tour de Vésone, la Maison Romane y la Domus du Bouquet. También es interesante la visita a la Iglesia Románica de St.-Etienne-de-la-Cité (cierra domingos y festivos).

Recorrimos la ciudad aprovechando la tarde de ayer, con muy buena temperatura y el sol asomando a intervalos entre las nubes que por momentos lo cubrían todo y dejaban escapar algunas gotas de lluvia. Sacamos unas cuantas fotos de los bellos rincones de sus callejuelas y de la Catedral, que resulta muy curiosa con sus cúpulas. Cuando nos hemos levantado esta mañana comprobamos que había llovido toda la noche sin parar y el cielo estaba muy cubierto. Nos disponemos a salir y sigue lloviendo un poco, pero la temperatura es muy buena, la furgo marca 12,5º, pero hay más en la calle, seguro. A las 11:00 estamos ya listos y en marcha. Nos dirigimos a Montignac para ver Lascaux.

LA CUEVA DE LASCAUX

Lascaux

Desde Périgueux tomamos la N-2089, dirección Brives. Atravesamos Boulazac, y tomando la D-704, nos deja ya en el centro de Montignac. Paramos en un parking (gratuito) al lado del Río, desde donde se aprecia una preciosa vista de todo el pueblo en lo alto y justo enfrente. Sigue lloviendo, pero poco. Nos dirigimos hasta la Oficina de Turismo para sacar las entradas de Lascaux (25.50 E) y acto seguido nos vamos a comer. Poco después dimos una vuelta por los alrededores. Cerca de donde hemos aparcado, un poco más allá, hay un Área para ACs, justo al lado de esta pequeña carretera frente al Río, y hacia dentro, junto a unas pistas deportivas, otra más recogida. A las 14:15 nos marchamos al aparcamiento de Lascaux.

Vamos por la D-704 para recorrer los apenas 2 Km. que separan Montignac de Lascaux. Vamos subiendo y mucho, y desde aquí se divisa todo el Valle donde está Montignac. Cuando aparcamos en Lascaux, vemos mucha gente y mucha humedad, aquí ha llovido mucho desde ayer. Hay varios caminos para recorrer en lo que esperamos nuestra visita, que es a las 15:30. Nos acercamos al punto de recepción de visitantes. Nos ponemos en la cola y esperamos nuestro turno para entrar en uno de los lugares (mejor dicho, en la copia de uno de los lugares) más emblemáticos de la prehistoria mundial.

Hace aproximadamente treinta mil años el Valle de Vézère era el centro del mundo.  Un laboratorio donde un grupo de hombres, pertenecientes a la nueva raza de Cro-Magnon, estaba revolucionando todas las actividades humanas. Nuestros antepasados desarrollaron una gran pericia técnica en la fabricación de herramientas y armas de piedra, lo que les permitió mejorar notablemente el arte de la caza. También en este aislado lugar, protegido de los rigores de las glaciaciones que asolaban toda Europa, se inició una de las facetas más distintivas del género humano: El arte figurativo.

Los 26 kilómetros de serpenteante valle que separan Les Eyzies-de-Tayac de Montignac, están repletos de cuevas y abrigos en los que los paleolíticos dejaron impreso su arte. Es tal la cantidad y calidad de los grabados, dibujos y pinturas rupestres que no es exagerado afirmar que este pequeño tramo del Vézère es la capital indiscutible del arte prehistórico. Y la muestra más palpable se encuentra muy cerca de Montignac: La Cueva de Lascaux.

En el interior de esta modesta caverna, descubierta casualmente en 1.940, se localiza un fascinante tesoro artístico. Son más de 1.500 representaciones –pinturas policromadas, dibujos y grabados – de distintos animales, entre los que destacan bisontes, toros y caballos. La mayoría fechada hace unos diecisiete mil años.

