SANTA ÚRSULA DE COLONIA

SANTA ÚRSULA DE COLONIA

Imagen: Santa Úrsula, de Francisco de Zurbarán.

Ayer, 21 de octubre, un día curioso este año, pues coincide en ser un día 21 del año 21 del siglo 21, se celebró el día de Santa Úrsula, una santa canonizada por su muerte martirizada al no querer renegar de su virginidad prometida al catolicismo. Santa Úrsula protagoniza una historia muy curiosa sobre su martirio, al que suelen acompañar de otras once mil vírgenes. Sobre ella y la leyenda que la acompaña, se ha escrito mucho, y se ha representado en frisos, pinturas y esculturas en varios países europeos, sobre todo en Alemania, pero también en España, donde existen varias reliquias de la santa. Por ejemplo, cinco bustos que posee el Museo Diocesano de Arte Sacro de Álava, otros que se conservan en Astorga (León), los que se encuentran en  el Santuario de la Virgen de la Caridad de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) y alguno más. Son, en total, unos 30 bustos-relicario que fueron donadas por el Emperador Carlos V a varias personalidades de su entorno. Son esculturas de estilo flamenco, datados entre 1520 y 1530, posiblemente realizadas en Bruselas, que contienen reliquias procedentes de Colonia. Santa Úrsula es patrona de dos municipios en Tenerife, uno de ellos con su propio nombre, Santa Úrsula.

Así conté su historia en Anatomía de la Historia hace ya algún tiempo, concretamente el 16 de septiembre del año 2013.

NÚMEROS Y CIVILIZACIONES CLÁSICAS (SEGUNDA PARTE)

Friso de Úrsula y ocho compañeras (siglo XV) en la iglesia de San Wendelinus en Hürth-Berrenrath (Alemania)

Otro mito cristiano habla de 11.000 vírgenes, entre las que se encontraba Úrsula, única hija del rey de Britania, que en el siglo VI cayeron en poder de los hunos y al no querer acceder a sus pretensiones de perder la virginidad, acabaron sacrificadas a manos de sus captores. El suceso acabó siendo devocionado por la Iglesia católica merced a Beatriz de Suabia, esposa del rey castellano-leonés Fernando III el Santo (siglo XIII).

Sin embargo, nada fue lo que parece. En principio solo una inscripción en piedra en la Iglesia de Santa Úrsula en Colonia (de fecha incierta, aunque pudiera ser del siglo V), menciona el suceso: “Un tal Clematius, un hombre con rango senatorial, que al parecer vivía en el Oriente antes de ir a Colonia, fue guiado por frecuentes visiones para reconstruir en esta ciudad, en tierra de su propiedad, una basílica que había caído en ruinas, en honor de las vírgenes que sufrieron martirio en ese sitio”.

No es hasta el siglo IX o X cuando el romancero alemán cuenta ya la historia de la joven Úrsula, aunque con diferentes versiones. Básicamente: viajaba a Roma en peregrinaje por tener que contraer matrimonio (pactado por su padre) con un príncipe bretón, pagano, siendo ella ferviente católica. En la comitiva viajaban diez doncellas de su corte (Martha, Saula, Brítula, Gregoria, Saturnina, Sencía, Pinnosa, Rabacia, Saturia y Paladia) y en el camino de regreso (tras tres años de viaje, aunque otras narraciones hablan de un naufragio), un 21 de octubre, en la agreste Germania fueron capturadas por el rey de los bárbaros hunos, quienes, al parecer, sí que acabaron con sus vidas.

Un documento monacal del año 922 relataba el suceso: “Dei et Sanctas Mariae ac ipsarum XI m virginum”.

El error se pudo producir al reproducir la frase como “undécima millia virginum” (once mil vírgenes) en lugar de la forma correcta “undécima mártires virginum” (once mártires vírgenes). O también pudo venir el error por la última de las doncellas de Úrsula, una jovencita a la que llamaban “la úndecimilla”. Cosas del latín o no, el error se mantuvo, se aceptó y se extendió por toda Europa junto con las consabidas reliquias de las mártires santas (nunca han sido canonizadas, no obstante) veneradas sobre todo en Colonia (Alemania).

El embarque de Santa Úrsula, por Claudio de Lorena

Alma Leonor López Pilar

ROBOTS Y CIBORGS DEL CINE CLÁSICO

ROBOTS Y CIBORGS DEL CINE CLÁSICO

Robby, el robot de Forbidden Planet

En mis páginas de Facebook he estado compartiendo álbumes de fotos con un tema distinto cada mes, en mi página personal, AlmaLeonor_LP, un álbum de arte pictórico y en la página de cine, CinemaCinema (que solo llevo yo, así que es casi personal también), un álbum dedicado al séptimo arte. Pues bien, desde que Facebook ha cambiado de formato he tenido varios problemas para mantener esos álbumes de imágenes, así que he decidido que este mes se salvarán como sea y será el último que lo haga.

Pero el caso es que el último álbum de cine, el de este mes de diciembre, dedicado a los ROBOTS Y CIBORGS DEL CINE, es especial, me ha gustado mucho hacerle y he encontrado verdaderas maravillas, algunas de las cuales casi ni recordaba o no conocía. Así que he decidido contarlo aquí. De momento hoy voy a hablar solamente de robots y ciborgs del cine clásico (ya hemos visto a Gort, el robot gigante de Ultimátum a la tierra), pero iré hablando del resto en los próximos días. Empezamos…

El primero tiene que ser Robby, el robot de Planeta Prohibido (Forbidden Planet, 1956) de Fred M. Wilcox, basada en la novela del mismo título de Cyril Hume. Planeta Prohibido se inspiró en la obra “La tempestad” de William Shakespeare y el robot era la representación de Ariel, un espíritu del aire. En realidad era un traje mecánico de 2,18 metros de altura diseñado por Robert Kinoshita, que llevaba puesto Frankie Darro, mientras que la voz la puso el actor Marvin Miller. Actualmente el traje original (hay muchas reproducciones) es propiedad del mayor coleccionista de Planeta Prohibido, el director de cine William Malone.

Frankie Darro dentro de Robby (izquierda) y Bob May con el robot B-9 (derecha)

Robby figura en el Robot Hall of Fame (creado en el 2003 por la Escuela de Ciencias de la Computación de la Universidad Carnegie Mellon en Pittsburgh, Pensilvania) desde el año 2004. El robot B-9 de la serie de TV Perdidos en el espacio (Lost in Space, 1965-1968), de Irwin Allen (de la que se hizo una película con el mismo título en 1998, dirigida por Stephen Hopkins), también fue un diseño de Kinoshita. En Perdidos en el espacio el actor Bob May usaba el traje y la voz la ponía Dick Tufeld.

Tobor el grande (izquierda) y el Metalogen Man (derecha).

Otro robot de Robert Kinoshita fue Tobor, de la película Tobor The Great (1954) de Lee Sholem. Los utillajes originales de Tobor y su control remoto aún existen, tras llevar 50 años almacenados con seguridad en una colección privada. The Monster and the Ape (1945) de Howard Bretherton, fue una apuesta de ciencia ficción de Columbia Pictures en 15 capítulos. El monstruo del título es el Metalogen Man, un robot creado por el profesor Franklin Arnold y después de mostrar su invento, el robot es robado por el profesor Ernst con la ayuda de su simio entrenado, Thor.

Los Annihalaton (arriba) y The Phantom Empire (abajo)

En la serie de TV Flash Gordon (1936), de Frederick Stephani, el protagonista Buster Crabbe, se tuvo que enfrentar a los Annihlaton, unos hombres mecánicos. The Phantom Empire (1935), de Otto Brower y B. Reeves Eason, fue una serie de 12 películas con un curioso argumento centrado en el oeste americano y una sociedad perdida en el subsuelo donde existen robots, pistolas de rayos, televisión avanzada…

Robots primitivos del cine.

El robot de las películas Mysterious Doctor Satan (1940) dirigidas por William Witney y John English (estudios Republic) estaba interpretado por Tom Steele. En las películas Undersea Kingdom (1936), de B. Reeves Eason y Joseph Kane (una serie de películas en respuesta a Flash Gordon) aparecía un robot con un diseño más primitivo, y en las de The Phantom Creeps (1939) de Ford Beebe y Saul A. Goodkind, protagonizadas por Bela Lugosi, el robot era más extraño y estaba interpretado por Ed Wolff.

Otra imagen del robot de Undersea Kingdom
El robot de Target Earth

Target Earth (1954), de Sherman A. Rose, fue una película de ciencia ficción en blanco y negro que comienza de una forma que nos resultará familiar: la protagonista recupera la conciencia después de un intento de suicidio y deambula sola por una ciudad devastada y con muertos en las calles sin saber que ha pasado. Si, se parece a The Walking Dead y Resident Evil, solo que esa vez son extraterrestres los que asolan una ciudad de los EE. UU. y no zombis. Steve Calvert es el que se enfunda este robot.

The Mechanical Man

Una propuesta italiana fue The Mechanical Man (1921), de André Deed, quien también la protagoniza. Una película muda con un robot, una de las primeras películas de ciencia ficción de la cinematografía italiana, y la primera que mostraba una batalla entre dos robots. El director de fotografía fue Alberto Chentrens. El director también protagonizó la película como un personaje cómico llamado Saltarello.

