ANÉCDOTAS-35: ISLANDIA

Cuando era adolescente recuerdo que solía decir que me gustaría vivir en Islandia. Era un lugar donde, había oído, la calefacción era un servicio gratuito del Estado, la gente solo tenía un nombre, tenían periodos de noche casi eterna y era el lugar del que menos hablaban en televisión, casi desconocido, lo que era, para mi, sinónimo de absoluta tranquilidad.

Hace muchos años de eso….

Entonces a mi me gustaba dormir y era muy friolera. No pensaba en la posibilidad de fiestas nocturnas, y ahora publicitan Islandia en una marca de whisky o algo así, por eso de los muchos días al año de noche perpetua.

Entonces no sabía que su idioma, el islandés, estaba considerado el más difícil del mundo. Como muestra, el recuerdo del volcán Eyjafjallajökull, ese que colapsó todos los aeropuertos de Europa. Un solo nombre (en realidad contaban que en Islandia existe todavía la costumbre del patronímico familiar) podía ser más largo que mi nombre compuesto y mis dos apellidos.

Entonces se afirmaba lo de la calefacción gratuita o subvencionada, o semigratuita, o algo así, para los ciudadanos, o eso es lo que se quedó en mi memoria. Pero actualmente no sé como se articula en el país este tema.

Y si entonces no se hablaba de Islandia en televisión, ahora si que se habla mucho del pequeño país europeo, el único que ha consultado a sus ciudadanos vía Internet sobre las modificaciones constitucionales que podrían emprenderse, el único que ha sancionado a los banqueros causantes de la crisis económica en lugar de a los propios ciudadanos, el único, que pese a la crisis económica mundial, está obteniendo despuntes, y que, de ser cierta la última noticia que he visto publicada por ahí, ha perdonado la deuda hipotecaria a sus ciudadanos.

Hacía mucho que no recordaba esto. Me olvidé de Islandia junto con mis revistas juveniles en cuanto pasó la edad. Pero hoy, y aunque ninguna de mis premisas adolescentes se cumplieran en Islandia, creo que podría ser un país donde me gustaría  vivir.

AlmaLeonor