Aunque la cueva original no se puede visitar por el deterioro que sufren las frágiles pinturas, existe una réplica – a 200 metros de la anterior, y a dos kilómetros al sur de Montignc – inaugurada en 1.983, en la que se han reproducido de forma fidedigna, empleando las mismas técnicas y materiales, la Rotonda de los Toros y el Divertículo Axial. El facsímil está tan conseguido que los visitantes se van a emocionar con la belleza, elegancia y expresión de los grandes y ventrudos caballos rojos, negros y ocres, las tranquilas vacas rojas o el inquieto grupo de cinco toros negros, entre los que sobresale un ejemplar de cinco metros y medio, que está considerado la pintura de mayor tamaño de todo el arte paleolítico. Las entradas solo pueden adquirirse en la Oficina de Turismo de Montignac: Place de Bertran de Born (www.perigord.tm.fr/prehistoire/lascaux).

A las 16:35 salimos de la visita. Tengo que decir la verdad, me ha decepcionado. La visita es en francés y no hay ni un solo folleto ni libro (ni siquiera en la Tienda de Recuerdos, lo pregunté) en español. La réplica no transmite (al menos a nosotros) todo el misterio y maravilla que encierra una cueva con pinturas, aunque éstas estén bien reproducidas (que lo están) y sean una maravilla por sí solas (que lo son). En todo caso, no se puede venir aquí sin visitar Lascaux y eso hemos hecho. Ahora nos vamos a recorrer el Valle del Vézère.

EL VALLE DEL VÉZÈRE Y LES EYZIES-DE-TAYAC

Les Eyzies de Tayac

Desde que salimos de la Cueva, ya no llueve. Ahora vamos por la D-706 dirección Thonac, conde por cierto está el Centre D’Art Préhistorique du Le Thot y Espace Cro-Magnon, cuya entrada (9 E) se vende en combinación y con rebaja, junto con la de Lascaux. Nosotros no la sacamos, pero tiene que resultar un buen entretenimiento a quien vaya con niños, porque es como un Parque Temático de la Prehistoria, muy didáctico, con ejemplos de animales vivos, como bisontes y caballos de Mongolia.

Estamos atravesando un paraje precioso. Además de Lascaux, el Valle del Vézère, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, atesora otros muchos santuarios prehistóricos. Hay muchos lugares para visitar y elegir. También Castillos, como el que vemos en St-Leon-sur-Vézère.

Camino de Les Eyzies-de-Tayac, la carretera sigue los meandros del río y aparece escoltada por paredones rocosos en los que se abren numerosas cuevas y abrigos. La primera parada la hacemos en Le Moustier, donde hacemos unas fotos a unas edificaciones (entre ellas una Iglesia) muy bonitas. Aquí la ocupación humana data de hace 55.000 años, y es el lugar donde fue encontrado un hombre de Neandertal datado de aproximadamente 40.000 años. Este yacimiento es el que ha dado su nombre a una de las épocas prehistóricas, el Musteriense, término creado en 1872, después de las excavaciones de Lartet y Christy entre 1863-1864.

La Roque-St.-Christophe

Pero el lugar que hemos elegido visitar es La Roque-Saint-Christophe (www.roque-st-christophe.com) un acantilado en el que se descubren más de cien refugios rocosos, distribuidos en cinco niveles, y de un kilómetro de largo. La visita completa de todas las terrazas, abrigos y rutas, dura más o menos 5 horas, pero su estado no permite hacerlo. En La Roque-St.-Christophe, debajo del gran y profundo abrigo al pie del acantilado (a nivel de la carretera), se reconocieron vestigios del Gravetiense, que datan de hace más de 25.000 años, época del hombre de Cro-Magnon (Homo Sapiens Sapiens), nuestro antepasado directo.

