«La sola idea de cambiar tu imagen es un esfuerzo inútil. La mayoría se han convertido en estrellas desarrollando aquello que hacen mejor. Difícilmente puedo pensar en mí mismo interpretando a Hamlet, Edipo o un papel de Noël Coward». Clint Eastwood
(Del libro: «Desde que mi nombre me defiende«, Planeta: 2017, de Francisco Reyero)
Clint Eastwood nació en San Francisco (California) un día como hoy, 31 de mayo, de 1930. Hoy cumple, por lo tanto, 91 años. ¡¡MUCHAS FELICIDADES!!
Cada noche, al cerrar los ojos, veo a mi mujer vestirse de largo y abandonarme por otra mujer, a mis hijas rezar desnudas a la una, a mi perro soñar que es un hombre y a mi deseo que comienza como un loco furioso a cantar.
Cada mañana, al abrir los ojos, descubro que en mis sueños mandé fusilar a un poeta que escribía mejor que yo, y luego escribo para remedar su canto, para que la sangre delatora de lo que él ya no puede decir tiña de oro mis palabras.
Nunca la bondad fue una cualidad de la belleza, pero algunas veces, como en la caracola el mar, oigo en el corazón de los hombres la ternura.
El pasado viernes 21 de mayo, DE TOROS Y DIOSES tuvo el honor de compartir tema en el programa UNA NOCHE EN EL LABERINTO, con Javier Arries, autor del prólogo de mi libro y Jorge, director del programa. Un programa de RNE en el que me sentí muy arropada.
En esta edición número 36 de UNA NOCHE EN EL LABERINTO, se abordaron, además de mi libro, dos temas interesantes: mujeres pintoras en la Historia, de la mano de Peter, con Sofonisba Anguisola o Artemisia Gentileschi, entre otras protagonistas. Con Arancha Díaz conocerán la leyenda japonesa de la mariposa blanca y el significado que tienen en la cultura oriental. Ambos temas fantásticos que seguro que les apetecerá escuchar.
Finalmente, hablé con Javier y Jorge sobre mi libro, DE TOROS Y DIOSES, en un programa que me gustó mucho y con mucha vinculación con el tema de mi libro, porque como dice Javier Arries, todo Laberinto necesita un Minotauro. Pueden escuchar el programa aquí, y mi intervención a partir del minuto 32:05.
¡¡Muchísimas gracias a todo el programa por esta oportunidad!!
No veo las etiquetas Que tanto os empeñáis en que veamos. No leo el odio en sus ojos Que sí que hay en vuestras palabras. No hay acritud sino lágrimas, Las mismas que buscáis eternizar en sus mejillas. No hay más que amor y solidaridad, Dos palabras que jamás entenderéis. Lo que veo son dos hermanos En su deseo de encuentro. Dos tonos de piel En su necesidad de ser uno. Dos personas distintas Que desean ser eso: personas. La aporofobia es sólo vuestra, Vuestro racismo siempre muere en la billetera… Ellos me dan ternura… ¿Vosotros?… Qué pena me dais.
Pena y asco me dan todos aquellos que se han dedicado insultar y vejar tanto a la persona rescatada como a la rescatadora, sobre todo a ella, sabiendo que harían más daño porque podría leer sus bazofias. En este blog, en HELICON, se respeta a la gente que salva vidas y ofrece apoyo y cariño a quienes lo arriesgan todo por poder vivir en paz. Máximo respeto a ambos. Quien tenga un «pero», uno solo… que se vaya de mi blog y de mi lado, porque no merece ni mi tiempo ni mi consideración.
Muchas gracias al escritor vallisoletano Carlos Ibáñez Giralda por permitirme incluir su poema en HELICON. AlmaLeonor_LP
Hemos venido caminando desde el amanecer. Ahorita son algo así como las cuatro de la tarde. Alguien se asoma al cielo, estira los ojos hacia donde está colgado el sol y dice:
-Son como las cuatro de la tarde.
Ese alguien es Melitón. Junto con él, vamos Faustino, Esteban y yo. Somos cuatro. Yo los cuento: dos delante, otros dos detrás. Miro más atrás y no veo a nadie. Entonces digo: “Somos cuatro”. Hacer rato como a eso de las once, éramos veintitantos; pero puñito a puñito se han ido desperdigando hasta quedar nada más este nudo que somos nosotros. Faustino dice:
-Puede que llueva.
