A LA PRIMAVERA
Imagen: Christian Eurgal
Huyó por fin el perezoso invierno;
las pardas nubes que apiñadas antes
coronaban los turbios horizontes
en gigantescas masas divididas,
disipándose van. Ya no se escucha
mugir soberbio en las quebradas rocas;
ni trémulo azotar las ramas secas;
al ábrego sañudo; ni a su empuje
rechinando girar en la alta torre
la atrevida veleta. Leves giran
por el tranquilo AZUL del firmamento
tímidas bandas de fugaz blancura.
Y ellas temblando de placer suspiran…
Tibias y castas las serenas noches,
dulces las horas.
Primavera hermosa.
«La primavera: colección de poesías» (1850)
José Selgas Carrasco (1822-1882)