Es un relato demasiado bueno como para no compartirlo. ¡Felicidades por el premio! Es absolutamente merecido.
¿Interpretarían toda esta función si fuese yo el protagonista?
Cariacontecidas, casi mil almas comparecemos en el infausto evento. En mitad del patio, un parco ramo de flores situado al pie de un atril que ha vivido tiempos mejores. Sobre este, una terna de fotos de alumnos del instituto.
En cada una de ellas, un rostro adolescente.
Los estamos velando. Murieron anoche, en un funesto accidente de tráfico. No sabemos mucho más. En las noticias han relatado que el conductor perdió el control del vehículo a una velocidad inadecuada. Dos de los ocupantes perecieron en el acto, y el último ha postergado su último aliento hasta que ha despuntado el alba. Ahora, a las doce del mediodía, profesores y estudiantes nos congregamos para llorar la pérdida de nuestros compañeros. Afectados, compungidos, cuestionándonos la evanescencia de la vida.
Aunque no fui testigo del suceso, me puedo imaginar la escena. Eladio, al volante…
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