Todos levantamos la cara y miramos una nube negra y pesada que pasa por encima de nuestras cabezas. Y pensamos: “Puede que sí”. No decimos lo que pensamos. Ahora volvemos a caminar. Y a mi se me ocurre que hemos caminado más de lo que llevamos andado. Se me ocurre eso. De haber llovido quizá se me ocurrieran otras cosas. Con todo, yo sé que desde que yo era muchacho, no vi llover nunca sobre el llano, lo que se llama llover.
¿Quién diablos haría este llano tan grande? ¿Para qué sirve, eh?
No, el llano no es cosa que sirva. No hay ni conejos ni pájaros. No hay nada. Y por aquí vamos nosotros. Los cuatro a pie. Antes andábamos a caballo y traíamos terciada una carabina. Ahora no traemos ni siquiera la carabina. Vuelvo hacia todos lados y miro el llano. Tanta y tamaña tierra para nada. Se le resbalan a uno los ojos al no encontrar cosa que los detenga.
Así nos han dado esta tierra. Y en este comal acalorado quieren que sembremos semillas de algo, para ver si algo retoña y se levanta. Pero nada se levantará de aquí.
Un antropólogo mostró un juego a los niños de una tribu africana. Colocó una canasta de deliciosas frutas cerca de un tronco de árbol y les dijo:
-El primer niño que alcanza el árbol obtendrá la canasta.
Cuando les dio la señal de inicio, se sorprendió de que caminaran juntos, tomados de la mano hasta alcanzar el árbol y compartieran la fruta. Cuando les preguntó por qué lo hicieron, cuando cada uno de ellos podía conseguir la canasta sólo para él, respondieron, con asombro del antropólogo:
–Ubuntu… ¿Cómo uno de nosotros puede ser feliz mientras el resto sufre?
Ubuntu en su lengua y cultura significa «Yo soy porque somos». Es una forma social de entender el individuo. Es una tribu que conoce el secreto de la felicidad, de la felicidad compartid. Un secreto que se ha perdido en gran medida en el resto de las culturas y sociedades que se consideran civilizadas. Es hora de que gritemos todos ¡¡UBUNTU!!
En las concentraciones de mi ciudad leyendo a Walt Witman
No dejes que termine el día sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños. No te dejes vencer por el desaliento. No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, que es casi un deber. No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario. No dejes de creer que las palabras y las poesías sí pueden cambiar el mundo. Pase lo que pase nuestra esencia está intacta. Somos seres llenos de pasión. La vida es desierto y oasis. Nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia. Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continúa: Tu puedes aportar una estrofa. No dejes nunca de soñar, porque en sueños es libre el hombre. No caigas en el peor de los errores: el silencio. La mayoría vive en un silencio espantoso. No te resignes. Huye. “Emito mis alaridos por los techos de este mundo”, dice el poeta. Valora la belleza de las cosas simples. Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas, pero no podemos remar en contra de nosotros mismos. Eso transforma la vida en un infierno. Disfruta del pánico que te provoca tener la vida por delante. Vívela intensamente, sin mediocridad. Piensa que en ti está el futuro y encara la tarea con orgullo y sin miedo. Aprende de quienes puedan enseñarte. Las experiencias de quienes nos precedieron de nuestros “poetas muertos”, te ayudan a caminar por la vida La sociedad de hoy somos nosotros: Los “poetas vivos”. No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas.
Parece mentira, pero pasados diez años de aquella explosión reivindicativa, que en España tuvo el nombre de 15-M y adquirió otras denominaciones en cada lugar donde sucedió, parece necesitar más que nunca el llamamiento de Walt Witman: ¡¡NO TE DETENGAS!! AlmaLeonor_LP
¿Qué no haría una madre? A esas madres valientes a esas madres sin igual mi admiración proceso mi cariño, mi amistad Llegará algún día que nuestros hijos a los suyos dirán Estudia hijo mío estudia los malos tiempos
¿Quién saben si volverán? A esas madres valientes a esas madres sin igual mi admiración proceso mi cariño, mi amistad Llegará algún día que nuestros hijos a los suyos dirán Estudia hijo mío estudia los malos tiempos