THE CITY OF NEW ORLEANS

THE CITY OF NEW ORLEANS

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A veces sucede que topas con la historia de una canción y te atrapa mucho más de lo que te puede atrapar la propia canción, aunque en esta ocasión (en realidad como en todas que he abordado en la categoría de MÚSICA de HELICON), también me engancha. Eso es lo que me pasó con una historia, la de una canción que cada año se canta en la estación del ferrocarril de la ciudad norteamericana de Kankakee (Illinois), que me atrapó irremisiblemente. Me estoy refiriendo, concretamente a The City of New Orleans, grabada por  Arlo Guthrie en 1972.

Fue escrita por el malogrado Steve Goodman (1948-1984) en 1971, donde describe, bajo una óptica nostálgica, un viaje en tren desde Chicago a Nueva Orleans en un tren de la compañia “Illinois Central Railroad” .

Viajando en el tren central desde la ciudad de Nueva Orleans,
Illinois, un lunes por la mañana,
quince vagones y quince pasajeros inquietos
tres conductores y veinticinco bolsas de correo…

Buenos días, América, ¿cómo estás?
No me conoces, soy tu hijo nativo,
soy el tren al que llaman La Ciudad de Nueva Orleans.
estaré a quinientas millas cuando termine el día…

La “Illinois Central Railroad” fue una pionera compañía estadounidense de ferrocarriles que se empeñó en unir el norte y el sur del país, cuando todas las demás compañías se afanaban por unir el este y el oeste. En 1850 el entonces presidente de los EE.UU. (el decimotercero, y considerado uno de los más mediocres), Millard Fillmore (1800-1874), firma la primera concesión de tierras y un año más tarde, hasta Abrahm Lincon (1809-1865) se unió a los esfuerzos por sacar adelante esta línea. El entonces joven Lincon fue uno de los abogados que defendieron el trazado del ferrocarril norte-sur frente a las negativas de algunos propietarios que se negaban a ser expropiados de sus tierras.

Amtrak City de New Orleans

Las concesiones de tierras para el ferrocarril abarcaban mucho más terreno del necesario para la construcción de la vía, pero la utilización de ellas sirvió para financiar el coste de la línea a través de todo el Estado de Illinois. Se finaliza en 1856 siendo, entonces, la más larga del mundo. Para Chicago supuso el espaldarazo definitivo de su creciente auge empresarial y más cuando en las décadas siguientes, y hasta fin de siglo, sus más de 5000 kilómetros de trazado llegarían a unir esta pujante ciudad en la orilla del Lago Michigan con el Estado de Alabama, concretamente con las ciudades de Louisiana, Mobile y Nueva Orleans.

 en Kankakee, Illinois, alrededor de 1950.
Locomotora de vapor en Kankakee (1950).

La construcción, puesta en marcha y funcionamiento de esta línea supuso una ingente movilización de mano de obra desde la mitad del siglo XIX hasta la mitad del siglo XX. Los trabajadores del ferrocarril protagonizaron varias huelgas en la década de 1880, siendo la más importante la de 1885-86, por lograr unos salarios dignos. Al principio, la huelga pudo transcurrir sin incidentes graves, pero hacia abril de 1886 los conatos de violencia se incrementaron llegando a ser incendiados más de 40 vagones de tren y causar varios heridos. Antes de final de siglo, la huelga Pullman afectó a ferrocarriles de todo el país y causó varios muertos.

Huelga Pullman el 11 de mayo de 1894

Pero la de mayor transcendencia ocurrió en 1911, una huelga laboral por la consolidación del sindicalismo obrero frente a la compañía Illinois Central, totalmente en contra de la creación de sindicatos. La huelga comenzó el 30 de septiembre de 1911, con varios conatos violentos (hubo hasta 12 asesinatos en todo el país), protagonizados por “rompehuelgas” contratados por la empresa, y los propios huelguistas. Hubo también varios intentos de sabotaje contra los trenes llegando registrarse varios ataques con dinamita, un número elevado de accidentes y una explosión de la caldera de una locomotora en Texas que mató a 30 hombres el 18 de marzo de 1912. La huelga continuó hasta el 28 de junio de 1915.

