TRES, CUATRO, DOCE… REYES MAGOS
La historia de los Tres Reyes Magos, Melchor, Gaspar y Baltasar, que llegan cada 6 de enero, Fiesta de la Epifanía, tiene una larga tradición católica que no se corresponde, exactamente, con lo que dice el evangelio de Mateo:
“2:1 Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, 2:2 diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle”; “2:11 Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.”
Y ya está. No hay nada más. En la Biblia no figura ni cuantos eran los “magos”, ni si eran “reyes”, ni si llegaron en “camello”, ni si tenían nombre siquiera. La palabra “mago” parece referirse a una casta sacerdotal persa de sabios, conocedores de los secretos del cielo, lo que explicaría que siguieran una estrella fugaz. Fue Tertuliano en el siglo III quien dijo que eran de estirpe real (no sabemos si se refería a “reyes” tampoco) y lo demás proviene de la cultura popular (un rey por regalo, que menos, o tres reyes como otra trinidad) y de un mosaico de la iglesia de san Apolinar Nuovo en Rávena (Italia), del siglo VI, donde aparecen ya los tres personajes ataviados con ropas majestuosas e identificados con el nombre con el que les conocemos, Melchor, Gaspar y Baltasar.

Estos nombres aparecen por primera vez en el siglo V, por ejemplo, en un texto titulado Excerpta latina bárbari (como Melichior, Gathaspa y Bithisarea) o en un texto apócrifo del Evangelio armenio sobre la infancia de Jesús en donde figuran con los nombres de Balthazar, Melkon y Gaspard. En la tradición siriaca se les conoce como Larvandad, Gushnasaf y Hormisdas… ¡como para aprenderse estos!
Lo de que cada uno fuese de una diferente raza humana es más tardío todavía, de la Edad Media, cuando se asimila a Melchor con los europeos (procedería de Grecia), a Gaspar con los asiáticos (vendría de La India) y a Baltasar con los africanos (originario de Egipto). Y es en este momento cuando a Baltasar se le representa con la tez negra. Item más… La última noticia sobre los Reyes Magos la ofreció en el año 2012 el mismísimo papa Benedicto XVI, cuando en su libro “La infancia de Jesús” afirmó que los Reyes Magos no venían de oriente, sino de Tartessos, en la Andalucía española: «La promesa contenida en estos textos extiende la proveniencia de estos hombres hasta el extremo Occidente (Tarsis, Tartessos en España), pero la tradición ha desarrollado ulteriormente este anuncio de la universalidad de los reinos de aquellos soberanos, interpretándolos como reyes de los tres continentes entonces conocidos: África, Asia y Europa». Más tarde se explicó que el santo padre no quería decir tal cosa, sino que eran buscadores de la verdad de Dios y que su inquietud les llevó hasta los confines del mundo, situado en Tartessos en su tiempo (que raro que no pensasen en el finis terrae -el fin de la Tierra- gallego), pero contradice claramente el texto de Mateo donde sí dice que «vinieron del oriente«. En todo caso, con esta explicación papal, pienso que la estrella tendría que haberse deslizado en sentido contrario… en fin…
En todo caso, no es la única versión que existe sobre estos ilustres personajes, hay incluso una que habla de un cuarto rey mago, Artabán, el protagonista del cuento navideño “The Other Wise Man” (El otro rey mago), escrito en 1896 por Henry van Dyke (1852-1933), un teólogo presbiteriano estadounidense, que puede basarse en una plausible realidad, ya que hay una pintura en las catacumbas de Santa Domitila en Roma, del siglo III, que muestran a cuatro Reyes Magos en el pesebre (también hay otra con dos, en las catacumbas de Pedro y Marcelino, del siglo IV, y nadie ha inventado una historia del “rey” que falta ni quien de los tres es el ausente).

Y una tradición armenia sitúa el número de los Reyes Magos en 12, como los doce apóstoles o las 12 tribus de Israel y otros muchos “doces” existentes en la tradición cristiana…
Cuenta la leyenda que 12 sabios de Persia, en el oriente, siguieron una estrella brillante en el cielo que anunciaba el lugar donde había nacido el niño rey de las escrituras. Llegados a la ciudad turca de Hah (Anitli), tres siguieron camino hacia Belén llevando los dones que querían entregar al niño (oro, incienso y mirra, que se me ocurre que pudieran representar tres estados de la materia, sólido, gaseoso y líquido, respectivamente), mientras el resto permaneció en este lugar esperando la vuelta de los anteriores. A su regreso, trajeron consigo un paño donde había estado envuelto el niño y que les había regalado María, su madre, como agradecimiento por sus dádivas. Se lo mostraron a sus compañeros y acordaron dividir el manto conservando cada uno un trozo, pero fue imposible. No pudieron rasgarlo con ninguno de sus cuchillos y espadas. Al intentar dividirlo de nuevo con la llama de una vela, el paño ardió milagrosamente transformándose en doce medallones grabados con el rostro de cada uno de los magos. El prodigio que acababan de contemplar les animó a mandar construir allí mismo un templo para honrar a María, la madre del Mesías, que les había regalado el paño.

Esta leyenda es la que, dicen, origina el Tempo de la Virgen María de Hah (Mardin Meryem Ana kilisesi, Antitli) en Midyat (Turquía), llamado también “Templo de los 12 Reyes Magos”, de la Iglesia Ortodoxa Siríaca, pero parece ser que la construcción de una iglesia en este lugar data del siglo IV, ampliada sucesivamente en los siglos VII y VIII. La información turística de la Mardin Meryem Ana kilisesi de Hah, dice que se construyó en 1860 con un sistema único de sonido acústico y que durante las obras de ampliación de 1914-15 algunas partes de este templo se perdieron irremisiblemente. El Ministerio de Cultura y Turismo se hizo cargo del templo y del anexo del Patriarcado y lo restauró, abriéndose como museo en 1995.

Para terminar de conocer la historia de estos personajes, los tres reyes magos principales que visitan a los niños españoles en la noche del 5 de enero dejando regalos a los buenos y carbón a los malos sobre sus zapatos, dice una leyenda que se retiraron a vivir al reino de Saba, donde tras la resurrección de Jesús (33 años más tarde, por tanto, alguno ya sería muy, pero muy mayor), fueron bautizados por el apóstol Tomás y consagrados obispos. Y aún debieron de vivir más tiempo todavía, pues se dice que en el año 70 fueron martirizados y depositados en unos sarcófagos que más tarde (en el siglo IV) encontró Santa Helena de Constantinopla y se los llevó a esta ciudad imperial, donde permanecieron hasta que en el siglo XII, Federico I Barbarroja los traslada a otro Imperio, el Germano, y los mandó custodiar en Colonia. En 1248 el peregrinaje provocado por estas reliquias hace que se inicie la construcción de la Catedral de Colonia, templo que tardó 600 años en completarse.
Así que bienvenidos los tres, cuatro o doce reyes, o personas de estirpe real, magos o sabios, que llegan desde no se sabe donde, siguiendo una estrella en el cielo… Espero que su oro, incienso y mirra llegue para todos o, al menos, la ilusión que, se dice, es lo que verdaderamente representa esa Epifanía.
AlmaLeonor_LP
¡¡FELIZ DÍA DE REYES!!