Es julio del 2008 cuando emprendimos este viaje. La primera parada al llegar a Heidelberg fue en el parking del Castillo. Desde allí nos enamoramos de Heidelberg y se nos olvidaron todos los problemas de circulación y aparcamiento que habíamos vivido (muchos coches a la hora que llegamos, muchísimas bicis, vías estrechas, calles de una sola dirección…). Quisimos empezar a conocerla enseguida, empezando por la noche. Pero antes nos instalamos en el Camping Heidelberg-Schlierbach, justo debajo de donde estábamos, en un enclave a orillas del río Neckar.
Heidelberg es la más antigua ciudad universitaria alemana y una de las mejores zonas económicas del país. Es una ciudad romántica, cosmopolita y dinámica, y según la información que encontramos, une dos contrarios difíciles de congraciar: Mito y Modernidad, pero es absolutamente cierto. Aquí se descubrió el primer resto fósil de Homo Heidelbergensis, de hace unos 600.000 años, que fue, hasta descubrirse Atapuerca, el fósil humano más antiguo de Europa. Pero es más conocida por ser la ciudad del Romanticismo, gracias a los artistas alemanes del siglo XIX que la inmortalizaron en sus obras, tales como Grimm, Goethe, Eichendorff o Friedrich Hölderlin (1770-1843) quien afirmó que Heidelberg era “…de las ciudades patrias la más bella…”.
Desde la Bismarck Platz emprendimos el camino hacia el Casco Antiguo por la Hauptstrabe, la calle peatonal y comercial que atraviesa Heidelberg. A medida que nos acercábamos, el ambiente se animaba considerablemente y había muchos locales abiertos. Uno de los más emblemáticos es “El Buey Rojo”, un local de 1703 que reunía a las antiguas hermandades de estudiantes. Los estudiantes de hoy siguen haciendo caso de su máxima: “Si quieres recuperarte después de empollar como un animal, coge tus cosas y vete al Buey…”. Después de cenar, llegamos hasta la Plaza del Mercado, con mesas a la luz de las velas y con el Castillo iluminado al fondo. El ambiente del centro de Heidelberg no decaía mientras la noche se adueñaba de todos sus rincones.
El Puente de Piedra, por Friedrich Rottmann, (circa 1800)
Al día siguiente tomamos el bus hasta la parada del Alte Brücke, el Puente Viejo sobre el Neckar, que conecta el casco antiguo con la orilla opuesta del río, en el extremo oriental del distrito de Neuenheim. Pero, lamentablemente, estaba completamente cubierto por obras, aunque aún pudimos ver algo y observar el Castillo desde él. El primer puente sobre el Neckar, de madera, era medieval, del año 1248. Hasta 1786 no se construyó un puente de piedra, uno de nueve arcos de arenisca roja al que se le puso el nombre del Príncipe Elector del momento, Karl Tehodor. La Puerta de Entrada Sur, con sus dos torres blancas, también data de esta época. Durante los últimos días de la 2ª Guerra Mundial el puente fue volado, pero en 1946 se rescataron las piedras del río y el puente se reconstruyó por completo al año siguiente.
Cuenta la historia que junto a la Torre Norte del Puente Viejo se situaba un mono que mostraba un espejo a los paseantes. Cuando en 1689 se derribó tanto el puente como la torre, también desapareció el mono. En 1979 se realizó una escultura modernista del Mono del Puente que se ha colocado en la Puerta de Entrada Sur. Es una de las imágenes más fotografiadas de Heidelberg, literalmente “tomada” por un nutrido grupo de japoneses cuando nosotros llegamos, con lo que no pudimos fotografiarle ni de lejos.
Desde la Puerta del Puente se accede a la Calle Steingasse del Casco Antiguo. Lo primero que se puede ver son varias casas renacentistas muy bonitas, como la posada “Zum Goldenen Hecht” (El Lucio Dorado). Siguiendo por aquí encontramos la conocida como Casa Ritter, una de las más bellas fachadas de Heidelberg. Construida en 1592 por un comerciante de paños, fue la única casa renacentista burguesa que se salvó de la destrucción y el posterior incendio que asolaron el Castillo y la ciudad durante la Guerra del Palatinado, el 22 de mayo de 1693. Desde 1705, y completamente restaurada, es un lujoso hotel.
Luego nos acercamos a la Plaza del Mercado donde encontramos un animado mercadillo callejero que rodeaba la Iglesia del Espíritu Santo. En esta iglesia gótica de los siglos XIV-XV, están sepultados los Príncipes Electores del Palatinado. Es la iglesia más grande de la región y su torre tiene una altura de 82 mt. Fue destruida durante el incendio de 1693 y reconstruida en 1700. Desde entonces ha sido utilizada alternativamente por católicos y protestantes, llegando a construirse un muro de división que no desapareció hasta 1936. En la plaza se encuentra también la Fuente de Hércules, de 1701, y el Ayuntamiento, reconstruido el mismo año, que posee una torre con carillón cuyo sonido puede escucharse todos los días a las 12:00, a las 16:00, y a las 19:00 horas.
