NAMAHAGE… DEMONIOS DE AÑO NUEVO

NAMAHAGE… DEMONIOS DE AÑO NUEVO

En el rico folklore y mitología japonesa podemos encontrar casi de todo, incluido un peculiar demonio navideño que asoma durante el ritual de Año Nuevo, sobre todo en Akita, en la región de Oga, al norte de Honshü. Se trata del Namahage (生 剥) un ogro (oni) enmascarado vestido con un atuendo de paja (llamado mino), portando un cubo de madera (teoke) y armado con cuchillos (hoy suelen ser también de madera ) que, en la víspera de Año Nuevo, procesionan por las casas en parejas o en grupos de tres, preguntando a los niños si han sido perezosos o si se han portado mal. Lo hacen con una especie de cancioncilla compuesta por frases simples:

«¿Hay llorones por aquí?» (Nakuko wa inee gā? )

«¿Han sido niños traviesos?» (Waruiko wa inee ka? )

Tradicionalmente, los Namahage o, también, Ogros de Año Nuevo, visitaban los hogares en la primera noche de luna llena del año (alrededor de mediados de febrero, dos semanas después del Año Nuevo Chino), con el propósito de advertir a los niños “vagos” o perezosos para que se pusieran a hacer algo útil y no quedarse todo el tiempo junto al fuego sin hacer nada. Antiguamente se preguntaba a los niños si tenían “ampollas” producidas por la sobrexposición al fuego, lo que evidenciaba que no se habían movido. El cuchillo que suelen portar era un instrumento para “pelar” las ampollas.

Hoy en día, en Nochevieja, los padres advierten a sus hijos con la visita de los Ogros de Año Nuevo si han sido perezosos, llorones o desobedientes, para llevárselos a las montañas y no volver a ver jamás a su familia. Es una advertencia que aterroriza a los niños y les hacen llorar (de ahí la pregunta de la cancioncilla). Pero tienen también su lado positivo, pues si los niños han sido buenos y ofrecen dulces a los ogros en la visita, éstos bendicen y protegen la casa librando a sus habitantes de enfermedades, desastres y malas cosechas durante el año. Entonces la familia va al Templo Sintoísta más cercano y reza dando gracias por las bendiciones.

En Nochevieja, varios hombres jóvenes se disfrazan de Namahage y recorren las calles de las ciudades del sur de Japón. En cada casa, golpean el suelo 7 veces antes de entrar, 5 veces cuando les ofrecen comida y bebida y finalmente 3 veces antes de marcharse. Pero también tienen sus supersticiones. Los Namahage no entran en las casas donde ha habido un nacimiento o un fallecimiento durante el año, ni tampoco en las casas donde hay una persona inválida. En estos casos, los ogros golpean el suelo varias veces en la entrada de la casa, pero jamás entran en ella.

El origen de esta costumbre, parece ser muy antiguo y no está claro, hay varias versiones. Una de las más populares es la que se cuenta en la ciudad de Akita. Es la historia del emperador Wudi de la Dinastía Han (156 – 87 a.C)  que viajó desde China a Japón llevando consigo cinco ogros que se establecieron en las cumbres de los dos montes de la región de Oga, Honzan y Shinzan, robando comida a los campesinos y raptando mujeres jóvenes. Para tratar de librarse de ellos, los habitantes de la región idearon un truco. Apostaron a los Ogros a que no serían capaces de construir  en una sola noche, una escalera de piedra de mil escalones que llevara desde la orilla del mar hasta lo alto del monte Shinzan, el más alto de los dos. Si lo lograban, les entregarían alimentos y una mujer joven cada año, pero si no lo lograban tendrían que marcharse. Aceptaron, pero los aldeanos les engañaron haciendo que un gallo cantase antes del alba sin dar tiempo a los ogros a completar su trabajo. Creyendo que habían fallado en la apuesta, se marcharon. Desde entonces los ogros (oni, o Namahage), instan a los niños a no ser descuidados, perezosos o vagos y a terminar sus tareas antes de que sea demasiado tarde.

Festival Namahage de Febrero de 2008.

En Japón cuentan hasta con su propio museo, el Museo de los Namahage en Oga, donde uno puede conocer todo lo relacionado con estos ogros e incluso disfrazarse de ellos. Además, en el Santuario de Shinzan, también en Oga, se celebra el Festival Sintoista de Sedo, el segundo fin de semana de febrero, donde los protagonistas son los Namahage, y todas las ceremonias asociadas a ellos.

Ya lo saben… Procuren no ser perezosos ni vagos en Nochevieja, o estos ogros Namahagen aparecerán con su cuchillo y su caldero para cortar las ampollas de fuego.

AlmaLeonorLP

 

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