CASTILLO DE BURGUILLOS DEL CERRO

En la provincia de Badajoz, en la localidad de Burguillos del Cerro, se alza imponente sobre una colina un castillo que lleva el mismo nombre del pueblo. Está considerado una de las fortalezas más importantes de España.
Su origen es musulman, construido para defender los burgos (burguillos) de los alrededores ante las acometidas cristianas, que terminaron por conquistarlo en 1230, concretamente por Fernando III (1199-1252), rey que fuera de Castilla (desde 1217 hasta su muerte) y de León (a partir de 1230) y apodado «el Santo». Bajo su reinado la reconquista avanzó hasta hacerse con los reinos de Jaén, Córdoba, Sevilla y lo que quedaba en manos musulmanas de Badajoz, incluido el Castillo de Burguillos del Cerro, que en 1240 lo donará a la orden de los Templarios. El último señor del Castillo fue Diego López de Zúñiga, de la Casa de Béjar.

Consta de una fortaleza, el bloque principal del castillo, de forma casi rectangular y con torres en las esquinas, la más imponente de las cuales es la del Homenaje. Lo rodea, a media altura del monte una antemuralla o barbacana, que es más antigua que la fortaleza. Una torre llamada Torre Parda, cuadrangular, pero de menor tamaño que la del homenaje, y otras tres, una prismática y dos redondeadas, completan la estructura defensiva.
La Torre del Homenaje está compuesta de un cuerpo inferior muy voluminoso y uno superior retranqueado, sobresaliendo un gran matacán para proteger la puerta de acceso. En el interior, la sala del cuerpo inferior, contiene dos cúpulas y una cubierta escalonada de escaleras embutidas en el muro. El patio de armas era donde estaban las habitaciones de la fortaleza y contaba con un aljibe del que solo se conservan restos.

La entrada al castillo se remata por una puerta gótica presidida por un escudo, y protegida por un matacán similar al de la Torre del Homenaje, pero del que solo se conserva una parte. Fue reconstruido en los siglos XIII, XIV y XV y restaurado recientemente, añadiendo un muro de ladrillo visto que causó polémica por su poca relación con el monumento. En octubre de 2018 las laderas del monte donde se sitúa el castillo sufrieron un incendio que amenazó la fortaleza y viviendas de la localidad, pero que fue rápidamente controlado por los bomberos de Zafra y Jerez de los Caballeros.

Este castillo y una de las leyendas que lo rodean (ya se sabe que donde hay templarios, aparecen leyendas de todo tipo), figura en mi libro LA HISTORIA DESDE EL HELICON: LOS BOVIDAE:
«En el siglo XX encontramos al padre de los hermanos Machado, Antonio Machado Álvarez, conocido como Demófilo, coordinando la publicación de la obra Biblioteca de las Tradiciones Populares Españolas (1883-1886), en la que incluyó una disertación publicada en 1884 por su amigo e ilustre folklorista extremeño Matías Ramón Martínez (fundador de la Agrupación Folklórica de Extremadura, la segunda agrupación estatal de este tipo), titulada Apuntes para un mapa topográfico-tradicional de la villa de Burguillos perteneciente a la provincia de Badajoz (Tomo VI). En esta obra se hacía eco de la existencia de una leyenda nacida en el castillo templario de Burguillos del Cerro, que hablaba de un tesoro escondido en forma de becerro de oro y, curiosamente, amarrado con una cadena de oro por su pata (como en los techos astronómicos egipcios que narraban la lucha entre Horus y Seth). Ese tesorillo se encontraba, por lo visto, junto a otras piezas que, «unos dicen habían sido puestos allí por los moros, y otros creen de origen casi sobrenatural […] Algunos, por explicar esta leyenda en formas más racionales, dicen que lo que hay es un tesoro metido en una piel de becerro, y puesto allí por los moriscos» (Biblioteca de Andalucía, pag.98). Cuenta, además, que muchos vecinos lo buscaron afanosamente durante años sin hallarlo, destruyendo el castillo de paso, y que otros se dedicaron a tratar de entender su origen.»
AlmaLeonor_LP
LA HISTORIA DESDE EL HELICON: LOS BOVIDAE:

Bonita historia de uno de los muchos castillos que hay esparcidos por nuestra vieja e intrañable Piel de Toro.
En Castellón en el Desierto de las Palmas, está el Castillo de Muravel, donde se asentó el Cid Campeador, cuando fue desterrado de su pueblo.
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Hay historia en cada sitio que uno busque 🙂
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