Mas antigua aún que la anterior es A Clever Dummy (C) (1917) un cortometraje del cine mudo de Ferris Hartman, Robert P. Kerr, Herman C. Raymaker y Mack Sennett, donde el hombre mecánico es un maniqui.

No sé si calificarlo de Robot, pero era un ingenio mecánico de tamaño natural a imagen y semejanza de l conserje del científico que lo fabrica y que estaba interpretado por Ben Turpin. La curiosidad es que primero se construye el robot y más tarde el conserje se hace pasar por robot. Siempre son interpretados por el mismo, claro.

Ro-Man (izquierda) y Chani (derecha).

El Ro-Man XJ2 apareció en Robot Monster (1953), de Phil Tucker, también llamada Monster from Mars. Es una película en 3D y en blanco y negro, realizada de forma independiente, y que ostenta el epíteto de ser una de las peores películas jamás realizadas. El robot (interpretado por George Barrows y con la voz de John Brown, incluso el traje y casco que lleva era propiedad de Barrows) es un ingenio extraterrestre bastante extraño pues aparece con cuerpo de simio y una especie de cabeza biónica dentro de un casco espacial que parece una escafandra. Ro-Man es enviado a la tierra para destruir la humanidad con un rayo mortífero del que solo se libran ocho supervivientes (¿los odiosos ocho? je,je ) entre los que se encuentra una mujer de la que Ro-Man, incomprensiblemente, se enamora y entonces el Gran Líder de su planeta (Great Guidance, también interpretado por Barrows y Brown), tiene que venir a acabar el trabajo y… hasta ahí puedo contar porque lo demás es malo malísimo, parece un plagio de Invaders from Mars (1953) de William Cameron Menzies y, además, utilizó imágenes de archivo de películas como:  One Million B.C. (1940), Lost Continent (1951), Vuelo a Marte (1951), Rocketship XM (1950) y Captive Women (1952). Claro que la película la rodó Tucker en cuatro días y tras las malas críticas (y la imposibilidad de recuperar la inversión económica que había hecho) intentó suicidarse… Curiosamente, lo mejor puede ser la banda sonora, creada por Elmer Bernstein en una época en la que sus simpatías izquierdistas le desbancaron temporalmente de Hollywood aceptando trabajar en películas menores del cine independiente. También una de las protagonistas, Selena Royle (la madre), estuvo en la lista negra de Hollywood y esta fue su última interpretación.

En Devil Girl from Mars (1954) de David MacDonald, la protagonista es Nyah, una comandante de Marte, que se dirije a la Tierra para reclutar hombres para su planeta donde se han extinguido… Estaba interpretada por Patricia Laffan una actriz inglesa que se había dado a conocer gracias a su interpretación de Poppaea en Quo Vadis (1951). La acompaña un robot llamado Chani que fue construido por Jack Whitehead y estaba totalmente automatizado, aunque sufrió averías durante el rodaje.

The Colossus of New York

Para empezar, el guion de The Colossus of New York (1958) de Eugène Lourié, fue escrito por Thelma Schnee, quien con su apellido de casada, Moss, terminó por ser una famosa parapsicóloga, basándose en una historia de Willis Goldbeck. Los efectos fotográficos especiales son de John P. Fulton y Wally Westmore se encargó del maquillaje. Cuenta la historia de Jeremy Spensser, cuyo inteligente cerebro es trasplantado por su padre científico al enorme cuerpo de un cyborg aterrador, The Colossus (en este caso el nombre se refiere tanto a la persona human, un coloso de la ciencia, como al robot, un coloso por lo grande) que está interpretado por Ed Wolff. El robot va perdiendo su “humanidad” a medida que aumentan su poderes mecánicos, mata a varias personas y solo su hijo pequeño le hace recapacitar y le dice como puede apagarlo y destruirlo.

M.O.G.U.E.R.A., fue el extraño robot de The Mysterians (1957) de Ishirô Honda, una de las diez producciones nacionales más taquilleras del año y la primera colaboración entre Ishirô Honda y el director de efectos especiales Eiji Tsuburaya. De Nuevo un clásico… extraterrestres con un gran robot que quieren destruir la tierra, pero esta vez son japoneses y claro, el robot es gigantesco y feísimo. Y otra curiosidad, los alienígenas Mysterianos declaran que han tomado cautivas a algunas mujeres de la Tierra y, a cambio de no destruirla, exigen tanto la tierra como el derecho a casarse con sus mujeres. Es decir, Devil Girl from Mars pero al revés.

María de Metropolis

Si empezamos este recorrido por los robots y ciborgs más emblemáticos del cine clásico con el robot Robby, protagonista de una de las películas de ciencia ficción considerada de culto, lo terminamos con otro de igual o más carisma, Maria, de la película, igualmente de culto, Metrópolis (1927) de Fritz Lang. Fue una de las películas más costosas de su época, está considerada una de las grandes películas del cine expresionista alemán y de la historia del cine mundial, y fue el primer filme considerado Memoria del Mundo por la UNESCO. La protagonista es una robot femenina, María, interpretada, tanto en su forma humana como robótica, por la actriz Briggitte Helm, quien sufrió lo indecible al enfundarse en la carcasa metálica del robot, que se recalentaba excesivamente con los focos y tuvieron que inventar un sistema de refrigeración acompañado de un depósito de agua con una pajita para hidratar a la sufrida actriz. Además la escena de la hoguera era real, las llamas eran reales, no hay truco en ellas (tampoco en la escena de la inundación). Hoy, la estética de la película, y en especial la de María, está considerada como excepcionales, atemporales y de gran aceptación .

Maria fue el primer robot femenino del cine, fruto de la imaginación de Thea von Harbou, la autora del libro de 1926 en el que está basado la película y que era la esposa del director. Está ambientada en un futuro que hoy no nos parece tanto, en el año 2026, dentro de cinco años. La película se estrenó en Berlín el 10 de enero de 1927 y en España lo hizo en dos entregas el 29 de mayo de 1929 en el Cine Iris Park de Barcelona, con el título de Metrópolis (La ciudad sobre las ciudades). Fue también una película controvertida, entendida a veces como un guiño al nacionalsocialismo alemán, con el que Thea von Harbou simpatizaba, no así su marido Fritz Lang (por lo que se separaron), que acabó por decir que no le gustaba la cinta ni la idea de que el corazón fuese el “Mediador” (la figura así llamada en la película) entre la mano (la fuerza del trabajo) y la cabeza (la capacidad directora de la sociedad), porque era falsa.

No obstante nos va a servir para presentar la próxima entrega, dentro de unos días, sobre los ROBOTS Y CIBORGS FEMENINOS DEL CINE…

AlmaLeonor_LP

HEIDELBERG Y EL PALATINADO

HEIDELBERG Y EL PALATINADO

Álbum de fotos pinchando en la imagen o aquí.

Es julio del 2008 cuando emprendimos este viaje. La primera parada al llegar a Heidelberg fue en el parking del Castillo. Desde allí nos enamoramos de Heidelberg y se nos olvidaron todos los problemas de circulación y aparcamiento que habíamos vivido (muchos coches a la hora que llegamos, muchísimas bicis, vías estrechas, calles de una sola dirección…). Quisimos empezar a conocerla enseguida, empezando por la noche. Pero antes nos instalamos en el Camping Heidelberg-Schlierbach, justo debajo de donde estábamos, en un enclave a orillas del río Neckar.

Heidelberg es la más antigua ciudad universitaria alemana y una de las mejores zonas económicas del país. Es una ciudad romántica, cosmopolita y dinámica, y según la información que encontramos, une dos contrarios difíciles de congraciar: Mito y Modernidad, pero es absolutamente cierto. Aquí se descubrió el primer resto fósil de Homo Heidelbergensis, de hace unos 600.000 años, que fue, hasta descubrirse Atapuerca, el fósil humano más antiguo de Europa. Pero es más conocida por ser la ciudad del Romanticismo, gracias a los artistas alemanes del siglo XIX que la inmortalizaron en sus obras, tales como Grimm, Goethe, Eichendorff o Friedrich Hölderlin (1770-1843) quien afirmó que Heidelberg era “…de las ciudades patrias la más bella…”.

Desde la Bismarck Platz emprendimos el camino hacia el Casco Antiguo por la Hauptstrabe, la calle peatonal y comercial que atraviesa Heidelberg. A medida que nos acercábamos, el ambiente se animaba considerablemente y había muchos locales abiertos. Uno de los más emblemáticos es “El Buey Rojo”, un local de 1703 que reunía a las antiguas hermandades de estudiantes. Los estudiantes de hoy siguen haciendo caso de su máxima: “Si quieres recuperarte después de empollar como un animal, coge tus cosas y vete al Buey…”. Después de cenar, llegamos hasta la Plaza del Mercado, con mesas a la luz de las velas y con el Castillo iluminado al fondo. El ambiente del centro de Heidelberg no decaía mientras la noche se adueñaba de todos sus rincones.

El Puente de Piedra, por Friedrich Rottmann, (circa 1800)

Al día siguiente tomamos el bus hasta la parada del Alte Brücke, el Puente Viejo sobre el Neckar, que conecta el casco antiguo con la orilla opuesta del río, en el extremo oriental del distrito de Neuenheim. Pero, lamentablemente, estaba completamente cubierto por obras, aunque aún pudimos ver algo y observar el Castillo desde él. El primer puente sobre el Neckar, de madera, era medieval, del año 1248. Hasta 1786 no se construyó un puente de piedra, uno de nueve arcos de arenisca roja al que se le puso el nombre del Príncipe Elector del momento, Karl Tehodor. La Puerta de Entrada Sur, con sus dos torres blancas, también data de esta época. Durante los últimos días de la 2ª Guerra Mundial el puente fue volado, pero en 1946 se rescataron las piedras del río y el puente se reconstruyó por completo al año siguiente.