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La gran migración negra.
La gran migración negra (1915-1970)

Sin embargo los conflictos ferroviarios no terminaron con ella. Entre 1916 y 1970, unos seis millones de afroamericanos de los estados sureños migraron a los Estados del norte, fundamentalmente atraídos por las posibilidades de trabajo en el ferrocarril, propiciando la llamada “Primera Gran Migración Afroamericana”. Casi un 40% de la población afroamericana del sur abandona el medio rural por el urbano al instalarse en las ciudades del norte. Hacia 1970, tras la Segunda Gran Migración, el 80% de los afroamericanos vivían en áreas urbanas tanto en el norte como en el sur.

Fue uno de los movimientos de masas más grandes y rápidos de la historia, quizás el más grande no causado por la amenaza inmediata de ejecución o inanición. En números absolutos, supera la migración de cualquier otro grupo étnico, italianos o irlandeses o judíos o polacos, a [los Estados Unidos]. Para los negros, la migración significaba dejar lo que siempre había sido su base económica y social en Estados Unidos y encontrar una nueva.” Nicholas Lemann (1991),The Promised Land: The Great Black Migration and how it Changed America, Vintage Books.

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Diferentes imágenes de los disturbios raciales de Chicago en 1919

Las tensiones raciales se acrecentaron hacia 1919 con el fin de la primera guerra mundial y la vuelta de los hombres del frente (tanto blancos como negros), encontrándose con que los puestos de trabajo y las viviendas disponibles estaban siendo ocupadas por emigrantes de todas las nacionalidades y, muy especialmente, migrantes negros provenientes del sur del país. El llamado Red Summer (Verano Rojo) en ese año de 1919, encendió disturbios raciales en más de tres docenas de ciudades de los EE.UU. Al mismo tiempo, la creciente industrialización en lugares como Chicago activó movilizaciones laborales y huelgas que algunos industriales solucionaban con la contratación de negros como “rompehuelgas”. Todo este ambiente se mezcló con la preocupación estadounidense por la posible influencia comunista entre los activistas por los derechos civiles y laborales. El clima estaba muy enrarecido.

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Si se preguntan que tiene todo esto que ver con la canción, les contestaría que mucho, porque todo ello forma parte de la historia más intrínseca de un país que carece de historia de largo alcance. Para los estadounidenses, su historia se fragua en hechos como el avance del ferrocarril y la lucha por los derechos civiles. Pero, de alguna forma, la irrupción del automóvil truncó un poco este paisanaje y trasladó las preocupaciones económicas y sociales hacia la industria automovilística en demérito del ferrocarril. Hacia los años 70 terminaba una edad de oro del ferrocarril y del sueño americano.

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Goodman tuvo la idea mientras viajaba en la línea central de Illinois para visitar a la familia de su esposa. También para visitar a su esposa viajó en un tren nocturno el escritor norteamericano Elwyn Brooks White (1899-1985), uno de los más conocidos en su país, adorado por Groucho Marx y autor de cuentos infantiles tenidos por los mejores de la historia de la literatura infantil (recibió la medalla Laura Ingalls Wilder de los bibliotecarios profesionales de niños de EE.UU.), como por ejemplo, Stuart Little” (c. 1945). White escribió varias crónicas para  The New Yorker Magazine, y entre ellas una sobre el ferrocarril.

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«Los ferrocarriles son inmensamente complejos, y parecen amar la complejidad tal como aman el ritual y el pasado.» E.B. White.

 

El ensayo de White revela una encendida crítica y una velada nostalgia por el desprestigio y progresiva desaparición de los ferrocarriles en América, anclados en el pasado, en beneficio del automóvil y el avión.

