BÁRBARA STANWYCK (II)

BÁRBARA STANWYCK (II)

LAS ACTRICES FAVORITAS DE MI PADRE

«La vida privada de Bárbara la hizo fuerte, eso es verdad. Después de una infancia complicada, entre orfanatos y familias de acogida, no desaprovechó la oportunidad que le brindaron los locales nocturnos del burlesque de Nueva York, ni los muchos protectores y amantes que llegó a conocer. Como por ejemplo, el malogrado actor Rex Cherryman, posiblemente el gran amor de su vida. Y más tarde, el empeño de su primer, joven, borracho y ambicioso marido, Frank Fay, por convertirla en estrella, acabó por endurecerla aún más, o al menos, aprendió a no fiarse de nadie, mientras Fay se hundía en el olvido.

Pero consiguió ser una de las más grandes. Y eso porque, sin ser un bellezón como otras de su época, encarnó como ninguna a la auténtica «mujer fatal», una mujer intensa y con tal poder de seducción que solo ella podía llevar a un hombre a la Perdición (1944).»

AlmaLeonor_LP

BÁRBARA STAWYCK 
(Ruby Catherine Stevens)
16 de julio de 1907 – 20 de enero de 1990

MÍRATE AL ESPEJO

MÍRATE AL ESPEJO

Imagen: Escher

Probablemente el descubrimiento de nuestra propia imagen reflejada por una superficie pulida (o en un río) fuese, en algún momento de nuestra más remota historia, todo un acontecimiento entre las primeras poblaciones homínidas del planeta. Muy probablemente también, ese descubrimiento nos hiciera reflexionar sobre nuestra propia identidad y avanzar en el proceso de hominización. De repente, fuimos capaces de descubrir nuestro propio rostro y reconocerle entre los de otros congéneres. Tomamos consciencia de nosotros mismos y, entonces, nos hicimos humanos.

Hoy en día se sigue investigando este simple, pero no tan sencillo, gesto de mirarse en el espejo y reconocerse a uno mismo, solo o entre varios iguales. Todos los humanos somos capaces de identificar nuestra imagen reflejada, incluso si es la primera vez que lo hacemos, al menos, desde el primer año y medio de vida, aproximadamente. Al movernos mientras nos miramos en un espejo sabemos perfectamente que esa imagen que, casi mágicamente se nos devuelve, es la nuestra, y solo la nuestra. Es uno de nuestros rasgos de humanidad. Los animales no son capaces de hacerlo. Al menos, no la gran mayoría, que solo miran su reflejo con desconfianza (como los perros) o incluso con ira (los pájaros suelen atacar su propio reflejo). Unos pocos si se reconocen.

En 1970, el doctor en psicobiología de la Universidad de Albany (New York), Gordon Gallup Jr., desarrollo lo que se ha dado en llamar «La prueba del espejo», en animales, para medir el grado de consciencia sobre sí mismos que alcanzan algunas especies. Ya lo había adelantado Darwin, pero ahora, y pese a varias críticas de método, sus resultados fueron espectaculares. 

Los grandes simios

Los humanos compartimos con orangutanes, gorilas, chimpancés y bonobos la misma familia de primates hominoideos, los llamados homínidos (Hominidae). A todos ellos se les pasó el test del espejo obteniendo casi la misma respuesta que en los humanos, es decir, los ejemplares muy jóvenes (hasta los 18 meses o dos años) no se reconocen, pero los superiores a esa edad pasaron el test con éxito según los parámetros de su creador. Pero es que, un estudio de los doctores A.Z. Rajala, K.R.Reininger, K.M.Lancaster y L.C. Populin, de la Universidad de Wisconsin-Madison (EE. UU.), y publicado en la revista PLoS ONE en el año 2010desveló que un mono macaco Rhesus (Macaca mulatta) también puede hacerlo y no es un homínido, sino un primate catarrino de la familia Cercopithecidae. Por cierto, lo que llamamos «factor Rh» del grupo sanguíneo  humano, recibe su nombre de este macaco Rhesus, pues fue identificado por primera vez en un ejemplar de este animal.

Delfínidos

También se hizo pasar la prueba del espejo con éxito a algunos de los animales más inteligentes del planeta, los Delphinidae, o sea, delfines, orcas y falsas orcas, incluso se puede observar, con alguna reserva, en lobos marinos de california (Zalophus californianus), según otro estudio publicado en la revista Elsevier (Volumen 53, Número 3) del 26 de abril de 2001.

Imagen: Brian Skerry (National Geogrhaphic)

Que los delfines y orcas son animales muy inteligentes, ya se sabía desde hace mucho tiempo. Algunos investigadores, como Stan Kuczaj, realiza pruebas con delfines de tipo mular, para tratar de establecer algún tipo de comunicación con ellos. El lenguaje de los defines es uno de los temas que más traen de cabeza a los científicos. Se sabe que emiten sonidos de distinto tipo y que se comunican entre ellos.

Córvidos

Que los córvidos son animales muy inteligentes, ha quedado demostrado a lo largo de la historia, como reflejan leyendas y mitos relacionados con estos animales. A su inteligencia siempre se le asoció una mala fama, una especie de halo de ave de mal agüero, que quedó atestiguada en numerosos relatos de misterio y en el refrán «Cría cuervos y te sacarán los ojos».

Pero dejando aparte la leyenda, lo cierto es que estos animales, cuervos y urracas (llamadas picarazas en muchos sitios), son realmente muy inteligentes. Se ha demostrado que son capaces de razonar y resolver problemas, así como recordar lugares y a otros individuos. Todos podemos observar ese tipo de comportamientos en las muchas urracas que pululan por nuestras ciudades. Algunos ejemplos ya les he contado alguna vez por aquí, como cuando un par de picarazas le tomaron el pelo a mi gata, Nina, o cuando otra construyó una despensa delante de mis narices. También se llevan cosas brillantes. No es un bulo. En Francia hay carteles avisando de posibles rateros ilustrados con este animal manteniendo un anillo en su pico.

Bueno, pues también son capaces de reconocerse en un espejo.

Elefantes

Sin duda el animal que más nos puede extrañar que se reconozca en un espejo es el elefante… Entre otras cosas porque habría que tener un espejo enorme para que se pudiese contemplar en toda su magnitud y no caer en el equívoco que puede provocar su tamaño como relata la fabula Los Ciegos y el Elefante, que también conté en HELICON hace tiempo. Una vez solventado ese problema habríamos de tener cuidado con su mala fama de torpes en una cacharrería y entonces si, nos daríamos cuenta de su gran inteligencia (dicen que también memoria) y algo que siempre me enternece, el gran amor que demuestran por sus crías.

Estos enormes animales, tanto de la variedad asiática como de la africana, también pasaron la prueba del espejo, realizada esta vez por un grupo de científicos de la Universidad Emory de Atlanta (EE.UU.), y son los únicos mamíferos terrestres, junto a los primates, capaces de hacerlo.

No nos creamos los más vanidosos del universo… bueno, en realidad si… tal vez seamos los únicos de todos estos animales aquí mencionamos, que nos miramos al espejo por vanidad y no por curiosidad innata. Espejito, espejito…

AlmaLeonor_LP

 

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