DIA DE LOTERÍA

DIA DE LOTERÍA

 

 “¿ME DA EL CEROMIL CEROCIENTOS CERO, POR FAVOR?

“Nadie juega jamás al 00.000 y eso me da muchísima rabia”, nos decía El Dompimpón, mi profesor de matemáticas de Primero de BUP. Y lo pronunciaba larga, tristemente, como para que comprendiéramos que, cuando decía rabia, debíamos entender rabia, pero también pena y dolor, incluso angustia: “Nadie juega jamás al ceromil cerocientos cero”, repetía mientras se acariciaba la barba con impaciencia, “como si el ceromil cerocientos cero no tuviera las mismas probabilidades de salir que cualquier otro número”. Y, tras una pausa dramática: “Como si elceromil cerocientos cero fuese basura”.

Nosotros no hacíamos mucho caso: mirábamos el reloj, nos enviábamos notitas, repasábamos el examen de tercera hora. Pero sabíamos que El Dompimpón decía la verdad. Por activa y por pasiva nos había repetido que en el bombo se meten todos los números: que el ceromil cerocientos cero era una bola más, tan minúscula y tan importante como el cuarenta y siete mil novecientos cincuenta y dos. Y estaba clarísimo: tenía que ser así y nadie lo dudaba. Pero a cada rato el Vidales, para fastidiar, levantaba la mano: “Bueno, ¿y entonces por qué nunca ha salido?”

Y claro, ahí no había manera; ante la verdad desnuda y cruel se terminaban las probabilidades y el profesor podía decir misa. Lo mismo con el Telecupón: si, claro que veíamos por la tele los cinco bombos, y claro que todos daban vueltas, y claro que en cada uno había diez numeritos. Claro que eran independientes; ¿quién iba a ser el idiota que creyera que la bola del primer bombo determinaría el resultado del segundo o del quinto? Nadie; ni los de sexto de EGB siquiera. Pero lo incuestionable era que nunca salía el ceromil cerocientos cero. Y punto.

El Vidales, con el índice de la mano izquierda en alto: “Entonces, si tiras una moneda al aire un millón de veces, ¿te pueden salir un millón de caras?”. El Dompimpón: “Pues hombre, es raro, pero por poder sí te pueden salir, sí”. Alguien al fondo: “Anda ya”. Risas, abucheos. El Vidales, ajeno a  todo el lío: “¿Y por qué es raro?”. El Dompimpón, nervioso, levantando la voz entre el murmullo: “A ver, es que eso ya es la Ley de los Grandes Números y no se ve hasta el año que viene”. Al fondo, sonido de monederos. El Vidales, valiente: “¿Pero te pueden salir un millón de caras o no?”. El Dompimpón: “Si”. Y después, sombrío: “O de cruces”.

Dos años después, en Tercero. 21 de diciembre, viernes, técnicamente día de las pellas. Penúltima hora. El Vidales, que se ha quedado en clase: “Profesor: ¿es verdad que el 18.888 tiene más probabilidades de salir premiado que el 18.881 en el sorteo de mañana?”. El Dompimpón: “¿Y esa tontería a cuento de qué, Daniel? ¿No lo hemos visto ya cincuenta veces?”. El Vidales, haciéndose el interesante: “Ya, pero los números están pintados en las bolitas, ¿no?”. El Dompimpón: “Bueno, ¿Y qué?”. El Vidales, arrebatador: “Pues que un 8 tiene más pintura que un 1; por lo tanto, pesará más, y será más probable que esté abajo en el bombo, así que será más fácil que salga”. Silencio sepulcral: quince segundos eternos y pro fin la sirena. Deus ex machina.

8 de enero siguiente. Martes. Primera hora. Matemáticas. El Dompimpón: “Bueno, ¿qué tal se portaron los Reyes?”. E inmediatamente, sin esperar respuesta: “¿Y la lotería del22?”. Antes de que conteste nadie, continúa: “Por cierto, chicos: el último día no me dio tiempo a deciros que los números no están pintados en las bolas, sino impresos con láser, así que todos pesan lo mismo y, evidentemente, tienen las mismas probabilidades de salir”. Satisfecho, busca entre sus alumnos una cara que no encuentra. Frunce el ceño. “¿No ha venido Daniel hoy?”.

Es Silvia la que contesta. “No profesor. Se ha ido a vivir a Estados Unidos”.

Un verso en una Casa Enana”, de Pablo Moíño Sánchez.

Ediciones La Discreta.

 ¡¡MUCHA SUERTE A TODOS HOY!!

ALMALEONOR.

6 respuestas a «DIA DE LOTERÍA»

  1. La verdad es que nunca juego a la loteria, digamos que la suerte hay que buscarla, pero en mi caso no confio demasiado en ella. Vamos que no juego,. Por cierto, cada vez te quedan mejor las entradas. Feliz año y que todo sea, como siempre debio de haber sido….

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    1. ¡Hola!
      Comprar lotería en Navidad es un acto casi reflejo para mi. El resto del año no juego a absolutamente nada. ¿Confiar? Supongo que hoy en día en lo único válido en lo que se puede confiar es en la suerte. Pero para ello es necesario comprar el décimo….
      Muchas gracias por el piropo para las entradas. ¡¡Feliz Año para ti también!!
      Besos.AlmaLeonor

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