El mono del Puente de Heidelberg (Stateofthings wikipedia)

Cuenta la historia que junto a la Torre Norte del Puente Viejo se situaba un mono que mostraba un espejo a los paseantes. Cuando en 1689 se derribó tanto el puente como la torre, también desapareció el mono. En 1979 se realizó una escultura modernista del Mono del Puente que se ha colocado en la Puerta de Entrada Sur. Es una de las imágenes más fotografiadas de Heidelberg, literalmente “tomada” por un nutrido grupo de japoneses cuando nosotros llegamos, con lo que no pudimos fotografiarle ni de lejos.

Desde la Puerta del Puente se accede a la Calle Steingasse del Casco Antiguo. Lo primero que se puede ver son varias casas renacentistas muy bonitas, como la posada “Zum Goldenen Hecht” (El Lucio Dorado). Siguiendo por aquí encontramos la conocida como Casa Ritter, una de las más bellas fachadas de Heidelberg. Construida en 1592 por un comerciante de paños, fue la única casa renacentista burguesa que se salvó de la destrucción y el posterior incendio que asolaron el Castillo y la ciudad durante la Guerra del Palatinado, el 22 de mayo de 1693. Desde 1705, y completamente restaurada, es un lujoso hotel.

Luego nos acercamos a la Plaza del Mercado donde encontramos un animado mercadillo callejero que rodeaba la Iglesia del Espíritu Santo. En esta iglesia gótica de los siglos XIV-XV, están sepultados los Príncipes Electores del Palatinado. Es la iglesia más grande de la región y su torre tiene una altura de 82 mt. Fue destruida durante el incendio de 1693 y reconstruida en 1700. Desde entonces ha sido utilizada alternativamente por católicos y protestantes, llegando a construirse un muro de división que no desapareció hasta 1936. En la plaza se encuentra también la Fuente de Hércules, de 1701, y el Ayuntamiento, reconstruido el mismo año, que posee una torre con carillón cuyo sonido puede escucharse todos los días a las 12:00, a las 16:00, y a las 19:00 horas.

Nuestro paseo nos lleva ahora hasta la Estatua de la Virgen barroca (1718) situada en el Kornmarkt o Plaza del Mercado del Trigo, y poco después hasta la Plaza de la Universidad. La Universidad fue fundada en 1386 por Ruperto I, siendo la tercera del Imperio (después de las de Praga, 1348 y Viena, 1365) y la primera de Alemania. El edificio de la Vieja Universidad fue construido en 1712 y el de la Nueva Universidad en 1933. Nuestra información nos dice que son dignos de visitarse tanto el Museo de la Universidad, como la Cárcel de los Estudiantes, en la Calle Augustinergasse, pero nosotros estábamos ansiosos por subir al Castillo, y fue lo que  hicimos desde el Casco Antiguo, por una empinada y empedrada cuesta que va a dar directamente a las taquillas.

En el terreno de un Castillo medieval, en una terraza saliente del Monte Königsstuhl, domina uno de los testimonios culturales alemanes más importantes, el Castillo-Palacio de Heidelberg, que es considerado el Castillo en ruinas más grandioso de Alemania. Durante cinco siglos fue la residencia de los Príncipes Electores del Palatinado, tiempo durante el cual fue casi destruido en varias ocasiones. Las ruinas se convirtieron en el símbolo de toda una época, la del Romanticismo alemán.

En el año 1300 se modificó como Castillo defensivo y en el siglo XVII como Palacio Renacentista. En 1693 fue casi convertido en ruinas tras la Guerra del Palatinado y vuelto a reconstruir para ser de nuevo atacado por un rayo y un posterior incendio en 1764. Hoy, en contra de todos los planes de renovación y gracias a medidas de conservación monumental, se ha mantenido en su estado de semi-ruina.

Nada más pasar las taquillas se encuentra el Patio Principal, con el Gläserner Saalbau y su Campanario del siglo XVI, y los principales edificios: el Friedrichsbau (1605) y el Ottheinrichbau (1560). El Friedrichsbau (Edificio de Federico) es un Palacio Renacentista restaurado, con 16 antepasados en las hornacinas de la fachada. En este edificio se encuentra la Capilla, el Salón del Rey y el Edificio de las Doncellas, todo visitable de forma guiada

Visitamos la Bodega donde se encuentra el Gran Tonel, una enorme barrica con capacidad para 222.000 litros de vino que mandó construir (y rellenar) Karl Theodor hacia 1751, y para el que hicieron falta 130 troncos de roble. Una escalera permite ascender hasta la parte más alta y verlo desde arriba y por detrás (no es el de la imagen, era mucho más grande).

El Ottheinrichbau (Edificio de Ottheinrich) es una de las fachadas renacentistas más bellas de la época de este Príncipe Elector (1502). Se ha conservado en ruina, aunque en sus sótanos se encuentra el Museo Farmacéutico Alemán.

Fundado en 1957, fue una de las visitas más bonitas e interesantes que hicimos. Muestra la historia y el desarrollo de la farmacia desde la Antigüedad hasta el siglo XX (con una explicación del desarrollo de la Aspirina Bayer por ejemplo), así como varias reproducciones de farmacias antiguas con sus muebles, vasos, tarros de cerámica (alemanes, italianos, holandeses…) y utensilios médicos, a cual más bonito, pero también todos aquellos elementos, animales, naturales o artificiales, utilizados en medicina desde la Edad Media. Más abajo aún, se podía admirar la reproducción de un laboratorio alquimista, con sus pipetas, jarras de decantación, hornos, morteros, alambiques, etc que era una auténtica maravilla.

No se puede dejar de entrar los Servicios del Castillo, (se paga un euro) porque están cubiertos de cuadros donde se pueden ver monedas y billetes de todas las épocas y de todas las partes del mundo.

Ya solo nos quedaba entrar a través del Gläserner Saalbau (Salón de los Espejos), y su Torre Campanario que tiene un reloj de sol en la fachada. Este edificio, que sí está restaurado, es el acceso a una balconada muy amplia desde donde se obtienen magníficas vistas de Heidelberg, el Neckar y el Paseo de los Filósofos, el paseo situado al otro lado del río y desde donde los poetas que cantaron el romanticismo alemán contemplaban el Castillo.


Solo nos quedaba volver a recorrer la parte exterior. La Torre de Defensa es una derruida construcción que sirvió en su día para conservar en seco la pólvora. En 1693, expertos franceses consiguieron volarla pese a sus muros de 6.5 mt de espesor. Otros restos que pueden verse muestran la imponente arquitectura militar del edificio, pero que no pudieron escapar a la destrucción de 1693.

Al salir nos encontramos con la puerta que conserva una Argolla de Leyenda. Luís V mandó construir en 1620 una Torre de Defensa llamada Torturm (Puerta Fortificada), que cuenta con un Rastrillo y un Foso. En la parte de arriba está instalada la vivienda del vigilante de la Torre. Según se dice, instaló una pesada Argolla en la puerta y prometió que quien pudiese romperla con los dientes se convertiría en dueño del Castillo… Había que intentarlo.


“Que toda despedida vaya de la mano con la intención de volver”. ¡Hasta la vuelta Heidelberg!

AlmaLeonor_LP

ALMAS PARA EL RECUERDO: FANNY BULLOCK WORKMAN

ALMAS PARA EL RECUERDO: FANNY BULLOCK WORKMAN

Una de las reivindicaciones que he querido transmitir con mi libro VISIBLES, MUJERES Y ESPACIO PÚBLICO BURGUÉS EN EL SIGLO XIX, es que los historiadores debemos prestar más atención e investigar con más ahínco todas aquellas acciones femeninas realizadas en ámbitos públicos que parecían estar solo al alcance del sexo masculino. Este tipo de trabajos son imprescindibles en el avance por el reconocimiento de la igualdad y, afortunadamente, hay cada vez más publicaciones al respecto. Hoy, en el Día Internacional de la Mujer (que se lleva celebrando desde 1975), quiero reconocer la labor de la estadounidense Fanny Bullock Workman, una mujer casi desconocida pero que fue una de las primeras alpinistas profesionales y una defensora de los derechos de la mujer.

Por razones de un necesario acotamiento a la hora de realizar mi trabajo de TFM (que es de donde nace mi libro sobre las mujeres del XIX), no me dediqué en profundidad a describir la interesante aportación de las mujeres decimonónicas en el deporte. Hubo muchas que habría sido necesario mencionar, desde campeonas olímpicas en los deportes en los que se les permitía participar (tenis o tiro con arco, por ejemplo), a mujeres con un empuje envidiable que quisieron destacar en deportes tenidos por tan poco femeninos como el béisbol, el cricket, las carreras de fondo, la natación, el boxeo o el ciclismo, afición esta que llegó a constituir, incluso, todo un ejercicio de emancipación femenina, como ya conté en otro artículo de HELICONPues bien, Fanny Bullock, además de gran aficionada a la bicicleta, destacó en alpinismo, otro deporte que se tenía por no deseable para las mujeres de su tiempo, pero en el que muchas participaban aunque solo fuese por ese afán de viajar y descubrir que se hizo tan popular entre los burgueses del siglo y que ha ofrecido fotografías increíbles de mujeres ascendiendo paredes de piedra o hielo, incluso con sus complicados vestidos. Fanny fue más allá, incluso, descubriendo, describiendo, cartografiando y topografíando lugares casi inexplorados. Pero empecemos por el principio.