Nuestro paseo nos lleva ahora hasta la Estatua de la Virgen barroca (1718) situada en el Kornmarkt o Plaza del Mercado del Trigo, y poco después hasta la Plaza de la Universidad. La Universidad fue fundada en 1386 por Ruperto I, siendo la tercera del Imperio (después de las de Praga, 1348 y Viena, 1365) y la primera de Alemania. El edificio de la Vieja Universidad fue construido en 1712 y el de la Nueva Universidad en 1933. Nuestra información nos dice que son dignos de visitarse tanto el Museo de la Universidad, como la Cárcel de los Estudiantes, en la Calle Augustinergasse, pero nosotros estábamos ansiosos por subir al Castillo, y fue lo que hicimos desde el Casco Antiguo, por una empinada y empedrada cuesta que va a dar directamente a las taquillas.
En el terreno de un Castillo medieval, en una terraza saliente del Monte Königsstuhl, domina uno de los testimonios culturales alemanes más importantes, el Castillo-Palacio de Heidelberg, que es considerado el Castillo en ruinas más grandioso de Alemania. Durante cinco siglos fue la residencia de los Príncipes Electores del Palatinado, tiempo durante el cual fue casi destruido en varias ocasiones. Las ruinas se convirtieron en el símbolo de toda una época, la del Romanticismo alemán.
En el año 1300 se modificó como Castillo defensivo y en el siglo XVII como Palacio Renacentista. En 1693 fue casi convertido en ruinas tras la Guerra del Palatinado y vuelto a reconstruir para ser de nuevo atacado por un rayo y un posterior incendio en 1764. Hoy, en contra de todos los planes de renovación y gracias a medidas de conservación monumental, se ha mantenido en su estado de semi-ruina.
Nada más pasar las taquillas se encuentra el Patio Principal, con el Gläserner Saalbau y su Campanario del siglo XVI, y los principales edificios: el Friedrichsbau (1605) y el Ottheinrichbau (1560). El Friedrichsbau (Edificio de Federico) es un Palacio Renacentista restaurado, con 16 antepasados en las hornacinas de la fachada. En este edificio se encuentra la Capilla, el Salón del Rey y el Edificio de las Doncellas, todo visitable de forma guiada
Visitamos la Bodega donde se encuentra el Gran Tonel, una enorme barrica con capacidad para 222.000 litros de vino que mandó construir (y rellenar) Karl Theodor hacia 1751, y para el que hicieron falta 130 troncos de roble. Una escalera permite ascender hasta la parte más alta y verlo desde arriba y por detrás (no es el de la imagen, era mucho más grande).
El Ottheinrichbau (Edificio de Ottheinrich) es una de las fachadas renacentistas más bellas de la época de este Príncipe Elector (1502). Se ha conservado en ruina, aunque en sus sótanos se encuentra el Museo Farmacéutico Alemán.
Fundado en 1957, fue una de las visitas más bonitas e interesantes que hicimos. Muestra la historia y el desarrollo de la farmacia desde la Antigüedad hasta el siglo XX (con una explicación del desarrollo de la Aspirina Bayer por ejemplo), así como varias reproducciones de farmacias antiguas con sus muebles, vasos, tarros de cerámica (alemanes, italianos, holandeses…) y utensilios médicos, a cual más bonito, pero también todos aquellos elementos, animales, naturales o artificiales, utilizados en medicina desde la Edad Media. Más abajo aún, se podía admirar la reproducción de un laboratorio alquimista, con sus pipetas, jarras de decantación, hornos, morteros, alambiques, etc que era una auténtica maravilla.
No se puede dejar de entrar los Servicios del Castillo, (se paga un euro) porque están cubiertos de cuadros donde se pueden ver monedas y billetes de todas las épocas y de todas las partes del mundo.
Ya solo nos quedaba entrar a través del Gläserner Saalbau (Salón de los Espejos), y su Torre Campanario que tiene un reloj de sol en la fachada. Este edificio, que sí está restaurado, es el acceso a una balconada muy amplia desde donde se obtienen magníficas vistas de Heidelberg, el Neckar y el Paseo de los Filósofos, el paseo situado al otro lado del río y desde donde los poetas que cantaron el romanticismo alemán contemplaban el Castillo.
Solo nos quedaba volver a recorrer la parte exterior. La Torre de Defensa es una derruida construcción que sirvió en su día para conservar en seco la pólvora. En 1693, expertos franceses consiguieron volarla pese a sus muros de 6.5 mt de espesor. Otros restos que pueden verse muestran la imponente arquitectura militar del edificio, pero que no pudieron escapar a la destrucción de 1693.
Al salir nos encontramos con la puerta que conserva una Argolla de Leyenda. Luís V mandó construir en 1620 una Torre de Defensa llamada Torturm (Puerta Fortificada), que cuenta con un Rastrillo y un Foso. En la parte de arriba está instalada la vivienda del vigilante de la Torre. Según se dice, instaló una pesada Argolla en la puerta y prometió que quien pudiese romperla con los dientes se convertiría en dueño del Castillo… Había que intentarlo.
“Que toda despedida vaya de la mano con la intención de volver”. ¡Hasta la vuelta Heidelberg!
Dormía, y el amanecer me saltaba de hombro a hombro.
Río abajo, navegaba la luna.
Los bergantines de la piar y las rosas del campo, se llenaron de aquella luz mía que era cual otra luz del cielo.
Río abajo, mi corazón.
¡Yo estaba en los álamos, como el viento de la primavera!
Se abrió el paisaje, a todo viento, en la retina. El río, con sus cascabeles de aurora, me trajo la inquietud.
