LA PIETÁ DE KÄTHE KOLLWITZ
La artista alemana Käthe Kollwitz, nacida Schmidt (1867-1945), fue una abanderada de la crítica social y el pacifismo que abarcó varios géneros, tanto la pintura, como la escultura y la obra gráfica. Representante avanzada del llamado realismo crítico alemán, en sus inicios formó parte del grupo expresionista Berliner Secession (“Secesión de Berlín”) fundado en 1898 como una alternativa frontal a la agrupación estatal berlinesa de artistas. Ernst Ludwig Kirchner (1880-1938), posteriormente uno de los fundadores del grupo Die Brücke, Emil Nolde (1867-1956), Otto Dix (1891-1969), el suizo Ferdinand Hodler (1853-1918) o el noruego Edvard Munch (1863-1944), formaron parte de ese grupo de artistas.
Käthe era hija de un pastor luterano que la animó a desarrollar sus dotes artísticas. Asistió a la muerte temprana de sus hermanos y, más tarde, en 1914 durante la Gran Guerra, a la de su hijo menor, Peter de 18 años. Sufría frecuentes ataques de ansiedad y se cree que también micropsia, una enfermedad neurológica.

Estudió en Berlín y en Múnich, familiarizándose con el movimiento simbolista alemán y la literatura de autores como Émile Zola, Henrik Ibsen, Máximo Gorki o la del Premio Nobel de literatura alemán Gerhart Hauptmann. También estuvo, entre 1904 y 1907, en Florencia y en París, donde, además de visitar la famosa Academie Julian (donde podían aprender mujeres sin restricciones), se familiariza con la escultura al conocer a artistas como Auguste Rodin y Teophile Steinlen. En 1919 fue la primera mujer en ser nombrada miembro de la Academia Prusiana de las Artes. En los años siguientes, obras como las series Seven Woodcuts on War o El Proletariado, la convierten en el máximo exponente de la crítica social desde el arte.

Su socialismo activo y ánimo antibélico le lleva a realizar varios carteles contrarios a los aires nacionalsocialistas que se empiezan a respirar en Alemania en los años treinta. Junto con otros artistas e intelectuales (como Albert Einstein, Franz Oppenheimer, Ernst Toller o Arnold Zweig) firmó un documento contrario al auge de Hitler conocido como Dringenden Appell (“Llamada de atención”). En 1933 es obligada a dimitir de su cargo académico y sus obras son retiradas de los museos. Algunas de ellas fueron incluidas en la Exposición de Arte Degenerado (Entartete Kunst) que se celebró en Berlín el 19 de julio de 1937. Un año antes, en 1936, la Gestapo la había arrestado junto con su marido, aunque por su edad son puestos en libertad y abandona Berlín. Su esposo y su nieto murieron pocos años después. En 1944 los bombardeos aliados sobre Berlín destruyeron su casa y con ella la práctica totalidad de su obra y documentos. Falleció en abril de 1945 sin ver el fin de la guerra.

Su primera escultura fue la obra titulada Monumento a los muertos (The Grieving Parents, 1932), como homenaje a su hijo fallecido en la guerra. En lugar de realizar la escultura de un soldado, Kollwitz enfatiza la pérdida realizando dos esculturas, las de sus progenitores abatidos por la pérdida. El monumento memorial se situó en el cementerio militar de Roggevelde (Bélgica), realizado en granito belga por los escultores Rhades y Fritz Diederich, supervisados por Käthe y su marido.

En 1937 inició la realización de otra obra escultórica en su memoria, que terminaría llevando el título de Madre con hijo muerto, aunque también es conocida como la Pietá de Kollwitz. Sin saberlo en esos momentos perdería a su nieto en la IIGM que se avecinaba, también llamado Peter como su hijo.
De esa obra existen también varios dibujos y grabados realizados por ella. Pero la representación más conocida es la réplica de mayor tamaño que se realiza en 1993 en hierro fundido. Fue instalada en Berlín como homenaje y memoria a todas las víctimas de la guerra. Su posición, única figura en el Edificio Neue Wache (construido entre 1816 y 1818, fue un centro importante de celebraciones militares nazis) recibiendo una luz cenital de un círculo abierto en el techo (que también hace que llueva o nieve sobre la obra), hacen que su representación sea aún más imponente e inspire un mayor respeto y sensación de duelo.
El edificio de la Nueva Guardia de Berlín había sido reconvertido en un centro de homenaje a las víctimas de la Gran Guerra en 1931 por el arquitecto Heirich Tessenow, pero sufrió grandes daños durante la IIGM y fue reconstruido en los años sesenta como monumento a las víctimas del fascismo. Más tarde, la antigua RDA instaló una llama perpetua y una cripta con los restos de un soldado desconocido y de un anónimo prisionero de un campo de exterminio, además de tierra extraída de los escenarios europeos de la guerra y de varios campos de concentración. En 1989, con la caída del Muro de Berlín, el monumento pasó a ser lo que es hoy, un homenaje a todas las víctimas de los totalitarismos y las guerras. Se eliminó la llama perpetua y se instaló en su lugar la réplica de la Pietá de Kollwitz. El efecto es sobrecogedor.
AlmaLeonor
Fuentes: Wikipedia, Museo Käthe Kollwitz, Biografías y Vidas, Aquí y Ahora Arte, Ploug, Play and Tour.