Fanny Bullock Workman (1859-1925) nació, como no, en el seno de una familia adinerada de Massachusetts (EE. UU.), lo que le permitió desarrollar todas sus aficiones e inquietudes. Como correspondía a su rango estuvo a cargo de institutrices en su infancia y estudió en algunas de las escuelas (para señoritas) más reconocidas del país, en Nueva York. Ya desde entonces mostraba su inquietud por los idiomas, los viajes y la aventura. Como muchos de los jóvenes altoburgueses de su tiempo (hombres, principalmente, pero también mujeres) tras sus estudios realiza un viaje por Europa, visitando, entre otros lugares, París. Es aquí, en el viejo continente, donde empieza a publicar algunas pequeñas historias con un estilo impecable, como una en la que una mujer inglesa, infatigable montañera y con pasión por los viajes, llega a ser una gran alpinista y termina casándose con un hombre con su misma afición. Fue el primer atisbo de lo que sería su verdadera vida, pues cuando volvió a Massachusetts en 1879 se casó con William Hunter Workman (1847-1937), hombre adinerado y muy aficionado al montañismo.

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Con William, Fanny descubre la escalada en las montañas de New Hampshire, donde llega a escalar el Monte Washington (de 1.918 mt) en varias ocasiones. Al contrario de lo que ocurría en Europa, en los EE. UU. se permitía a las mujeres pertenecer a clubes de senderismo y alpinismo, lo que abrió las puertas a Fanny para dedicarse a este deporte. En 1889 el matrimonio (con su hija Rachel) se traslada a Alemania para dedicarse por entero a sus aficiones. En Dresde, que es donde se instalan, Fanny no solo va a afianzar su amor por las montañas, sino también su compromiso con la igualdad de la mujer y su decidida cruzada por romper los tradicionales roles de esposa y madre asignados por únicos para la mujer. La bicicleta formaba parte de esa aspiración. Después de perder al que pudo ser su segundo hijo, Fanny y William se dedicaron a realizar rutas extremas en bicicleta.

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Recorrieron miles de kilómetros por numerosos países, como Suiza, Francia, Italia, España (en 1895, donde recorrió unos 4.500 km por toda la península, el Sahara y parte de Marruecos, describiendo el paisaje español como “rústico, pintoresco y encantador”), Argelia, Indochina y la India (al que describió como “un país continuamente hermoso”), donde, junto a Birmania, Ceilán y Java, recorrieron unos 23.000 km en total. Todos estos viajes fueron documentados por el matrimonio con muchas fotografías (de él) y tres libros de viajes (de ella, fundamentalmente, donde, no obstante, consignó algunas incorrecciones cartográficas) contando sus aventuras, que incluían anécdotas como, por ejemplo, el látigo (para ahuyentar animales peligrosos) y el revólver (para defenderse de los ladrones) de los que nunca se desprendían, pues solían dormir a la intemperie allí donde les encontraba la noche. En esos libros Fanny denunció también las pésimas condiciones de vida en las que vivían muchas mujeres en distintas partes del mundo. Su propia experiencia servía igualmente de escaparate reivindicativo de la capacidad de la mujer para emprender cualquier empresa que se propusiera.

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Durante un recorrido en bicicleta por la India recibieron de nuevo la llamada de la montaña. En el Himalaya Occidental practicaron escalada de altura ascendiendo al temible Karakoram, pese a todas las dificultades que se encontraron con los porteadores y suministradores locales, con quienes chocaban a menudo a causa de su practicidad estadounidense, su intransigencia occidental y su impaciencia por emprender nuevos retos cuanto antes. Pero ya nunca se desprenderían de la afición al montañismo.

Habíamos respirado la atmósfera de ese gran mundo montañoso, habíamos bebido de las turbulentas aguas de sus glaciares y nos habíamos deleitado con la belleza incomparable y la majestuosidad de sus imponentes cumbres, y, a medida que pasaba el tiempo, sus encantos reafirmaban su poder y nos llamaba con tensiones irresistibles para regresar una vez más a esas regiones, cuya grandeza satisface plenamente el sentido de lo bello y lo sublime.

William y Fanny Workman, The Call of the Snowy Hispar

Fanny fue una de las primeras mujeres en coronar el Mont Blanc (en 1891), el Jungfrau y el Matterhorn y, junto a su esposo, volvió regularmente al Himalaya, donde realizaron ascensiones y exploraciones en toda la zona a lo largo de más de 14 años (entre 1898 y 1912). Por ejemplo, dieron su nombre y el de su fallecido hijo a sendos montes inexplorados, Bullock Workman (5.930 mt) y Siegfriedhorn (de 5.700 mt).

Resultado de imagen de Fanny Bullock Workman

Uno de los mayores logros montañeros de Fanny fue la ascensión al Pinnacle Peak (de 6.930 mt.), estableciendo un récord de altitud femenino en su tiempo (otros dos fueron el Koser Gunge, de 6.400 mt, y un pico del Pyramid Peak, de 6.878 mt). También se dedicó a explorar, junto a su esposo, algunos glaciares casi desconocidos del Himalaya, como el Chogo Lungma, el Hoh Lumba, el Hispar, el Biafo (de 60 km de largo, estableciendo un nuevo récord al ser la primera mujer en atravesar un glaciar de ese tamaño) y en 1912 el gran Glaciar Siachen, de 72 km, en esos momentos el glaciar subpolar más ancho, más largo, el menos accesible y el menos explorado del mundo, estableciendo otro récord femenino. Es aquí, en una meseta de unos 6.400 mt., donde Fanny, que había organizado y dirigido toda la expedición, se haría tomar por su esposo una fotografía icónica sujetando un periódico donde podía leerse “Votos para las mujeres”.

El objetivo de colocar mi nombre completo en relación con la expedición [Glaciar Siachen]… no es porque quiera empujarme de ninguna manera, sino únicamente que en los logros de las mujeres, ahora y en el futuro, deberían ser conocidas por ellos y declarar en forma impresa que una mujer fue la iniciadora y líder especial de esta expedición. Cuando, más tarde, la mujer ocupe su posición reconocida como trabajadora individual en todos los campos, así como en los de exploración, no se necesitará tal énfasis en su trabajo; pero ese día no ha llegado por completo, y en este momento corresponde a las mujeres, en beneficio de su sexo, dejar constancia de lo que hacen, al menos, en el registro.

Fanny Workman, Two Summers in the Ice-Wilds of Eastern Karakoram

Fanny Workman fue la primera mujer estadounidense que ofreció una conferencia científica en la Universidad de la Sorbona de París y la segunda en ser miembro de la Royal Geographical Society británica (la primera fue la naturalista y viajera inglesa Isabella Bird Bishop, en mayo de 1897). De vuelta a los EE. UU. el matrimonio Workman se dedicó a dar conferencias sobre su experiencia viajera y alpinista. Fanny, que había sido admitida como miembro de varios clubes alpinistas del mundo (como el American Alpine Club, Royal Asiatic Society, Club Alpino Italiano, Deutscher und Österreichischer Alpenverein y Club Alpin Français), fue reconocida como una gran escaladora y una de las figuras más importantes del alpinismo femenino de su época, junto a la conocida Annie Smith Peck (1850-1935) o la escocesa Lucy Smith, fundadora del Ladies Alpine Club en 1907.

Fanny Workman murió en 1925 en Cannes (Francia). Su fortuna sirvió para financiar varias becas, una de ellas para estudiantes de doctorado de Arqueología e Historia del Arte en una universidad de Pensilvania que aún hoy sigue vigente.

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FUE UN 20 DE NOVIEMBRE

FUE UN 20 DE NOVIEMBRE

Imagen: Eliminación de un busto de Franco en julio de 2003, en la plaza principal de Puenteareas (Galicia). The New York Times(es). Credit: Agence France-Presse

 

El periodo de la Historia de España que se ha dado en llamar “franquismo” terminó con la muerte de su protagonista… “treinta y cinco minutos antes de las 6 de la mañana del día 20 de noviembre del año 1975”. Así lo expresa Jose Luis Ibáñez Salas en su libro “El franquismo” (2013), con minúscula, porque es así como debe escribirse, publicado por Silex ediciones y que ya tuvo su reseña en HELICON. Las palabras que componen esta entrada están extraídas y actualizadas de aquella entrada.

Afirma Jose Luis que el franquismo que culminó en un día como hoy de 1975, no fue un régimen fascista sino personalista, dirigido por un hombre acostumbrado a nadar entre agitadas aguas procurando siempre colocarse, sin que se sepa muy bien cómo, en la cresta de la ola ganadora. Solo así se entiende que un totalitarismo tan personal consiguiese aunar en torno suyo a todas las diferentes, muy diferentes, “familias” (por utilizar el término del propio dictador) que le auparon y mantuvieron en el poder: militares, monárquicos tradicionalistas, derecha española, falangistas y jerarquía católica.