«Hoy, mientras mis pensamientos vagan cariñosamente por más de cincuenta y cinco años de ferrocarriles, lo que me parece más revelador sobre ese primer viaje en tren en 1905 es el tiempo de funcionamiento del tren…… Pronto podré irme de Nueva York después de la cena y estar en casa la tarde siguiente a la hora de la cena. Habrá una escala de cuatro horas en Portland, un viaje de dieciocho horas. Por lo tanto, la velocidad de mi caballo de hierro acaba de bajar de treinta y cuatro millas por hora a veintiocho. Es un vehículo muy enfermo….. La lentitud de los viajes en tren no se debe a que sea incapaz de una gran velocidad, sino a que el ferrocarril es un trasto; a lo largo de la línea se detiene para conversar en los porches traseros, para intercambiar lo último o pedir prestada una taza de azúcar…. ¡qué fructífera demora!…  Hay otras razones por las que el caballo es tan lento… Fue construido por una tropa de Girl Scouts en maniobras… Incluso el conductor del motor … frena el tren para caminar, obedeciendo su instinto de autoconservación y las estrictas reglas de seguridad del ferrocarril… Mañana por la noche, el último vagón dormido sale hacia Nueva York. No estaré a bordo, sino que lo pensaré… Se anunció la conveniencia del servicio, pero no, por supuesto, sus inconvenientes, que el público viajero conocía de todos modos: su tarifa alta, su baja velocidad, sus problemas con el equipaje y (en mi caso) su depósito a ochenta kilómetros de su casa.» E.B. White, “The Railroad” (extracto).

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Este tipo de critica nostálgica es la que imprime Goodman en la canción. Se entiende mejor con la siguiente estrofa, que es la que menciona la ciudad de Kankakee en Illinois:

A lo largo de la odisea en dirección al sur,
el tren se detiene en Kankakee
rueda a lo largo de casas pasadas, granjas y campos de
trenes Passin que no tienen nombres,
yardas de carga llenas de viejos hombres negros
y los cementerios de los automóviles oxidados

Buenos días, América, ¿cómo estás?
No me conoces, soy tu hijo nativo,
soy el tren al que llaman La Ciudad de Nueva Orleans.
estaré a quinientas millas cuando termine el día.

La ciudad de Kankakee  es un sitio muy particular. Está situada en el interior del condado del mismo nombre en Illinois, y debe su peculiar nombre al río que la baña, el Kankakee (Teeyaahkiki), tal y como se le conoce en el llamado idioma Myaamia (un peculiar idioma de la familia algonquino indígena que se hablaba en la zona y a lo largo del río Mississippi) y que viene a significar “tierra abierta y expuesta”, pues debió ser tierra pantanosa en algún momento, y habitada por el pueblo Potawatami. La ciudad fue fundada por colonos en 1854.

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Pues bien, la compañía de ferrocarriles norteamericana Amtrak mantiene allí una estación con un tren que circula una vez al día en ambas direcciones. En 1999 la ciudad fue calificada en un programa de la TV estadounidense (Places Rated Almanac) como la peor área metropolitana para vivir (quedó en el puesto 354 de las 354 ciudades analizadas). Esto supuso un fatal aldabonazo a la ciudad que se esforzó por mejorar su consideración popular. Se mejoraron las infraestructuras, se revitalizó el turismo en torno al río construyendo un parque acuático, una pista de hielo y abriendo al público las casas modernistas que construyó Frank Lloyd Wright (1867-1959), con las que había modernizado por completo la arquitectura mastodóntica neoclásica que dominaba en EE.UU. en la primera mitad del siglo XX.

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Se arreglaron 600 acres de parques en el Valle, y se dotaron de instalaciones que incluían un centro cívico, un puerto deportivo, 13 estadios de béisbol, 15 campos de fútbol, ​​24 campos de juego, 15 canchas de baloncesto, 24 canchas de tenis, 5 desembarcos de botes… Y hasta el presentador de televisión, David Letterman, que tanto se había mofado de la ciudad por su récord a la baja, donó la construcción de dos glorietas a la ciudad. En el año 2015 otro programa, de radio, volvió a analizar la idoneidad de la ciudad resultando bastante mejor en el ranking. Y eso que Kankakee ha sido el escenario elegido por varias productoras para rodar sus películas, como por ejemplo The Hunter” (1980) la última película de Steve McQueen antes de su muerte y en la que explota una casa en el río Kankakee, cerca de Aroma Park. La estructura fue construida especialmente para la película y luego destruida, sin embargo, la cabaña se desmontó y se volvió a ensamblar como retiro de caza en una isla en la cuenca del río Kankakee. Otras películas con escenas rodadas en la ciudad fueron “Reacción en cadena” (1996) o “Camino a la Perdición” (2002) con Tom Hanks.

