GIRO Y CAÍDA A LA DERECHA

Tras terminar en loor de multitudes (y cargas policiales desproporcionadas) la magna Convención Nacional del PP en Valladolid, dice una noticia en El Periódico de hoy día 3 de febrero que según el BARÓMETRO DE ESPAÑA DEL GESOP (Gabinet d’Estudis Socials i Opinió Pública):

«El giro a la derecha acelera la caída del PP»

Rajoy perdería 60 escaños y el PSOE sigue a la baja, mientras IU y UPD triplicarían su representación

El desgaste de los populares y la polarización soberanista catapultan a Rivera (Albert Rivera del partido Ciutadans) como político mejor valorado en España

Bueno… dejando claro que el PP no es que haya experimentado un «giro a la derecha», sino que ahora que «está en boga» serlo, muestra abiertamente su verdadero talante ideológico, que además está dividido entre partidarios de ser «muy de derechas» y partidarios de ser «muy, muy, muy de derechas» (estos últimos conocidos comúnmente como «acólitos de Aznar»), y al que le ha salido un hijo díscolo  de «ultraderecha», llamado VOX… digamos que NO me creo nada de lo que dicen este tipo de estadísticas que han demostrado, siempre, que pueden ser utilizadas en cualquier manipulación y, muchas veces, que no dan pie con bola.

Pero si, la caída del PP debería ser tan directamente proporcional a la completa inmersión en el fango en la que está incurriendo este partido desde que Rajoy llegó a la presidencia del gobierno (y no digo «al poder», porque ya me gustaría a mi saber quien tiene el poder en el PP y quien tiene el poder, real y efectivo, en el gobierno de este país).

Otra cosa es que de verdad, el PP sufra en las urnas. No se si creerme tamaña alegría. El PSOE no está para muchas algarabías, carente no solo de un líder claro y contundente, sino de personajes que representen alternativas creíbles, y políticas creíbles… ¿quién hay? tres o cuatro que suenan «algo», los «clásicos barones» que no les quieren ni en su pueblo natal y un montón de gente anodina que no es capaz ni de levantar pasiones en la ciudad cuyo escaño ostentan. Los demás partidos, tanto Ciutadans, como IU, como UPD, como CiU, como PNV, etc, etc, dicen que están recogiendo los «votos» de quienes están descontentos con el sistema bipartidista de este país… habría que verlo… ¡¡y de verdad que me gustaría verlo…!!

Un parlamento plural sería la mejor forma de que las leyes no saliese por decreto sino por consenso. Pero si estos partidos, hasta ahora, no han hecho sino perder votos, o no alcanzar las metas fijadas en campaña, y además, se han dedicado SISTEMÁTICAMENTE a apoyar al PP (durante esta legislatura hablo, pero también al partido en el gobierno en las anteriores) en todos sus desmanes locales, autonómicos o nacionales, prestando su voto… pues poca credibilidad me proporcionan, la verdad. Ya se que no todos los partidos son iguales, pero ¡oigame! ¡Son tan parecidos!

Aún quedarían para recoger esos votos huidizos los «nuevos» partidos que han surgido o pueden surgir a raíz del descontento popular… Por supuesto no me refiero a losgrupúsculos dirigidos por Mario Conde, o por Álvarez Cascos, ni siquiera al populachero VOX, que espero que se estrelle de la misma manera (aunque empiezo a dudarlo). Me refiero a opciones reales de participación política que REPRESENTEN UN CAMBIO en esta deriva en la que nos están sumiendo los dirigentes del PP.

Y no podemos olvidar las políticas internacionales de la UE y el concierto comercial mundial. Un partido que quiera de verdad, arreglar todo esto, no puede olvidar las implicaciones internacionales del sistema ultracapitalista (hace poco alguien dijo en face que lo de «neoliberal» no existe, y eso que llevo escuchando esa palabra desde finales de los años 80 refiriéndose, precisamente, a lo que estamos viviendo ahora) en el que estamos inmersos desde que los gobiernos de todo el mundo se han plegado a los poderes económicos (o están inmersos en él, o se han enrocado con ellos, o…) y han puesto en práctica una política social y económica con un completo «giro a la derecha». No es que la crisis haya hecho girar a los gobierno a las políticas de ultra-derecha, es que los gobierno han puesto en marcha tales políticas de ultra-derecha que nos han llevado a una crisis económica mundial… El que haya hoy ciudadanos las abracen en todos los países, solo muestra el descontento por las catastróficas consecuencias de estas políticas, porque esos mismos ciudadanos no las hubiesen apoyado en los años noventa ni han sido conscientes de que se estaban empezando a fraguar desde entonces. Y eso tiene que cambiar desde los propios partidos de la oposición, tanto en España como en los demás países europeos. Al menos en ellos (lo de los USA es que tiene muchas otras connotaciones).

Sin una labor en todos esos caminos no se asistirá ni a la caída del PP, ni a la solución a la crisis, ni a la vuelta a un Estado del Bienestar que reconozca los derechos ciudadanos, sociales y humanos perdidos (y que según el propio PP, en un nuevo juego de osada demagogia, «han respetado escrupulosamente»).

Al menos a mi no me cuadran las cuentas sino.
AlmaLeonor.