AVATAR: EL SENTIDO DEL AGUA Y LA AMRITA

AVATAR: EL SENTIDO DEL AGUA Y LA AMRITA

Si ya han visto AVATAR: EL SENTIDO DEL AGUA (2022, James Cameron), recordaran que los humanos que llegan a Pandora justifican la caza de los Tulkun, esa especie de enormes cetáceos que los Metkayina, la gente del arrecife, consideran su familia espiritual, por la obtención de la AMRITA, unas encimas que albergan en su cerebro y que les hace tan inteligentes y especiales. Ese elemento es utilizado por los hombres para alargar su vida… Se pagan millones por ello. La dosis producida por un solo Tulkun cuesta unos 80 millones de dólares. De ahí su caza indiscriminada.

¡¡YO CONOZCO ESA PALABRA!! No sé a cuantas personas les pudo pasar lo mismo que a mí, pero desde luego, y aunque hace mucho de esas clases y si es que han visto la película, a todos mis compañeros de la asignatura de TIEMPO Y MITO EN LA INDIA y a su profesor Enrique Gavilán, de la Universidad de Valladolid, seguro que sí. Yo casi salté del asiento al escuchar esa palabra, AMRITA.

Amrta es una expresión en sánscrito que signitica literalmente «sin mierte». Suele traducirse por néctar y hace referencia a la Bebida de los Dioses, la que les proporciona la inmortalidad (también conocida más tarde como Soma). Así que, como casi todo en esta película (en las dos, Avatar, del 2009 y en esta del 2022), ese término no surgió de la nada ni fue un invento de los guionistas, es una referencia a los textos postvédicos, a las Epopeyas indias del siglo III a. C., los Smrti, lo recordado (en contraposición a lo escuchado o Sruti de los Vedas).

Como ha explicado varias veces su director, James Cameron, los referentes de sus películas son universales: la ecología frente al avance tecnológico, la necesidad de materias primas frente a la destrucción de hábitat, el enfrentamiento entre civilizaciones, religiosidad y espiritualismo, libertad frente a colonización, el mito del héroe que se pone del lado del oprimido, una historia de amor entre seres de distinta naturaleza… También ha confesado una marcada inspiración de otras culturas, como la micronesia y como ya dijo ya en el 2010, la propia historia de colonizción americana sobre los nativos lakotas (lo que no ha evitado que le interpusieran varias denuncias por plagio que ha sorteado a su favor, y más de una llamada de boicot). Otro ejemplo lo encontramos en el idioma de los Na’vi, que fue creado por el lingüista Paul Frommer junto al propio Cameron, y está basado en los dialectos polinesios y expresiones de idiomas como el amhárico de Etiopía y el maorí, de Nueva Zelanda. Y, por supuesto, contó con referentes cinematográficos, desde La Selva Esmeralda (1985, John Boorman)  a Bailando con Lobos (1990, Kevin Costner) o La princesa Mononoke (1997, Hayao Miyazaki), según el propio Cameron. Aunque es fácil vislumbrar también influencias de sus propias películas anteriores: Titanic (1997), Aliens (1986), The Abyss (1989), Terminator (1984) y Terminator 2: Judgment Day (1991), entre otras cosas, por la presencia de potentes heroínas femeninas. Como Neytiri en esta segunda película de la saga.

Imagen: Avatar Wiki

Siguiendo con esas influencias, la misma palabra AVATAR es de origen hindú y el director ha explicado muchas veces que siente debilidad por las divinidades indias. Él utilizó esa expresión porque, dijo, «es la encarnación de uno de los dioses hinduistas en forma humana». Ese significado cuadraba muy bien con lo que quería hacer en la película, un cuerpo biológico (alienígena Na’vi) en el que se inyectaba, merced a una avanzada tecnología, una conciencia humana. No exactamente la inmortalidad, pero casi. En Avatar: El sentido del agua, se habla de ello y ahora literalmente: las enzimas del cerebro de los Tulkun, la AMRITA, pueden proporcionarla en cierto modo. Es un remedio contra la vejez.