Sentía en lo alto, como de mano con estrellas, los finos dedos de la luz atardecida.
¡Más alto el cielo, más alto!
Quiero pasar entre la tarde y tus ojos.
Resbalaron estrellas, poliedros diminutos de fuego.
¡Estaba mi corazón en la lluvia, como una palma roja!
Me llevabas…
Algunas cabras que estaban pastando vieron un león a lo lejos.
Unas pocas se alarmaron y corrieron hacia el líder de la manada en buscar de su ayuda e interpretación.
El león se acercó aún más, miró a las cabras y rugió.
“No hace falta preocuparse”, dijo el líder de las cabras, “y puedo probarlo: ¡miren que feo color tiene su pelaje! Y en cuanto a su balido, se puede decir que él nunca llegará a nada”.
Este año 2020 es bisiesto y, por lo tanto, es año de Olimpiadas. Acaba de saberse que los JJOO de Verano quedan aplazados por el tema del contagio pandémico mundial del COVID-19, solo se han aplazado, aunque sin fecha de celebración, situación que sucede por primera vez en la historia del olimpismo. Si se suspenden será también la primera vez, desde el inicio de los Juegos Olímpicos de la era moderna allá por 1896, que se haga por una causa distinta a una Guerra Mundial. Solo se han suspendido durante las dos Guerras Mundiales: los de Berlín 1916, por la Primera Guerra Mundial; y los de Helsinki 1940 (a los que previamente había renuncia do Tokio a causa de la guerra sino-japonesa) y los de Londres 1944, ambos a causa de la Segunda Guerra Mundial. Estaremos atentos a ver que sucede en los próximos meses.
Pero como no todo el olimpismo está dentro de esta cita cuatrianual, hoy vamos a recordar LOS OTROS JUEGOS OLÍMPICOS, de los que ya hablamos en HELICON, y de los que, a lo mejor, ni hemos oído hablar, pero que existen. De hecho, los Juegos Olímpicos que nacieron como un evento multideportivo y multinacional único, como un foro donde el deporte sería el elemento común de unión entre los pueblos en un solo evento deportivo de competición, ha ido derivando con el tiempo en una multiplicidad de Olimpiadas que, sin embargo, no llegan a cuestionar la importancia y protagonismo de los Juegos Olímpicos de Verano. Porque esa es la primera diferenciación: Juegos Olímpicos de Verano y Juegos Olímpicos de Invierno, además de la misma división en los Juegos Paralímpicos (se celebran desde el año 1960 y 1976) y en los Juegos Olímpicos de la Juventud (se celebran desde el año 2010 y 2012). Y así, ya son seis los principales eventos deportivos olímpicos mundiales.
El impulsor de los Juegos Paralímpicos fue Sir Ludwig Guttmann (1899-1980), médico judío originario de la Alta Silesia (Alemania), que tuvo que huir de su país durante la Segunda Guerra Mundial y se instaló en Inglaterra, donde llegó a ser un famoso y aclamado neurólogo en el Hospital de Stoke Mandeville (Buckinghamshire). Fue allí donde organizó, el 29 de julio de 1948, y coincidiendo con los Juegos Olímpicos de Londres de ese año, el primer evento deportivo para personas con discapacidad, todas ellas con lesión medular, los Juegos Mundiales IWAS (conocidos también como Juegos Mundiales en Silla de Ruedas, o Juegos Internacionales de Stoke Mandeville), invitando a pacientes de otros hospitales. La primera edición internacional tuvo lugar en 1952 con la participación de pacientes de hospitales holandeses. Los primeros deportes fueron Tiro con Arco y Lanzamiento de Jabalina, donde también compitieron dos mujeres. Estos Juegos de Stoke Mandeville fueron transformados finalmente en los Juegos Paralímpicos de Verano en la edición de Roma 1960 y, en Suecia 1976, en los Juegos Paralímpicos de Invierno. Es muy interesante la información que al respecto de este tema se puede encontrar en la web Nonsei SGM.
Tal y como se ha contado en los artículos sobre los Juegos Olímpicos que se encuentran en HELICON, existieron en algún momento las Olimpiadas Populares de Barcelona y las Olimpiadas Obreras (Espartaquiadas) rusas y, aunque estos eventos ya no se celebren, sí que siguen celebrándose otros que también hemos mencionado, por ejemplo, los Juegos Macabeos (Maccabiah), que se han venido realizando en sucesivas ediciones hasta el año 2017, cuando se llevó a cabo la XX edición. La próxima debería celebrarse en el año 2021.
Pero también existen otra variedad de Juegos, con carácter olímpico, que se convocan cada cuatro años (la mayoría) y que gozan de una popularidad y prestigio casi, casi, similar.
