CIEN DE LOS MIOS, UNO DE LOS TUYOS

  "CIEN DE LOS MIOS / UNO DE LOS TUYOS"

Ayer, en el diario El País un titular llamó mi atención: “He tenido que enterrar a cien de los míos”. Lo decía José Reyes Ferriz el Alcalde de Ciudad Juárez, en México, haciendo referencia a la guerra sin cuartel que se libra en ese país, y en ese territorio concretamente, contra la corrupción y el narcotráfico, a resultas de la cual, dice “llevo enterrados a más de cien funcionarios municipales”. Reyes Ferriz es el responsable de la expulsión del cuerpo de policía de Ciudad Juárez de más de 800 agentes acusados de estar “coludidos con el narco”. Él está en el punto de mira de los sicarios de los narcotraficantes. Ciudad Juárez es hoy uno de los lugares más peligrosos del planeta.

Dio la casualidad de que un amigo mexicano que acababa de llegar a Valladolid, pasó ayer mismo a saludarme, e inevitablemente acabamos hablando del tema. Le enseñe el titular y le comenté que me había impactado mucho eso de que el alcalde hablase de “sus hombres”. Entonces me explicó el verdadero sentido de la noticia, algo de lo que no se habla en el texto de El País (figura unos días antes, aunque yo no lo había leído hasta ahora  http://www.elpais.com/articulo/internacional/enoja/Obama/elpepuint/20100318elpepuint_11/Tes). Por lo visto en esos enfrentamientos habían muerto recientemente tres norteamericanos (entre ellos una mujer embarazada) y la reacción del Presidente Obama fue poco menos de furibunda, arremetiendo con dureza contra aquellos que habían matado a “tres de los suyos”. El alcalde de Ciudad Juárez le contestó, a mi juicio con toda la razón, que en su ciudad habían muerto por el mismo tema “cien de los míos” y aquello no le había causado ni el más mínimo gesto de pesadumbre al Presidente Norteamericano. “Tenían que matar a tres gringos para que se dieran cuenta que el problema es enorme en Ciudad Juárez

Recordé otro hecho.

Recientemente, el pasado 16 de marzo, un policía francés Jean-Serge Nérin, resultó muerto a manos de la banda terrorista ETA cuando perpetraba un robo de vehículos. Las reacciones de toda Francia han sido unánimes condenando el asesinato y asegurando que se emplearán a fondo en hacer pagar a sus culpables por la muerte “de uno de los nuestros” (no era la primera vez, como se hace eco el mismo periódico, en 1983 murió tiroteado el gendarme francés Ives Guirmnarra en Dax, cerca de las Landas). La lástima es que aquí, en España, nadie haya tenido el valor de contestar al Presidente francés de la misma manera que el Alcalde de Ciudad Juárez contestó al Presidente norteamericano. Aquí, nadie ha sido capaz de decirle a Sarkozy, que en España “hemos tenido que enterrar a más de cien de los nuestros”, mientras muchos de sus asesinos disfrutaban de una plácida vida en Francia.

Todas las muertes son lamentables, si son por terrorismo aún más condenables, pero asistimos hoy en día con estupor (al menos yo) a como se miden las muertes con distinto rasero según quien muera y según donde se cometan los atentados.

Recordemos otro hecho.

En Venezuela, país acusado del ser el pasillo del narcotráfico a Centroamérica por un lado, y dirigido por el más estrambótico y dictatorial Presidente de toda Sudamérica por otro, dice la prensa que es el lugar donde han encontrado los etarras españoles un nuevo paraíso donde vivir sin ser molestados y sin temer ser extraditados.  ¿Cuál sería la reacción del Presidente Chávez si resulta muerto un ciudadano venezolano a manos de ETA?

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