Dice el autor al respecto que “el totalitarismo fascista” solo existió en tanto que extensión de la propia “eternización de la figura de Francisco Franco”, y solo atribuye una cierta “fascistización del franquismo” a la labor ejercida por Jose Luis Arrese, Ministro secretario general del Movimiento. Nombre que, por cierto, se eliminó hace muy poquito (en septiembre del año 2017) del callejero de Valladolid, en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica y según acuerdo unánime del Pleno del Ayuntamiento, pasando a denominarse actualmente Avenida de Miguel Ángel Blanco.

Son muchos los historiadores que afirman con contundencia que el franquismo no fue un fascismo, que ni se acercó siquiera a los llevados a cabo en Alemania e Italia previamente a la II Guerra Mundial. Es verdad, pienso lo mismo. Pero también concluyo que es muy probable que incluso desde 1931 y hasta 1975 (y tal vez se pueda extender hasta la actualidad, hasta esta rabiosa actualidad que ha re-actualizado todo lo relacionado con Franco y el franquismo), todos, desde particulares a grupos e instituciones, todos los que de alguna manera se vieron afectados por el protagonismo del golpe de Estado, la Guerra Civil y el propio franquismo, sí que lo vieron, lo apreciaron, lo vivieron y lo combatieron como tal, como un fascismo “a la manera española”. Es posible que este sea un aspecto aún por investigar y es muy posible que, a la luz de la actualidad, pueda cobrar, incluso, más duros tintes.

El libro de Jose Luis Ibáñez Salas concluye con un magnífico capítulo sobre el periodo que se ha dado en llamar tardofranquismo, en el que destaca la idea general defendida en toda la obra: No hubo libertades en el régimen de franco. Pues un día como hoy, “treinta y cinco minutos antes de las 6 de la mañana del día 20 de noviembre” pero del año 1975, empezó a haberlas.

AlmaLeonor_LP

LAS CUATRO «K»

LAS CUATRO «K»

Imagen: Adam Pekalski

¿Trabajar? Horrible palabra. ¿Y en qué? Recuerda la leyenda o la realidad de las norteamericanas que visitaron en su imperial yate a Guillermo II. Como feministas que eran, defendían la intromisión de la mujer en todos los órdenes cuando el káiser las interrumpió:

– En esta cuestión, soy partidario de la teoría de mi mujer, la cual sólo admite entre las ocupaciones femeninas las cuatro K, a saber: Kirche, Küche, Kinder, Kleider (iglesia, cocina, niños, vestidos).

Joaquín Azpiazu (jesuíta) «Tu y él» (1951)
En: «Los feminismos como herramientas de cambio social»Vol 1, de Esperança Bosch Fiol
(2006, Universitat Illes Balears), pag.21

 

TÉRMINOS ALEMANES DE LA IIGM

TÉRMINOS ALEMANES DE LA IIGM (I)

Airborne Museum, Sainte-Mère-Eglise (Normandía, Francia). Imagen propia.

El lenguaje es un ente vivo que adopta términos y giros lingüísticos según sean vistos como necesarios o útiles por sus usuarios. Pero en este caso no hablaremos de eso, sino de una serie de términos alemanes que quedaron ya fijados para siempre en nuestra cultura unidos a los desgarros y atrocidades de la IIGM.

Reichstag

Imagen: El Reichstag en 1945

Denomina al Parlamento alemán desde la Edad Media, cuando hace referencia a la Asamblea del Sacro Imperio Romano Germánico. Tras su disolución y después de las Guerras Napoleónicas, se utilizó la palabra Reichstag para denominar el parlamento incluido en la llamada Constitución de Fráncfort de 1849, que nunca llegó a ponerse en práctica. Desde entonces, y hasta el periodo de dominio nazi, fue el término que denominaba al Parlamento alemán, elegido por el pueblo aunque con diferentes representatividades según el momento.

Cuando en enero de 1933, Adolf Hitler fue nombrado Reichskanzler (Canciller) por el Parlamento (pese a que no tenía mayoría absoluta y perdía representatividad con respecto a las anteriores elecciones), inició un proceso de cambio hacia posiciones totalitarias y de control del Parlamento (Gleichschaltung, que significa “unificación”, pero que en la práctica supuso la Machtergreifung, la toma del poder por parte de los nazis y la “nazificación” del país), que se consolidó tras el Incendio del edificio del Reichstag el 27 de febrero de 1933 y la subsiguiente  “Ley habilitante de 1933”, con la que el Parlamento alemán fue oficialmente inhabilitado para ejercer el poder legislativo. Su última sesión, ya únicamente como simple juguete en manos del partido nacionalsocialista, tuvo lugar en 1942.

Führer

Führer es una palabra que simplemente significa “jefe” o “líder”, aunque los acontecimientos posteriores a la IIGM hayan trastocado la definición y se utilice a menudo como sinónimo de “dictador”. Más habitualmente, Führer es hoy en día, otra forma de referirse a un solo hombre, Adolf Hitler. De hecho, fue él quien se autodenominó así como primer secretario (Vorsitzender) del NSDAP (Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán) en 1921, otorgándose el poder absoluto sobre los seis diferentes comités (Ausschussen) que integraban su estructura: propaganda, finanzas, juventud, deporte, investigación y arbitraje. Con ello, Hitler se aseguró de implantar el dogma o Führerprinzip, que podría traducirse por “principio de autoridad”, o también, obediencia absoluta al líder. Bajo este principio, su palabra se sobreponía a cualquier ley.  Hitler reflejó su ideología en el libro Mein Kampf (mi lucha) publicado entre 1925 y 1926, figurando en algunas ediciones como «el Führer de todos los germanos».

En 1934, cuando Hitler ocupa a la Cancillería, tras la retirada de poderes del Reichstag y el fallecimiento del Presidente de la República, Paul von Hindenburg (1847-1934), acaparó los cargos de jefe del Estado (Führer) y jefe de Gobierno (Reichskanzler) hasta su muerte en 1945.

Como símbolo de esa obediencia ciega en el líder, se instaura el saludo Heil Hitler! (¡Salve Hitler!),  , de origen romano y copiado de la Italia de Mussolini, que se impuso en los actos públicos y militares, donde algunas veces se coreaba hasta tres veces con el saludo romano original, que significaba “salve victoria”: Sieg…Heil! Sieg…Heil! Sieg…Heil! Heil Hitler!

Lebensraum

Cartel de propaganda anunciando el regreso de colonos alemanes.

Significa “espacio vital” y es un término que no nació durante el nazismo, sino  mucho antes, en el siglo XIX, cuando lo acuña el alemán Friedrich Ratzel (1844-1904). La idea surge a partir de las teorías geopolíticas que empiezan a hacer furor en la segunda mitad del XIX, al tiempo que las ideas biologistas y naturalistas, que relacionaban territorio y población. Según esta ideología, un Estado quedaba garantizado si contaba con un territorio ampliamente espacioso para atender las necesidades de su población y su propia vitalidad (expansión). Ratzel apuntó el tema cuando Alemania se vio mermada geográfica y económicamente tras los acuerdos del Tratado de Versalles (1919) que pusieron fin a la Gran Guerra. El Lebensraum fue considerado como una necesidad vital por el nazismo en cuanto Hitler llegó al poder, justificando en esta teoría su deseo de ampliar territorialmente Alemania, principalmente por el este. Así lo explicó en su libro Mein Kampf (mi lucha): “los alemanes tienen el derecho moral de adquirir territorios ajenos gracias a los cuales se espera atender al crecimiento de la población”.

Comenzó entonces un desenfrenado plan para incorporar territorios “naturales” alemanes como Austria  y los Sudetes (Sudetenland) del territorio Checo. Esta operación llevó el nombre de Anschluss (Anexión), nombre utilizado por primera vez con la anexión de Austria y su transformación en la provincia alemana de Ostmark (Marca del Este). El plan también incluía Polonia (su invasión en 1939 inicia la II GM), Ucrania y todos los países del Cáucaso (fue el objetivo de la Operación Barbarroja en el marco de la guerra) hasta los Urales. La idea era establecer el Gran Reich Alemán (Großdeutsches Reich) o  Reich Teutónico en palabras de Hitler (también se refirió a él como “Estado germánico de la nación alemana”, o Germanischer Staat Deutscher Nation), una idea territorial que varió a lo largo del tiempo y que en algún momento incluyó, además de los mencionados: Alsacia-Lorena, los Países Bajos, la parte flamenca de Bélgica, Luxemburgo, Dinamarca, Noruega, Suecia, Islandia, Liechtenstein y las partes de habla alemana de Suiza. Alemania consiguió también establecer acuerdos para mantener “Estados Títeres” aliados fuera de sus territorios de expansión: la Francia de Vichy, Croacia, Serbia y Noruega.

El equivalente en el fascismo italiano sería la herencia de la “Italia irredenta”, la aspiración de obtener territorios del Trentino austriaco, además de Istria y Dalmacia (Eslovenia y Croacia), los territorios franceses de Niza, Saboya y Córcega, la griega Corfú y otras islas jónicas, Malta, Mónaco, Albania, Montenegro y los territorios africanos de Libia y Túnez. En Japón fue la Esfera de Coprosperidad de la Gran Asia Oriental que justificó la invasión de China y Manchuria.