LOS (MUCHOS) JUEGOS AMERICANOS
Con la misma estructura y espíritu olímpico se celebran cada cuatro años (en el año anterior a los Juegos Olímpicos de Verano) los Juegos Panamericanos en los que participan deportistas del continente americano. Para remarcar su vinculación con el movimiento olímpico, cuentan con los anillos olímpicos en su bandera, llama olímpica (encendida por primera vez en Olimpia, Grecia, en 1951, y posteriormente por aztecas en Teotihuacán, México) y el encendido ceremonial del pebetero. Están organizados por la Organización Deportiva Panamericana (ODEPA) que existe desde el año 1955 (aunque la Primera edición de los Juegos tuvo lugar en 1951 porque el movimiento deportivo panamericano tiene una historia más larga, desde 1932), momento en el que su presidente era el carismático y controvertido Avery Brundage, el hombre que tuvo que “lidiar” con los problemas olímpicos en los años de 1936 (auge del nazismo) y 1972 (masacre de Munich). La sede del organismo está en México y sus idiomas oficiales son el inglés y el español. Los XVIII Juegos Panamericanos, los últimos, se celebraron en Lima (Perú) el pasado año 2019 y los siguientes, la XIX edición, tendrá lugar en Santiago (Chile).
Solamente existió una edición de Juegos Panamericanos de Invierno, en 1990, celebrados en Las Leñas (Argentina), pero sí que existen los Juegos Parapanamericanos, destinados a atletas con discapacidad, cuya primera edición tuvo lugar en México en 1999. Los últimos, en el año 2019, se celebraron en Lima (Perú) y los siguientes, la VII edición, se celebrarán en el año 2023 en Santiago de Chile (Chile).
Para ampliar más la diversificación, también se celebran cada cuatro años y con el mismo espíritu olímpico los Juegos Suramericanos (Juegos ODESUR), en los que participan atletas de todos los países de América del Sur, menos Guayana Francesa, y de algunos países del Caribe. La primera edición tiene lugar en 1978 en La Paz (Bolivia) bajo el nombre de Juegos Cruz del Sur, que se mantuvo hasta la segunda edición en 1982 en Rosario (Argentina), después ya se nombraron como Juegos Suramericanos. La última edición, la XI se celebró en el año 2018 en Cochabamba (Bolivia), y la siguiente se celebrará en Asunción (Paraguay) en el año 2022. En el años 2014 se organizaron los PrimerosJuegos Parasuramericanos en Santiago (Chile) y no han vuelto a celebrar más ediciones. También cuentan con los Juegos Suramericanos de la Juventud, de los que se han celebrado dos ediciones, en 2013 y 2017, y la siguiente convocatoria está prevista para el año 2021 en Rosario (Argentina).
Pero no se vayan todavía, aún hay más… Más antiguos que los Juegos Panamericanos, existen los Juegos Centroamericanos y del Caribe, que se celebran desde 1926 con la llamada Olimpiada Centroamericana. La última edición, la XXIII se celebró en el año 2018 en Barranquilla (Colombia) y está prevista la celebración de la XXIV edición para el año 2022 en Ciudad de Panamá (Panamá). Por su parte, los Juegos Deportivos Centroamericanosexisten desde 1973 con el reconocimiento de Comité Olímpico Internacional (COI), estando incluidos dentro del ciclo olímpico para los deportistas de los países participantes. La última edición se celebró en Managua (Nicaragua) en 2017 y la siguiente será la de Santa Tecla (El Salvador) en 2021.
Pero aún nos quedan otros, los Juegos Bolivarianos que se celebran desde 1938, también pertenecientes al ciclo olímpico, y que se llevan a cabo cada cuatro años entre las naciones bolivarianas, aquellas que lograron su independencia gracias al Libertador Simón Bolívar: Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela. Desde el año 2013 se invita a participar a otros países, entre los que se han encontrado en diferentes ediciones: Chile, Guatemala, República Dominicana, Paraguay y El Salvador. Los últimos (XVIII edición) se celebraron en Santa Marta (Colombia) en el año 2017 y su próxima edición será en el año 2021 en Valledupar (Colombia). Por supuesto también cuenta con Juegos Bolivarianos de la Juventud y, como novedad, los Juegos Bolivarianos de Playa.
LOS (MUCHOS TAMBIÉN) JUEGOS ASIÁTICOS
Cada cuatro años se celebran los Juegos Asiáticos (Asiada), con el mismo espíritu olímpico y para deportistas de todos los países de Asia. Tienen su origen en los llamados Juegos del Lejano Oriente que se disputaron por primera vez en 1913 en Manila (Filipinas), y que permanecieron activos hasta la X edición de 1934. Estaba previsto que se celebrasen en 1938 en Japón, pero se suspendieron por la invasión japonesa de China (Segunda Guerra Sino-Japonesa). Los Juegos Asiáticos se vienen celebrando desde 1951 hasta la última edición, los XVIII Juegos de Yakarta y Palembang (Indonesia) de 2018. La siguiente convocatoria está prevista en Hangzhou (China) para el año 2022.
Por cierto, que en la pasada edición, la de Incheon (Corea del Sur) de 2014, brilló con luz propia el joven nadador Joseph Schooling, de 19 años, imponiéndose con claridad en los 100 metros estilo mariposa, fue plata en los 50 m y bronce en los 200 m, todo en la modalidad mariposa y terminó eclosionando en los Juegos Olímpicos de Río 2016 con una medalla de oro en los 100 m mariposa, por delante de Michael Phels.