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Pues  todas estas y otras de sus peculiaridades son las que hacen que Kankakee esté muy vinculada al ferrocarril. La histórica estación ferroviaria de 1898 (reemplazó a la primitiva de madera de 1853) ahora alberga una sala de espera para pasajeros y el popular  Museo   del Ferrocarril de Kankakee. En el segundo piso, las ventanas de los antiguos funcionarios del ferrocarril, aún conservan los cristales originales esmerilados con sus nombres grabados. Esta vinculación ferroviaria se consolida con la mención en la canción que nos ocupa, “The City of New Orleans” , mención de la que hoy se sienten orgullosos. Desde hace unos años, la ciudad de Kankakee celebra la fiesta del tren de Nueva Orleans, donde se adorna la estación y se canta la canción de Arlo Guthrie

Sentir las ruedas zumbando debajo del piso
Y los hijos de Pullman cargadores
Y los hijos de los ingenieros
montan las mágicas alfombras de su padre hechas de vapor.

Las madres con sus bebés dormidos
Están rockeando al ritmo suave
Y el ritmo de los rieles es todo lo que sienten.

Buenos días, América, ¿cómo estás?
No me conoces, soy tu hijo nativo,
soy el tren al que llaman La Ciudad de Nueva Orleans.
estaré a quinientas millas cuando termine el día.

Soy el tren al que llaman La Ciudad de Nueva Orleans.
estaré a quinientas millas cuando termine el día.

Noche en la ciudad de Nueva Orleans
Cambio de automóviles en Memphis, Tennessee
A mitad de camino a casa, estaremos allí por la mañana
A través de la oscuridad de Mississippi
Rodando hacia el mar
Pero todas las ciudades y la gente parecen
Desvanecerse en un mal sueño
Todavía no se han escuchado las noticias.
El conductor canta sus canciones nuevamente.
Los pasajeros, por favor, se abstendrán.
Este tren tiene la desaparición de los ferrocarriles.

Buenos días, América, ¿cómo estás?
No me conoces, soy tu hijo nativo,
soy el tren al que llaman La Ciudad de Nueva Orleans.
estaré a quinientas millas cuando termine el día.

Letra (en inglés) en esta página (traducción propia).

Resultado de imagen de Arlo GuthrieEl autor de la canción, Steve Goodman, estaba en el bar Quiet Knight, de Chicago, cuando vio a Arlo Guthrie y le pidió que le permitieran tocar una canción para él. Guthrie aceptó a regañadientes, con la condición de que si le invitaba a una cerveza, le escucharía el tiempo que tardara en terminársela. Por lo que sucedió después imaginamos que Guthrie prefirió no beberla del todo porque le gustó tanto que la grabó él mismo incluyéndola en su álbum de 1972 “Hobo’s Lullaby” y posteriormente la lanzó como single. Alcanzó el puesto 4 en la lista de Billboard Easy Listening y el número 18 en la lista de Hot 100. Fue el único hit top-40 de Guthrie y uno de los dos únicos que tendría en el Hot-100 (el otro era una versión de su éxito «Alice’s Restaurant«, que llegó al número 97). Willie Nelson la grabó en 1984 y Steve Goodman recibió un Premio Grammy póstumo por esta versión en 1985. Ha sido calificada como la mejor canción de tren jamás escrita.

Nelson situaría  “The City of New Orleans” en el número 1 en la lista Billboard Hot Country Singles en los Estados Unidos. John Denver, Jimmy Buffett, Yehoram Gaon, Joe Dassin (en francés) e incluso la banda de rock  Me First y Gimme Gimmes  grabaron sus propias versiones.

Pero la más famosa versión sigue siendo la que se canta cada año en la estación de la ciudad de Kankakee, un gran recorrido en ferrocarril para una canción. Este hecho lo he conocido gracias al capítulo 9 de la serie «En tren por el nuevo continente» de Michael Portillo, una serie que me apasiona, por cierto, y con la que estoy conociendo historias maravillosas.

AlmaLeonor_LP

 

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