EN LA MITOLOGÍA INDIA

En la Epopeya india del Mahâbhârata (siglo III a. C.),  la Amrta surge en la creación del mundo, tal y como se explica en el Samudra manthan, el MITO DE LA BATIDA DEL OCÉANO DE LECHE, la gran batalla entre Dioses (deva o sura) y Demonios (asura) por obtener la inmortalidad (Amrta) inmersa en el océano. ¡No me digan que no hay paralelismos!

Básicamente, el mito viene a contar que Dioses (Devas) y Asuras (No-dioses, asimilado a «demonios») se ven abocados a colaboran para hacerse con la bebida que les proporcionará la inmortalidad. Deben hacerlo para «batir el océano» (que es agua primigenia). Lo curioso es que los «No-Dioses», los Asuras, son unos personajes muy complejos en la India. Dios se dice con la palabra SURA, por lo tanto, lo contrario sería A-SURA. Pero Asura significa literalmente «lo que Brilla», manifestando así a una identidad confusa en la que sabemos muy bien donde está la luz (que se supone atribuida a los Dioses) y donde la oscuridad (identificada con los demonios Asuras). Una de las teorías que explican esta dualidad es que, en una fase anterior a la VÉDICA, los «Buenos» eran los Asuras, no los Dioses. La mitología india tiene muchas de estas contradicciones y dualidades.

Siguiendo con el mito, el Batidor es la Montaña Mandara, que ha sido arrancada de su sitio por una serpiente. Las serpientes son muy veneradas en La India, junto a las aves, por ser todos ellos «dos veces nacidos», primero el huevo y luego el ser. También los Brahmanes, que nacen una segunda vez tras alcanzar la sabiduría. Y así, la cuerda que mueve el Batidor es otra serpiente, Vâsuki. En el texto del Mahâbhârata, Dioses y Asuras van a colaborar para realizar la batida. Sin embargo, serán los Asuras quienes agarren a la «Serpiente-Batidor» por la cabeza (la parte noble) y los Dioses quienes la agarren por la cola, evidenciando más aún la complejidad de este texto y de esos personajes.

Imagen: Giulio Ferrario (1820)

El recipiente de la batida es la tortuga Akupara, que contiene el Océano, que primero es agua y conforme se va batiendo con la Montaña Mandara, los elementos de esta (arboles, animales, minerales, etc.) se van desprendiendo y al ser batidos forman leche (Kshīra Sagara). Cuando esta leche se sigue batiendo y tras miles y miles de años de esfuerzos, es cuando se forma la Mantequilla Líquida. Será de esta de donde surge el Sol, la Luna (Chandra), y un variado número de objetos extraordinarios y seres maravillosos: la vaca de la abundancia, Surabhí, fuente perpetua de leche y mantequilla, proveedora de todas las necesidades; Vārunī, la diosa del vino, que hace rodar los ojos; Pariyata, el árbol del paraíso de Indra, que perfumaba el mundo con la fragancia de sus flores y Kalpavriskha, un árbol que cumpliría cualquier deseo (siempre hay árboles sagrados en todas las religiones y mitologías); Uchaisravas, el caballo blanco, ancestro de todos los caballos, cuyas siete bocas simbolizan los colores del arco iris; Airavata, el elefante blanco sobre el que montaba el dios Indra; Alaksmí, la diosa del infortunio y la fealdad junto a Laksmí (Sri), la diosa de la belleza y de la fortuna, sentada sobre un loto; las apsaras, o ninfas celestes…

Shivá (azul) bebiendo el veneno Kâlakûta.