Los Juegos del Sudeste Asiático(SEA) son un evento multideportivo bienal en el que participan deportistas de los actuales 11 países del Sudeste Asiático: Indonesia, Camboya, Brunei, Laos, Malasia, Birmania, Filipinas, Singapur, Tailandia, Timor Oriental y Vietnam. Los Juegos están bajo la regulación de la Federación de los Juegos del Sudeste Asiático con la supervisión del Comité Olímpico Internacional (COI) y el Consejo Olímpico de Asia. Se originaron como Juegos Peninsulares del Sudeste Asiático, cuya primera edición tuvo lugar en 1959, pero se clausuraron en 1963 al no poder Camboya hacer frente a su organizacion. La 30ª edición se celebró el año 2019, en Filipinas y la siguiente tendrá lugar en el año 2021 en Hanoi (Vietnam).
Los SEA son uno de los cinco Juegos Regionales del Consejo Olímpico de Asia. Los demás son: Juegos de Asia Occidental (la última edición fue en el año 2005), Juegos de Asia Oriental (la última edición fue en el año 2013), Juegos del Sur Asiático (nacieron en Nepal en 1984 con fútbol, boxeo, atletismo, levantamiento de pesas y natación, y la última edición tuvo lugar también en Nepal, en Kathmandu, en el 2019) y los Juegos de Asia Central.
Los Juegos de Asia Central fueron inaugurados en 1995 y se celebran cada dos años entre los atletas de las cinco repúblicas de Asia Central que formaron parte de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas: Kazakhstan, Kyrgyzstan, Tajikistan, Turkmenistan y Uzbekistan.
Los Pacific Games (Juegos del Pacífico Sur en su origen), organizados igualmente cada cuatro años, son unos Juegos en los que participan exclusivamente las naciones de Oceanía, con excepción de Australia y Nueva Zelanda. La primera edición tuvo lugar en Suva (Fiyi) en 1963 y la última, la edición XVI, se celebró en Apia (Samoa), en el año 2019.
La siguiente edición está prevista que se celebre en Honiara (Islas Salomón) en el año 2023. Curiosamente, estos Juegos también han contado con controversias que casi originan un boicot a la edición de 1995 en Papeete, pues varios países estuvieron a punto de no participar en protesta por las pruebas nucleares que Francia realizaba en estos territorios.
LOS COMMONWEALTH GAMES
En los Juegos de la Mancomunidad (Commonwealth Games) participan deportistas de los países que forman la Mancomunidad de Naciones o Commonwealth, la organización vinculada al antiguo Imperio Británico. La primera edición se celebró en 1930 y la última, la XXI edición, se celebró en Gold Coast (Australia) en el año 2018. La siguiente tendrá lugar en Birmingham (Inglaterra) en el año 2022.
LOS JUEGOS PANAFRICANOS
Los Juegos Panafricanos (organizados por la ANOCA, la asociación de Comités Olímpicos de África) reúnen cada cuatro años a deportistas de todos los países del continente africano. Los primeros se celebraron en 1965 en Brazzaville (Congo), repitiéndose el mismo escenario en los Juegos del 2015. Los últimos se han celebrado el pasado año en Casablanca y Rabat (Marruecos) y los siguientes se celebrarán en Accra (Ghana) en el año 2023.
LOS JUEGOS MEDITERRÁNEOS
Los Juegos Mediterráneos, organizados por el Comité Internacional de los Juegos Mediterráneos, se engloban igualmente dentro del Movimiento Olímpico (en los llamados Juegos Regionales, junto con todos los demás mencionados en este apartado), para disputarse entre atletas de los países con costa en el mar Mediterráneo. Se vienen celebrando desde 1951 (en Alejandría, Egipto) y en el año 2018, los XVIII Juegos Mediterráneos, se celebraron en Tarragona siendo la tercera vez que España es sede de estos Juegos: Barcelona en 1955 (la segunda edición) y Almería en el 2005. La XIX edición de los Juegos Mediterráneos se celebrará el próximo año 2021 en Orán (Argelia).
No sufran, ya solo nos quedan un par (o tres) de “otros” Juegos Olímpicos.
WORLD NOMAD GAMES
Los World Nomad Games, son una competición internacional dedicada a ciertos deportes étnicos de Asia Central. Participan principalmente: Turquía, Kazakhstan, Kyrgyzstan, Azerbaijan, Uzbekistan, Turkmenistan, Mongolia, Tajikistan, algunas repúblicas de la Federación Rusa (Saja, Bouriatia, Altay, Kalmukia, Bashkortostan, etc.) y Afganistán. También han participado en alguna ocasión otros países como Mongolia, Turquía, Filipinas y los EE. UU.
Se completa con un programa de actividades culturales además de las competiciones deportivas, que cuentan con disciplinas muy particulares: Carreras de caballos; Salburun, un tipo tradicional de caza que incluye cetrería, tiro con arco, todo ello montado a caballo, o con perros Taigan; Alysh, una lucha típica asiática “de cinturón”; Shagai, lo que nosotros llamarías jugar a la taba (astrágalo de oveja o cabra); Er enish, una lucha cuerpo a cuerpo, pero montados a caballo; Toguz Korgool, un juego de tablero con nueve hoyos y 162 piedras (que representan excrementos de oveja); Kourach, una especie de lucha libre en la que se emplean toallas para tirar a su oponente a sus pies; Mangala, un juego de mesa irakí del grupo de los juegos Mancala que ya se jugaba en el antiguo Egipto y del que existen numerosas variedades locales, por ejemplo, el Toguz Korgool mencionado antes e, incluso, una variedad propia de la España musulmana; o el peculiar Kok-Boru, un deporte donde los participantes luchan a caballo por una carcasa de cabra, y que conocemos todos gracias a la película Rambo-III (1988, Peter MacDonald).
