PREFACIO…

«Tended la mano, señores, porque no tengamos después en qué entender. Antes que leáis protesto que, si hallareis algún punto del discurso que os suene mal, que no os escandalicéis, porque yo nunca estudié Teología, y diré desde uno hasta trescientos despropósitos, porque soy un asno: arar y andar. Fuera de esto, si hallareis alguna necedad, dejadla estar, que así me importa acomodarme con los oyentes, para que me entiendan; y si os pareciere suelto en las palabras y poco modesto en las historias, acordaos que sólo en la casa del ladrón no se habla de cuerda, mas el profesor de la pureza, como yo, tiene más libertad para hablar sin calumnia: por lo que dice Petrarca, escribiendo de Cicerón, que mejor sufre la mala filosofía y buena vida de Epicuro, que la buena filosofía y mala vida de Cicerón. Y me disculpa Marcial, que dice: «Lasciva est nobis pagina, vita proba est» (Nuestros escritos son lascivos, pero nuestra vida es casta. Marcial, Epigramas, 1-5: Ad Caesarem) y San Pablo os dice: «Omnia probate, et quod bonum est, tenete» (Probadlo todo, quedaos con lo bueno, Carta 1 Tesalonicenses 5,20)».
TOMÉ PINHEIRO DA VEIGA
Prefacio de su libro «Fastiginia: vida cotidiana en la corte de Valladolid» (1605)