Übermensch

Entrada al Campo de Concentración de Auschwitz

En sus inicios, Übermensch hacía referencia a un concepto filosófico esgrimido por Friedrich Nietzsche en su libro “Así habló Zaratustra” (1883), en el sentido de una humanidad superior. Pero durante el nazismo fue utilizado frecuentemente para describir la raza aria como superior en un sentido completamente biológico. El Übermensch se convirtió en una de las bases filosóficas del nacionalsocialismo, contraponiendo el concepto al de Untermenschen, o “humanos inferiores”,  que para nada aparecía en la obra de Nietzsche. En base a esta ideología, se crearon una serie de medidas tendentes a depurar del territorio alemán a todos aquellos a quienes consideraban tenían una vida “indigna” de ser vivida (Lebensunwertes Leben)Admirador de la selección infantil procurada en la griega Esparta, así lo expresó Hitler en el segundo libro del Mein Kampf:

“La exposición de los enfermos, los débiles, los niños deformes, en definitiva, su destrucción, era más decente y en verdad mil veces más humana que la miserable locura de nuestro tiempo que preserva a los sujetos más patológicos y, de hecho, lo hace a cualquier precio; y, sin embargo, toma la vida de cientos de miles de niños sanos como consecuencia del control de la natalidad o por medio de abortos, para, posteriormente, engendrar una raza de degenerados cargados de enfermedades.”

Además de los enfermos mentales o discapacitados físicos, incluyeron a delincuentes, pedófilos, homosexuales, dementes, débiles y hasta disidentes políticos y religiosos. También a gentes a menudo calificadas como “las masas de Oriente”, como  judíos, romaníes y eslavos (polacos, serbios, rusos…), así como negros y asiáticos. Las leyes de “higiene racial”, promovieron programas de esterilización forzosa, eugenesia y eutanasia en miles de personas, tanto en Alemania como en los territorios ocupados. Precisamente, una de las razones esgrimidas para su política de ocupación territorial, tenía que ver con la protección de los habitantes de origen ario de estos territorios y el inicio de un proceso de germanización (Umvolkung) o “restauración de la raza”: “Donde sea que se encuentre sangre germánica en cualquier parte del mundo, tomaremos lo que sea bueno para nosotros”.

Dentro de este tipo de políticas expeditivas, se encuadran también todas las acciones llevadas a cabo por el régimen nazi contra la población judía alemana y de otros territorios: trabajadores forzosos en las fábricas alemanas, la creación de Campos de Concentración (Konzentrationslager)  como el de Auschwitz y, finalmente, la solución final (Endlösung der Judenfrage) al «problema» judío (Judenfrage).

Lebensborn

Siguiendo este afán de promoción y protección de la raza aria, se organiza toda una serie de programas destinados a la población alemana, como por ejemplo la Lebensborn, un proyecto para favorecer el aumento de nacimientos “puros” en Alemania. Fue fundado el 12 de diciembre de 1935 en Munich y estaba dedicado, fundamentalmente, al servicio de los jerarcas nazis, que debían inscribirse, casi obligatoriamente, en este programa de salvación de “la nación alemana”. La Lebensborn, era fundamentalmente, un servicio de apoyo a ciertas familias alemanas para que tuvieran más hijos. Comprendía ayudas económicas y asistencia especializada a madres y niños, que incluía la reclusión de ambos en centros especiales para procurar su bienestar. Pero también cubría las necesidades de madres solteras que necesitaran ayuda, lo que parece que en algunos casos pudo convertirse en una especie de servicio de maternidad a la carta encubriendo violaciones y prostitución.

Uno de los países donde más se implantó la Lebensborn fuera de Alemania, fue en Noruega. Se estima que más de 8000 niños, hijos de soldados alemanes con mujeres noruegas, pudieron nacer en estas casas de acogida, algunos de los cuales fueron dados en adopción a familias alemanas (los archivos noruegos de la Lebensborn permanecieron casi intactos tras la guerra, al contrario que los alemanes, y muchos de estos niños pudieron ser devueltos a Noruega).

Además de esa promoción a la maternidad, también se organizan programas para hacerse con niños de poblaciones polacas o eslavas. La operación Heuaktion (cosecha de heno, un eufemismo para referirse a huérfanos sin hogar)  fue un plan llevada a cabo, afortunadamente de forma parcial, por el ejército alemán durante la IIGM (en 1944) que consistía en el secuestro y posterior traslado a Alemania de entre 40.000/50.000 niños polacos y bielorrusos de “aspecto” ario, de entre 10/14 años para ser trasladados a campos de internamiento alemanes (Kindererziehungslager) donde eran seleccionados solo los aptos para la germanización.  En el mejor de los casos estos niños acabaron siendo educados por familias alemanas, pero en el peor,  fueron objeto de experimentos médicos horrendos o enviados a campos de concentración junto a las personas “inferiores” (Untermensch) del punto anterior.

Blitzkrieg

Aunque pudiera parecer otra cosa, este término no es original de las tropas alemanas, sino que fue adoptado y popularizado por la prensa de guerra. Es una palabra que significa “guerra relámpago”, o táctica rápida de asalto, o todo lo que pudiera describir la rápida invasión nazi de Polonia, el acto que el 1 de septiembre de 1939 inició la IIGM, uno de los conflictos bélicos más sangrantes de la historia de la humanidad.

En realidad, el ejército alemán denominó a la operación Fall Weiss (Caso Blanco) y se caracterizó en el rápido movimiento de tanques y otros vehículos blindados (Bewegungskrieg, guerra operacional de movimientos), y la contundencia de la potencia de fuego, con bombardeos masivos sobre las líneas (Vernichtungsschlag, batalla de aniquilación), técnicas ambas de sobra conocidas por Alemania, heredera del potente ejército prusiano.

El principal impulsor de esta técnica de combate (invasión en el caso de Polonia) fue Heinz Guderian (1888-1954), Jefe del Estado Mayor General del Ejército alemán, considerado uno de los mayores genios militares del siglo XX. A él se debe, además, el desarrollo de la tropa de carros blindados alemanes, en especial los Panzer y el famoso Panther, dos de los mejores carros blindados de la historia y de extrema y letal eficacia durante la II GM. Guderian fue el artífice de la Panzertruppe (tropas blindadas), la asociación de tropas en tanques y vehículos blindados que otorgó algunas de las más importantes victorias a Alemania.

Wehrmacht

Fue el nombre adoptado por las fuerzas armadas alemanas entre 1935 y 1945, tras la disolución del anterior ejército de la República de Weimar (Reichswehr), muy mermado tras acatar los acuerdos de Versalles al finalizar la Gran Guerra. Wehrmacht  es una palabra que significa “Fuerza de Defensa”   e incluía  el Heer (ejército), la Kriegsmarine (armada) y la Luftwaffe (fuerza aérea).

Más tarde, Hitler hizo todo lo posible (incluida la depuración expeditiva de sus mandos en la Noche de los cuchillos largos) para incluir en la estructura de la Wehrmacht a las milicias (camisas pardas) de la organización paramilitar Sturmabteilung (SA),  la fuerza armada del partido  NSDAP (Partido Nacional Socialista Obrero Alemán), en la que militaban desde antiguos Freikorps (milicias de voluntarios hasta el siglo XVIII que fueron incorporados al ejército durante la Gran Guerra) y soldados licenciados de la Reichswehr, hasta civiles miembros de varias formaciones paramilitares nacidas durante el ascenso del nazismo. Después de la depuración, las llamadas ahora Waffen-SS, cuerpo de élite de nazismo, fueron ya el cuarto cuerpo de la Wehrmacht.

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…Continuará…

 

LA PIETÁ DE KÄTHE KOLLWITZ

LA PIETÁ DE KÄTHE KOLLWITZ

La artista alemana Käthe Kollwitz,  nacida Schmidt (1867-1945), fue una abanderada de la crítica social y el pacifismo que abarcó varios géneros, tanto la pintura, como la escultura y la obra gráfica. Representante avanzada del llamado realismo crítico alemán, en sus inicios formó parte del grupo expresionista Berliner Secession (“Secesión de Berlín”) fundado en 1898 como una alternativa frontal a la agrupación estatal berlinesa de artistas. Ernst Ludwig Kirchner (1880-1938), posteriormente uno de los fundadores del grupo Die Brücke, Emil Nolde (1867-1956), Otto Dix (1891-1969), el suizo Ferdinand Hodler (1853-1918) o el noruego Edvard Munch (1863-1944), formaron parte de ese grupo de artistas.

Käthe era hija de un pastor luterano  que la animó a desarrollar sus dotes artísticas. Asistió a la muerte temprana de sus hermanos y, más tarde, en 1914 durante la Gran Guerra, a la de su hijo menor, Peter de 18 años. Sufría frecuentes ataques de ansiedad y se cree que también micropsia, una enfermedad neurológica.

Autorretrato (1924)

Estudió en Berlín y en Múnich, familiarizándose con el movimiento simbolista alemán y la literatura de autores como Émile Zola, Henrik Ibsen, Máximo Gorki o la del Premio Nobel de literatura alemán Gerhart Hauptmann. También estuvo, entre 1904 y 1907, en Florencia y en París,  donde, además de visitar la famosa Academie Julian (donde podían aprender mujeres sin restricciones), se familiariza con la escultura al conocer a artistas como Auguste Rodin y Teophile Steinlen. En 1919 fue la primera mujer en ser nombrada miembro de la Academia Prusiana de las Artes. En los años siguientes, obras como las series Seven Woodcuts on War o El Proletariado, la convierten en el máximo exponente de la crítica social desde el arte.