Los primeros tres World Nomad Games se celebraron en Cholpon-Ata (Kirguistán), la cuarta edición se celebrará en septiembre de este año 2020 en Bursa (Turquía) y los de la edición siguiente, los quintos, en el año 2022, en Azerbaijan, en una ciudad aún por determinar.
LAS OLIMPIADAS ESPECIALES
Las primeras Olimpiadas para personas con Síndrome de Down, los conocidos como Trisome Games, se celebraron en el mes de julio de 2016 en Florencia, pero no sé si se celebrará otra edición (en su página oficial no dice nada) y están programados del 31 de marzo al 7 de abril de este 2020 en la ciudad turca de Antalya. Fueron creados por Marco Borzacchini, presidente de la Federación Italiana de Deportes para Personas con Discapacidad Intelectual (FISDIR) y han contado con el exitoso concurso de 36 países. España ha conseguido 17 medallas en esta edición, siendo la gimnasta Sara Martín, la deportista con mayor éxito al obtener cinco medallas de oro: en cinta, mazas, aro, pelota y categoría general. ¡¡FELICIDADES!!
Special Olympics también organizan Juegos cada cuatro años, las Olimpiadas Especiales, a beneficio de niños necesitados. Pueden participar atletas tanto adultos como niños con discapacidades intelectuales, siempre con competiciones adaptadas por nivel. La organización Special Olympics fue fundada por Eunice Kennedy Shriver, hermana del entonces presidente John F. Kennedy, en 1962, tal vez inspirada por la discapacidad psíquica que sufría su hermana, Rosemary Kennedy. Fue reconocida por el Comité Olímpico Internacional (COI), en 1988. Las primeras Olimpiadas Especiales de Veranofueron celebradas en Chicago (Estados Unidos) en 1968. La XV edición de estos Juegos se celebró el año pasado en Abu Dabi (Emiratos Árabes) y la siguiente cita será en Berlín (Alemania) en el año 2023. Las primeras Olimpiadas Especiales de Invierno se celebraron en febrero de 1977 en Steamboat Springs (EE. UU.). Los últimos Juegos (XI edición) se celebraron en el año 2017 en las localidades de Graz y Schladming (Austria) y los próximos se celebrarán en Suecia (en Åre y Östersund) en el año 2021.
LOS JUEGOS OLIMPICOS MICRONACIONALES
Ya solo queda un evento, lo prometo, pero les va a gustar. No, no me estoy refiriendo a la Olimpiada Internacional de Matemáticas, o a los Juegos Olímpicos de Office, que también existen (anuales), sino a otros Juegos Olímpicos muy curiosos, los Juegos Olímpicos de las Micronaciones. En HELICON ya abordamos el tema de las Micronaciones, mencionando la existencia de este evento deportivo desde el año 2009, cuando se celebraron los Primeros Juegos. Su idea es juntar a estas pequeñas “Naciones” en una suerte de competiciones internacionales ya que sus representantes no tienen cabida en ninguna otra competición deportiva, al menos con sus banderas micronacionales. La edición del 2009 se celebró entre los días 18 y 31 de diciembre en la ciudad de Sofópolis, en los Estados Federados de Asgaria.
Su periodicidad es anual y en el mes de Junio de 2016 tuvieron lugar los VII Juegos Olímpicos Micronacionales en la ciudad de Kempinski, parte de la Micronación de El Dorado, de la que, precisamente, no hablamos en los artículos mencionados de HELICON. La “Gaceta de El Dorado” incluye toda la información del evento, además del enlace a su página web. Se han celebrado Juegos Olimpicos Micronacionales en el año 2017 (en Virtualópolis), en el año 2018 (en Puerto Victoria) y en el año 2019 (en Elchelópolis), la X edición. Parece que aún no se ha definido la sede para los Juegos de este año 2020.
Y hasta aquí llega nuestro recorrido por las curiosidades de los Juegos Olímpicos de la Era Moderna. Seguramente… mejor dicho, con toda seguridad, son muchas las anécdotas y curiosidades que no han entrado en este artículo, pero es que eso resultaría casi imposible en un evento de tantísima magnitud como son los Juegos Olímpicos.
Lo que sí puedo asegurar es que si alguna vez se nos permite opinar a los mortales, hay un deporte que no contará nunca con mi aprobación para ser incluido como Olímpico… Se trata del Extreme Ironing, que, por lo visto, existe y se practica con verdadera fruición en un Campeonato Mundial, que nació allá por los años 80 y desde el año 2002 (en un pequeño pueblo cerca de Múnich, entre diez naciones y en cinco modalidades), se viene celebrando anualmente (con alguna excepción). La última edición tuvo lugar el 16 de junio de 2018, cuando un buceador, Roland Piccoli, planchó una camiseta a una profundidad de 42 m en la piscina más profunda del mundo (Y-40) en Montegrotto Terme (Italia). Existe hasta un libro.