El abrigo fue luego ocupado durante el Neolítico, hacia el siglo XXVI o XXV a.C., y más tarde en la Edad del Bronce, media y final, entre el siglo XVII y IX a.C., y también en la Edad del Hierro, entre el siglo VIII a.C. y el inicio de la era, cuando vestigios galorromanos atestiguas su ocupación durante el siglo I. Muchos de estos vestigios fueron destruidos durante los asentamientos de la época medieval. La historia escrita de La Roque-St.-Christophe comienza en el 976, cuando el Obispo Frotaire de Périgueux decide edificar una fortaleza para proteger las poblaciones circunvecinas de las invasiones normandas. Durante la Guerra de los Cien Años (1337-1453) la fortaleza se convirtió en plaza fuerte contra los ingleses. En el siglo XVI, la ciudad y la fortaleza fueron ocupadas por los protestantes. En 1588, el Rey católico de Francia (Enrique-III), ordenó su expulsión así como la destrucción total de las construcciones y de las fortificaciones. Hoy, una maqueta en el sitio recuerda como era durante su máxima ocupación.

Paramos en el aparcamiento y pagamos los 20 E de las entradas, más 2 E por un folleto en español. Nos encanta este recorrido en el que se pueden encontrar maquetas humanas de sus ocupantes, así como de las distintas distribuciones del espacio medieval: Las casas, el establo, el matadero, el ahumadero, la “caja fuerte”, la iglesia, los puestos de ronda, la gran escalera, el taller medieval, la herrería, la cantera, la cocina y también reproducciones de las distintas “máquinas” utilizadas para la vida diaria, como el torno de tambor que servía para elevar desde 500 kilos a una tonelada desde el nivel inferior a los superiores. También el torno horizontal, utilizado sobre los pozos para elevar agua y mineral, o el Cabrestante, o torno vertical, utilizado para los desplazamientos de grandes cargas sin levantarlas. Hacia el final del recorrido se puede apreciar una maqueta de la ocupación Neandertal de hace 55.000 años. Toda la visita, y las vistas que se divisan desde aquí, son una maravilla y desde luego merecen la pena.

Ahora seguimos por la misma carretera adelante y nos encontramos la Maison Forte de Reignac (www.maison-forte-reignac.com ) otro abrigo prehistórico, pero con una construcción medieval visitable, con todos sus salones amueblados y una exposición de armas medievales. Pero el último acceso fue a las 17:45 y ya no podemos entrar. Enseguida vemos la entrada hacia la Villa Troglodita de La Madeleine, otro asentamiento prehistórico emblemático que dio nombre al Periodo Magdaleniense del Paleolítico Superior. Se trata de una pintoresca cornisa colgada sobre el río Vézère, en el pueblo de Tursac, repleta de abrigos rocosos. Pero cierra a las 18:00. Llegamos tarde.

La Roque-St.-Christophe

En el paraje en el que los acantilados del Valle del Vézère se hacen más altos y apretados se alza el pueblo Les Eyzies-de-Tayac. Las casas de piedra se encaraman de forma inverosímil por las verticales paredes de roca y casi ocultan el verdadero secreto de la localidad: Una inacabable sucesión de cavidades y yacimientos rupestres repletos de pinturas, grabados, relieves y otros elementos arqueológicos. El más famoso de todos es el Abri de Cro-Magnon, en el que se encontraron los primeros restos del “Homo Sapiens”, datados hace unos treinta y cinco mil años. Otros lugares interesantes dentro de la localidad son el Museo Nacional de la Prehistoria (cierra los martes. Entrada: 3.35 Euros), instalado en un Castillo Gótico, y el Abri Pataud: Valioso yacimiento donde se puede seguir, a través de los diferentes cortes estratigráficos y niveles arqueológicos, la evolución de las distintas etapas del Paleolítico Superior (Oficina de Turismo de Les Eyzes-de-Tayac: Avenue de la République, 19). Después de recorrer el lugar nos dirigimos al Área Municipal para ACs de Les Eyzies-de-Tayac (4 E), cerca del río (donde vimos una nutria), con mucho verde, y donde, además de patos, hay ya muchas ACs paradas. Hay una vía de tren justo enfrente, pero por la noche o no pasan, o no se oyen. Se ha quedado un día magnífico en el que incluso asoma el sol. Mañana queremos visitar otro lugar de renombre, Sarlát-la-Caneda.

 

PERO SERÁ EL PRÓXIMO DÍA…

 

 

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