Solidaridad (1932)

Su socialismo activo y ánimo antibélico le lleva a realizar varios carteles contrarios a los aires nacionalsocialistas que se empiezan a respirar en Alemania en los años treinta. Junto con otros artistas e intelectuales (como Albert Einstein, Franz Oppenheimer, Ernst Toller o Arnold Zweig) firmó un documento contrario al auge de Hitler conocido como Dringenden Appell (“Llamada de atención”). En 1933 es obligada a dimitir de su cargo académico y sus obras son retiradas de los museos. Algunas de ellas fueron incluidas en la Exposición de Arte Degenerado (Entartete Kunst) que se celebró en Berlín el 19 de julio de 1937. Un año antes, en 1936, la Gestapo la había arrestado junto con su marido, aunque por su edad son puestos en libertad y abandona Berlín. Su esposo y su nieto murieron pocos años después. En 1944 los bombardeos aliados sobre Berlín destruyeron su casa y con ella la práctica totalidad de su obra y documentos. Falleció en abril de 1945 sin ver el fin de la guerra.

Monumento a los Muertos, o Los padres afligidos (1932)

Su primera escultura fue la obra titulada Monumento a los muertos (The Grieving Parents, 1932), como homenaje a su hijo fallecido en la guerra. En lugar de realizar la escultura de un soldado, Kollwitz enfatiza la pérdida realizando dos esculturas, las de sus progenitores abatidos por la pérdida. El monumento memorial se situó en el cementerio militar de Roggevelde (Bélgica), realizado en granito belga por los escultores Rhades y Fritz Diederich, supervisados por Käthe y su marido.

Mujer con niño muerto (1905)

En 1937 inició la realización de otra obra escultórica en su memoria, que terminaría llevando el título de Madre con hijo muerto, aunque también es conocida como la Pietá de Kollwitz. Sin saberlo en esos momentos perdería a su nieto en la IIGM que se avecinaba, también llamado Peter como su hijo.


De esa obra existen también varios dibujos y grabados realizados por ella. Pero la representación más conocida es la réplica de mayor tamaño que se realiza en 1993 en hierro fundido. Fue instalada en Berlín como homenaje y memoria a todas las víctimas de la guerra. Su posición, única figura en el Edificio Neue Wache (construido entre 1816 y 1818, fue un centro importante de celebraciones militares nazis) recibiendo una luz cenital de un círculo abierto en el techo (que también hace que llueva o nieve sobre la obra), hacen que su representación sea aún más imponente e inspire un mayor respeto y sensación de duelo.

El edificio de la Nueva Guardia de Berlín había sido reconvertido en un centro de homenaje a las víctimas de la Gran Guerra en 1931 por el arquitecto Heirich Tessenow, pero sufrió grandes daños durante la IIGM y fue reconstruido en los años sesenta como monumento a las víctimas del fascismo. Más tarde, la antigua RDA instaló una llama perpetua y una cripta con los restos de un soldado desconocido y de un anónimo prisionero de un campo de exterminio, además de tierra extraída de los escenarios europeos de la guerra y de varios campos de concentración. En 1989, con la caída del Muro de Berlín, el monumento pasó a ser lo que es hoy, un homenaje a todas las víctimas de los totalitarismos y las guerras. Se eliminó la llama perpetua y se instaló en su lugar la réplica de la Pietá de Kollwitz. El efecto es sobrecogedor.

AlmaLeonor

Fuentes: Wikipedia, Museo Käthe Kollwitz, Biografías y Vidas, Aquí y Ahora Arte, Ploug, Play and Tour.

LOS SIETE PRÍNCIPES ELECTORES

LOS SIETE PRÍNCIPES ELECTORES

“El Emperador Carlos V y los siete príncipes electores”, ff. 35v-36r. “Códice de Trajes”, ca. 1547. BNE, Madrid. Web del Museo Lázaro Galdiano.

El siete está presente en nuestra cultura popular en muchos aspectos: los siete días de la semana, que se relacionaron en la antigüedad con los siete planetas conocidos; las siete vidas de un gato (en algunos países son nueve, no obstante); los siete pecados capitales y las siete virtudes; siete son los años de mala suerte por romper un espejo; siete son Las Pléyades (llamadas “las siete hermanas”); Y siete son también las estrellas de la bandera de la Comunidad de Madrid, en referencia a las que forman la constelación de la Osa Mayor, algo que ya relacionara en 1923 Pedro de Répide, cronista madrileño, con su obra “La villa de las Siete Estrellas”.

La Historia también ha conocido agrupaciones nombradas por su composición de siete miembros, y ese fue el tema de un artículo mío en Anatomía de la Historia, titulado, precisamente, «De siete en siete. Más números en la Historia». Ya adelanté aquí una parte, «Las siete hijas de Eva», y hoy vamos a recordar otra, la dedicada a los SIETE PRÍNCIPES ELECTORES del Sacro Imperio Romano Germánico.

Los príncipes electores. Bildatlas der Deutschen Geschichte (1895), Paul Knötel.

El 25 de diciembre del año 800 la coronación de Carlomagno, rey de los francos, como Augustus Imperator (en clara alusión a la continuación del Imperio romano) por el papa León III, marcó un hito en la historia de Europa y del mundo conocido. Como defensor del Papado, extendió sus dominios desde la Marca Hispánica hasta el limes del Danubio, ocupando prácticamente todos los territorios que fueran de Roma en el continente, incluyendo la mitad de la península Itálica.

El carácter patrimonial de los reinos de la época y los enfrentamientos militares posteriores entre los descendientes de Carlomagno, conformaron una división de Europa que perduraría en el tiempo: el lado occidental (que heredó Carlos el Calvo) ocupó lo que aproximadamente sería después Francia; y el lado oriental (de Luis el Germánico, que se anexionó la Lotaringia en el 870), mantuvo los territorios de Germania, de donde siglos más tarde surgiría Alemania. Su enemistad también trascendería el tiempo histórico.

Antes de esa coronación imperial, los grupos germánicos que desde el siglo III fueron ocupando paulatinamente el territorio romano (a decir de Tácito, “Ingevones, los que habitan cerca del Océano, y Herminones los que viven la tierra adentro, y los demás Istevones… así los Marsos, Gambrivios, Suevos, Vándalos… se llamaban entonces Tungros, y ahora se llaman Germanos”), se gobernaban por una suerte de monarquía electiva resultante de las victorias guerreras: “Eligen sus reyes por la nobleza, pero sus capitanes por el valor. El poder de los reyes no es absoluto ni perpetuo” (Tácito).

Otón I «el grande»

El Sacro Imperio Romano Germánico lo fue desde Otón I el Grande, quien le otorgó unidad territorial al anexionar al reino germánico (coronado en Aquisgrán), el reino de Italia (coronado en Pavía) tras derrotar a los lombardos de Berengario en el 951. Expulsados de Italia una década más tarde, Otón I fue investido como emperador en Roma por el papa Juan XII (en el 962), al tiempo que el Diploma Ottonianum confirmaba a los germanos Otónidas como herederos del Imperio franco-carolingio: defensores de la Iglesia y del Papa, quien no podía ser nombrado sin el consenso del emperador. En compensación, solo la coronación en Roma otorgaba la dignidad imperial.

La monarquía hereditaria (que se fue imponiendo en el reino franco-occidental al tiempo que caminaba hacia la construcción de un Estado moderno) nunca se asentó del todo en el Imperio, aunque el trono si se fue asociando paulatinamente a un sucesor con el fin de perpetuar la corona imperial dentro de una dinastía: Carolingios, sajones, otónidas, salios, Hohenstaufen, Luxemburgo y Habsburgo.

A Otón I le asoció su padre (Enrique I) al trono en el 930, y él hizo lo propio con su hijo, el futuro Otón II, en el 961. Pero desde la conquista de Borgoña y su anexión al imperio (en el 1033) el emperador designaba ya un heredero en vida al que nombraba rey de romanos. Así, tras su muerte, existía un sucesor de su dinastía aspirante al trono imperial. Solo en el caso de interregno intervenían, al fin, los príncipes electores.

“Los príncipes resuelven las cosas de menor importancia, y las de mayor se tratan en junta general de todos; pero de manera que, aun aquellas de que toca al pueblo el conocimiento, las traten y consideren primero los príncipes.”

De las costumbres, sitios y pueblos de la Germania,
Tácito (aprox. 98 d.C.)

Después de solventado el conflicto que enfrentó a Imperio y Papado en la llamada Querella de las Investiduras (1073-1122), vino el Gran Interregno de 1250 a 1273 (entre Federico II y Rodolfo I), periodo en el que los príncipes electores tuvieron mucho trabajo.

Federico II Hohenstaufen

Por ejemplo, en 1257, sus designios afectaron a un rey castellano, Alfonso X el Sabio. Al ser hijo de Beatriz de Suabia y por lo tanto miembro de la familia Hohenstaufen, fue postulado como candidato a emperador en 1256 a la muerte de Guillermo de Holanda (1247-1256) que nunca llegó a ser coronado. El nuevo papa Alejandro IV (desde 1254) se mostró favorable a esta propuesta.

Alfonso X realizó una importante campaña diplomática (envió a Alemania como plenipotenciario a García Pérez, arcediano de Marruecos) y económica (pidió dineros en las Cortes de Segovia y posiblemente empréstitos a almojarifes judíos o banqueros italianos) con el fin de recabar apoyos para su nombramiento.