Lo malo es que esta “experiencia” se ha difundido de tal modo que ya existen otros “deportes extremos” (absurdos) como Extreme Cello, tocar el violonchelo en un lugar un tanto inusual. Sus actuaciones generalmente se dan para recaudar dinero para diversas organizaciones benéficas y se viene celebrando desde el año 2003 hasta el año 2019, la última edición. También se han popularizado las Carreras de Wok, con woks modificados que se utilizan para realizar carreras cronometradas por una pista olímpica de bobsleigh… No tengo palabras…
Dice Aristóteles que “el bien del hombre es una actividad del alma de acuerdo con la virtud, y si las virtudes son varias, de acuerdo con la mejor y más perfecta, y además en una vida entera”, refiriéndose a la vida adulta, esto es, excluyendo al niño y al adolescente, ya que, según el sabio griego, “sólo el adulto es capaz de poseerla con el ejercicio de las virtudes… Porque una golondrina no hace primavera, ni un solo día; y así tampoco ni un solo día ni un instante bastan para hacer venturoso y feliz” (Ética a Nicómaco, I 7, 1098ª 18, traducción de J. Pallí, en Cervantes Virtual). Todo esto viene a hacernos entender que no porque las cosas se muestren, o se adelanten, podemos darlas por sucedidas. Viene muy a cuento en estos tiempos por dos razones. Primero, porque cierto es que llevamos unos años en los que el tiempo atmosférico no parece acompañar al del calendario. Encontramos primavera cuando aún es invierno y se extiende más allá del otoño.
Sebastian de Covarrubias (1539-1613) en su Tesoro de la lengua castellana o española (1611), decía respecto a ese proverbio que una golondrina es la anunciadora de la primavera, sí, pero que esa estación llega efectivamente “cuando todas ellas vienen de golpe y no porque una se haya adelantado se le ha de dar crédito”. El insigne lexicógrafo y capellán de Felipe II, explicaba que este proverbio “vulgar nuestro, latino y griego” (conocería, seguramente, el escrito aristotélico), implícitamente se refiere a que “del testimonio singular de uno no hemos de formar notoriedad, ni de la cosa que es rara, porque acontezca una vez, sacar regla general”.
Así que no. No hemos de hacer regla general de la cosa que es rara, y ahora viene la segunda razón de la que hablaba al principio, no hemos de pensar que porque ahora mismo el mundo globalizado que conocemos se ha parado estrepitosamente a causa de la pandemia vírica del COVID-19 (coronavirus), no iba a llegar la primavera. Siempre llega.
¡Bienvenida Primavera! Al hemisferio norte ha llegado hoy, viernes 20 de marzo, a las 4:50 hora española (3:50 UTC). AlmaLeonor_LP
Al fin, sucumbió la hierba roja con tanta rapidez como se extendió. Fue presa de una enfermedad debida a la acción de ciertas bacterias […] La hierba roja se pudrió como algo ya muerto […] Y diseminados por todas partes: algunos en sus máquinas de guerra derribadas; otros en las máquinas de trabajo, ahora inmóviles, y una docena de ellos tendidos en una hilera silenciosa, se hallaban los marcianos… ¡todos muertos! Destruidos por las bacterias […] derrotados por los seres más humildes que Dios, en sus sabiduría, ha puesto sobre la tierra.
H. G. Wells La guerra de los mundos (1898).
H. G. Wells ejemplarizó con su libro la ineficacia del mundo colonial que persistía en su tiempo como el mejor de los estados posibles, cuando en realidad, los pobres seres de la tierra, las colonias, estaban destinados a derrotar a los «marcianos», a los imperios colonizadores. El tiempo le dio la razón. Hoy, con una pandemia vírica que amenaza el status de comodidad al que nos hemos acostumbrados en nuestra cultura occidental, muchas son las lecciones que podríamos aprender de aquel libro de Wells. En primer lugar a no subestimar a ningún ser por pequeño que sea, o por pequeño que otros quieren que sea. Hoy, la guerra y la miseria está empujando a muchas personas a abandonar sus países de origen embarcándose en un incierto viaje a ninguna parte, pues nadie les quiere tener cerca. Hoy, que en este mundo intolerante nos vemos abocados a confinarnos en nuestras casas (los más estúpidos ni siquiera entienden eso), debemos volver la vista hacia aquellos a quienes denostamos con tanta ligereza. Hoy, una pandemia puede hacer que todo nuestro mundo se tambalee con una andanada en nuestra línea de flotación, el colapso de los servicios sanitarios y sociales y la paralización de la sociedad. Aquello que los más fanáticos decían que se produciría si ayudábamos a quienes más lo necesitaban, hoy, se ceba entre quienes no quisieron prestar esa ayuda. El colapso y el caos sanitario se ha producido por nuestras propias acciones. Algunas tan insolidarias como imprudentes.
Hoy, más que nunca, es necesario aprender la lección. No hay ningún Goliat que no pueda ser vencido por un David. En nuestras manos está que podamos superar este brote pandémico del Covid-19 (Coronavirus). Pero también está en nuestras manos que aprendamos que la insolidaridad para con nuestros semejantes, su desgracia, nos puede alcanzar en cualquier momento y por las razones más insospechadas.
¡Muchas gracias! A quienes están al pie del cañón haciendo su trabajo para evitar más contagios y fallecimientos. ¡Muchas gracias! A quienes siguen trabajando para que no nos falte lo más básico. ¡Muchas gracias! A la gente que se solidariza con los más necesitados y con quienes muestran su apoyo en redes y medios públicos. ¡Muchas gracias! A los ciudadanos que actúan con responsabilidad y disciplina social. ¡Muchas gracias! A quienes saben que saldremos de esta y que seguirán en la lucha por hacer que la lección no se olvide.
Muchos ánimos y un abrazo solidario a quienes están padeciendo este terrible virus en primera persona y a sus familias ❤
Hoy, 14 de marzo, se celebra en todo el mundo el llamado DÍA DEL NÚMERO PI (letra griega π ), el símbolo utilizado en matemáticas para representar una constante, la razón de la circunferencia de un círculo a su diámetro, que es aproximadamente 3.1415926 (el número al completo, o lo más completo posible, puede verse aquí). Por eso el 14 de marzo, 3.14 en los países anglosajones, que acostumbran a poner el mes delante del día, es el día que representa esta constante.
La festividad, que anualmente celebran desde matemáticos de todo el mundo a gentes de toda condición (incluso quienes descubren hoy lo que significa «Pi»), se le ocurrió al físico Larry Shaw, en 1988, en el Exploratorium de San Francisco (EE. UU.), llegando a contar con una resolución favorable de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, en el año 2009, en la que se declaraba oficialmente el 14 de marzo como Día Nacional de Pi. A día de hoy, se celebra en todo el mundo con entusiasmo inusitado.
La historia del número «π» se remonta a más de 4000 años atrás, cuando algunos sabios de la antigua Babilonia calcularon el área de un círculo tomando 3 veces el cuadrado de su radio, lo que dio un valor de pi = 3. Alrededor del 1900–1680 a. C., ya se aproximaban mucho más, tal y como se puede apreciar en una tabla babilónica, que muestra un valor pi = 3.125. Ya en Egipto, donde las matemáticas parece que cobraron gran importancia, el valor de pi alcanzó la cifra de 3.1605, según se puede apreciar en el Papiro de Rhind (ca. 1650 a. C.). Pero no es hasta Arquímedes de Siracusa (287–212 a. C.) cuando se realiza el primer cálculo de pi (π). El sabio griego aproximó el área de un círculo usando el Teorema de Pitágoras para encontrar las áreas de dos polígonos regulares: el polígono inscrito dentro del círculo y el polígono dentro del cual se circunscribió el círculo.Dado que el área real del círculo se encuentra entre las áreas de los polígonos inscritos y circunscritos, las áreas de los polígonos dieron límites superior e inferior para el área del círculo. Arquímedes sabía que no había encontrado el valor de π sino solo una aproximación dentro de esos límites. De esta manera demostró que π está entre 3 1/7 y 3 10/71.
Bastantes años más tarde, en China, el brillante matemático Zu Chongzhi(429–501 d. C.), al parecer sin conocer el método de Arquímedes, llegó a calcular que el valor de la razón de la circunferencia de un círculo a su diámetro es 355/113. Para calcular esta precisión para π, debe haber comenzado con un registro regular de 24,576 gon y realizado largos cálculos que involucran cientos de raíces cuadradas realizadas con 9 decimales. Todas estas explicaciones matemáticas, que a mi me superan, se pueden encontrar en la página web del Exploratorium de San Francisco.
El caso es que tras estos antecedentes tan importantes para el mundo de las matemáticas, en la década de 1700 se empieza a utilizar la letra griega π para el cálculo del área del círculo. Esa utilización de la letra π deriva de las palabras griegas περιφέρεια (periferia) y περίμετρον (perímetro) de un círculo, expresión que fue utilizada en primer lugar por el matemático británico William Oughtred (1574-1660) y adoptado por el filólogo ingles William Jones (1746-1794), estudioso de la lengua india y los idiomas indoeuropeos, en el año 1706. Pero su uso se populariza a partir del gran matemático suizo Leonhard Euler (1707-1783) que lo difunde alrededor de 1737. Por cierto, que debemos a Euler otra constante matemática, el llamado Número de Euler (número o constante de Napier), base de los logaritmos naturales que forma parte de las ecuaciones del interés compuesto y otros muchos problemas matemáticos, y que aproximadamente equivale a 2.718281828459045235360… El número , al igual que el número y el número áureo (φ), son número irracionales. Finalmente, el matemático francés del siglo XVIII Georges Louis Leclerc (conde de Buffon), ideó una forma de calcular π en función de la probabilidad.
Para acabar de «redondear» este día matemático, un 14 de marzo nació Albert Einstein (1879-1955), y también un 14 de marzo fallecía el gran Stephen Hawking (1942-2018), hace apenas dos años y cuya coincidencia fue comentada por todo el mundo en las redes.
El momento más emblemático de un Día de Pi, hubiese ocurrido el 14 de marzo de 1592 a las 06:53:58 (AM), es decir: 03/14/1592 06:53.58, los doce primeros dígito del número Pi: 3,14159265358. Pero como entonces Pi no era muy conocido, también se considera que el 14 de marzo de 2015, y concretamente, a las 09:26:53 de la mañana, fue un cuasi perfecto momento de un Día de Pi, puesto que puede representarse, con nueve cifras decimales, de esta manera: 3,141592653.
Otra forma de celebrar el Día de Pi, además de elaborar pasteles y tartas con el símbolo griego (es un juego de palabras, pues en inglés, tanto pi como pie, tarta, se pronuncian igual) es reunirse para ver la película Pi, fe en el caos(1998), de Darren Aronofsky, que habla acerca de este número. Así de una forma u otra, celebremos el Día de Pi.