Alfonso X de Castilla, el rey «sabio».

Se sabe, por ejemplo, que el soberano concedió 10.000 libras a Federico II de Lorena (otros favorecidos pudieron ser el obispo Enrique de Spira, el duque Enrique de Brabante, Hugo de Borgoña o el conde Guido de Flandes a quien se le concedieron por diploma 500 marcos anuales), y que pudo enviar a Alemania “abundantes maravedises, a fin de ablandar las conciencias de los electores” (como recogiera en 1918 Antonio Ballesteros), llegando a ofrecer hasta veinte mil marcos por cada voto.

Solo tres de los príncipes electores votaron por Ricardo de Cornualles, el otro

Sello de Ricardo, conde de Cornualles entronizado como rey de los romanos.

candidato: los arzobispos de Colonia y Maguncia y el conde palatino del Rhin (al tiempo que el Papa trocó su preferencia por la causa de Ricardo); frente a los cuatro que lo hicieron por Alfonso: el elector de Brandenburgo; Alberto, duque de Sajonia; Arnaldo de Isenburg, arzobispo de Tréveris; y Ottakar de Bohemia (quien en principio apoyaba a Ricardo).

Aunque Alfonso X fue declarado rey de romanos por Arnaldo de Tréveris (el 1 de abril de 1257), el inglés se había adelantado (se hizo nombrar igualmente rey de romanos en Frankfurt en enero, a las puertas de la ciudad) y fue proclamado emperador en Aquisgrán el 17 de mayo de 1257. Mientras, Alfonso X aún seguía recabando el consentimiento de las Cortes castellanas para culminar tamaña empresa.

La Declaración de Rhens (1338, en la Dieta de Frankfurt) primero, y la Bula de Oro (1356, en la Dieta de Nuremberg) después, fijaron definitivamente las normas electorales para no volver a incurrir en problemas de ese calibre: quien fuera elegido rey por mayoría de los príncipes electores germanos, podía ejercer directamente su soberanía sin necesidad de la coronación papal. Además, la Bula fijaba la ciudad de Frankfurt como sede de la elección y confirmaba a los siete príncipes electores (Kurfürsten), encargados de la misma: los arzobispos de Maguncia, Tréveris y Colonia; el rey de Bohemia; el conde palatino del Rhin; el duque de Sajonia; y el margrave de Brandeburgo.

Esta composición se modificó muy poco mientras existió el Sacro Imperio: entre 1621, cuando se incorpora el duque de Baviera, y 1777 cuando el elector palatino hereda este territorio, hubo ocho; el duque de Brunswick-Luneburgo (elector de Hanover) ingresó en 1692, aumentando a nueve; con Napoleón Bonaparte el número se incrementó a diez pero no ejercieron como electores ya que no hubo necesidad de votación alguna hasta la abolición definitiva del Sacro Imperio (en 1806 con Francisco II Habsburgo-Lorena).

Coronación de Carlos V en Bolonia, de Juan de la Corte (c. 1585-1662), pintor barroco flamenco, natural de Amberes.

Carlos V había sido siglos antes el último emperador a quien coronara un papa: Clemente VII (enemigo de Carlos desde Pavía y el saco de Roma), el 24 de febrero de 1530, en Bolonia. Los siete electores que intervinieron en su designación (que se produjo en 1519, frente a su rival el rey francés Francisco I) fueron: Alberto, arzobispo de Maguncia; Hertnao, arzobispo de Colonia; Ricardo, arzobispo de Tréveris; Federico, duque de Sajonia; Luis, rey de Bohemia y Hungría; Joaquín marques de Brandeburgo; y Luis, conde palatino en el Rhin.

“Llamados estos príncipes por el arzobispo de Maguncia, a quien toca hacer este llamamiento, se juntaron en la ciudad de Fráncfort; y el arzobispo de Maguncia, con largas y elegantes oraciones persuadía a los electores se hiciese la elección en el rey de España. El arzobispo de Tréveris hacía la parte del rey de Francia”.

Historia del Emperador Carlos V, Rey de España (tomo I pag. 401),
Prudencio de Sandoval, obispo de Pamplona (1846-1847)

Carlos V también tuvo que pedir dinero en las Cortes castellanas: Doscientos quentos de maravedís en cuatro años, obtuvo en Valladolid (1518); y 600.000 ducados en las de Santiago (1520). No siendo suficiente para trocar voluntades, al igual que Alfonso X, hubo de requerir préstamos extranjeros, esta vez de banqueros alemanes, a quienes solicitó “la entonces fabulosa suma de 850.000 florines para asegurarse la elección” (José Luís Comellas, 1993).

El Imperio quedó disuelto en 1806 y los Estados Imperiales dejaron de existir. En 1803, merced a las disposiciones de la Reichsdeputationshauptschluss (Conclusión Principal de la Delegación Imperial Extraordinaria) firmadas en la Dieta Imperial de Radstadt (de 25 de febrero), una comisión (Reichsdeputation) de ocho miembros nombrados por la Dieta, con poderes y firma, sancionaban la secularización y mediatización en

Clemente de Sajonia.

el mejor de los casos, o la cesión de los territorios (los situados al oeste del Rin) a la Francia de Napoleón, vencedora de la Guerra de la Primera Coalición (1792-1797), en virtud del Tratado de Campo-Formio del 17 de octubre de 1797 y la Paz de Lunéville (9 de febrero y 7 de marzo) de 1801.

Con ello desaparecían también los electores. Por ejemplo,  Frederick Charles Joseph von Erthal (1719-1802), el último elector de Maguncia, murió durante las negociaciones previas de la Dieta, en 1802. Mejor suerte tuvo el último elector de Tréveris, Clemens Wenceslaus Wetting de Sajonia  (1739-1812) que aunque perdió su estatus (su territorio se secularizó y entregó a Francia), pudo retirarse a Augsburgo con una pensión de 10.000 florines.

AlmaLeonor_LP

 

DÍA DE FRAU PERCHTA Y LA BEFANA

DÍA DE FRAU PERCHTA Y LA BEFANA

Hay otro tipo de personajes asociados a la Navidad, pero que no tienen nada que ver con los anteriores acompañantes de San Nicolás. Van por otros derroteros y por otras fechas. Los dos que nos ocupan hoy están localizados en una zona concreta de Centroeropa, la zona alpina, con algunos coletazos bávaros.

Por ejemplo, la Frau Perchta, una bruja de la tradición germana que en un principio fue un espíritu benevolente. Su nombre, Perchta, significa “brillante” en el antiguo idioma alto alemán, y está probablemente relacionado con el nombre Berchtentag, que hace referencia a la fiesta de la Epifanía (el 6 de enero). En el paganismo germánico Perchta tenía el rango de una deidad menor, pero cambió a una criatura encantada (espíritu o duende) hacia el siglo X, tal y como es descrita por Jacob Grimm en 1935, y en edades posteriores es vista ya con un carácter más malévolo (hechicera o bruja). Según las descripciones de estas tradiciones, Perchta tiene dos formas: bien como hermosa y blanca como la nieve como su nombre (puede aparecer con un pie grande, a veces llamado un pie de ganso o pie de cisne); o bien de edad avanzada, como una bruja. En Baviera y Bohemia, Perchta fue representada a menudo por St. Lucia.

En el folklore de Baviera y alta Austria, se dice que Perchta deambula por el campo, en pleno invierno,  para entrar en los hogares entre los doce días entre Navidad y Reyes (especialmente en la noche de Reyes). Ella sabría si los niños y jóvenes sirvientes de la familia se habían comportado bien y trabajado duro todo el año (se preocupaba especialmente de si las niñas habían hilado su porción asignada de lino o lana durante el año). Si lo habían hecho, podrían encontrar una pequeña moneda de plata al día siguiente en un zapato o cubo. Si no lo habían hecho, Perchta les haría rajar el vientre, retiraría el estómago y las tripas, y rellenaría el agujero con paja y piedras.  Según Grimm, Perchta también ordena que tipos de comidas pueden consumirse estos días (según las observancias de la “Urglaawe Berchtaslaaf”, estos alimentos son “zemmede”, arenque y gachas, aunque existen variaciones regionales) y que deben serle ofrecidas a ella en su día de fiesta.

El culto de Perchta fue condenado en Baviera por la Pauperum Thesaurus (un tratado  medieval de medicina, originalmente publicado por el papa Juan XXI en el siglo XIII) y se pidió que no se dejara comida y bebida para fraw Percht, a cambio de riqueza y abundancia. La misma práctica fue condenada por el afamando teólogo austriaco Thomas Ebendorfer von Haselbach  (1388-1464) en “De praeceptis decem” (1439).

Imagen: La Befana italiana en un grabado del siglo XIX

Hoy, fraw Percht, sigue siendo una parte tradicional de Suiza, sur de Alemania, Alsacia francesa y oeste de Austria, donde  se celebran festivales como el Carnaval Fastnacht, donde las máscaras de animales de madera del carnaval son hoy llamadas Perchten. En Italia, Perchta es más o menos el equivalente de La Befana, un ser femenino que visita a todos los niños de Italia en la noche antes del 6 de enero para llenar sus calcetines con dulces si han sido buenos o un trozo de carbón si han sido malos.

AlmaLeonor_LP

(Extracto del artículo “Los Monstruos de la Navidad” ,
publicado anteriormente en HELICON el 24 de diciembre de 2014

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