Y también, al seguir batiendo, aparecerá un Veneno (Kâlakûta, que significa «punta de la muerte»). El problema de todo ritual, es que, junto al beneficio que proporciona, produce una parte peligrosa (en este rito es este veneno) que debe ser absorbida por alguien. En un rito cristiano ese peligro es absorbido por el sacerdote, en el texto indio lo hace Shivá en forma de canto. Es una formula llena de significados, entre otras cosas es por este motivo por el que se representa a este dios, Shivá, dios supremo de la India, el tercero de la trilogía hinduista, junto a Brahmā y Vishnú, con la garganta manchada de color AZUL y se le conoce (entre otros nombres, tiene 1008 registrados) por Nila Kantha (Garganta Azul).

Hay muchas representaciones de este dios hindú en las que aparece con todo su cuerpo azul, como los Na’vi de Cameron. ¿Se está refiriendo a que son Dioses? Posiblemente, dada su afición a la mitología india. Y, tal vez, quisiera mostrar a los Na’vi como seres superiores en espiritualidad a los humanos venidos «de lo alto», quizá como Dioses. Pero según ha contado el director, el aspecto de los Na’vi, está inspirado en un sueño que tuvo su madre, que imaginó que «unas criaturas azules de más de 3,5 metros podrían ser muy atractivas». El primer esbozo de esas criaturas de Pandora (por cierto, una palabra de la mitología griega, con connotaciones en otras culturas anteriores), fue creado entre 1976/77.

Y, por último, del océano batido y convertido en blanca Mantequilla Líquida, surge la AMRTA, el néctar de inmortalidad, portada en una jarra (kumbhá) por Dhanuan Tari, el médico de los Dioses. Después, de esta colaboración inusual, seguirá una batalla en la que se enfrentan Dioses y Asuras por conseguirla y donde los demonios van a ser momentáneamente derrotados. Es decir, este mito nos cuenta que los Dioses no poseen la inmortalidad, la Amrta, tienen que ganársela y pelearán por ella con los demonios o Asuras.

Dhanwan Tari representado como avatar de Vishnú con cuatro manos, que sostienen el disco Súdarshana, una flor de loto, una caracola y el pote de amrita (néctar de la inmortalidad).

Llevando esta idea al argumento de la película, ni los hombres ni los Na’vi poseen la inmortalidad, solo la conservan en su interior unos seres surgidos del océano, los Tulkun (y no para ellos, es un efecto que puede originarse en los hombres) y ambos lucharan por ella. Los Na’vi uniéndose a ellos como su hermano espiritual, los hombres, extrayendo las enzimas de su cerebro tras acabar con su vida. Dioses y Asuras. Demonios que una vez fueron buenos, mejores que los dioses, todo antes de pensar que podían hacerse con el don de prolongar la vida.

EL MITO EN OTROS TEXTOS

La complejidad del texto postvédico viene dada por muchas cuestiones. La primera es que la disposición de los acontecimientos sigue el siguiente orden: en un principio inicio, las aguas están TRANQUILAS; luego, durante la batida del océano, se produce el desorden, el CAOS; y finalmente, se establece el ORDEN, un cosmos, la creación del mundo. Casi, casi, la misma estructura que se utiliza para una novela o una película. Los tres tiempos de la vida y del mundo.

Este mito se interpreta también como el Surgimiento de los Pares Opuestos, conflictos creativos que marcan la visión de La India sobre la dualidad y los pares. Se manifiesta en que todos los elementos están duplicados (aunque no aparece en el resumen que he puesto, hay dos montes, además de Mandara, el monte Meru… Y, recuerden, dos serpientes, DiosesAsuras…) y, además, en que, del batido, salen CUATRO LIQUIDOS, un veneno (Kâlakûta) y tres elixires: Leche, el alimento de los hombres; Mantequilla Líquida, el alimento de los ritos; y la Amrta, la bebida de la inmortalidad y que será el alimento de los dioses.

Kaśyapa y su esposa Aditi.

La Amrta también aparece en otra Epopeya, el Râmâyana. Aquí, el mito dice que Dioses y Asuras son hermanos, hijos del mismo padre, pero de distinta madre. El padre es Kasyapa, quien con su esposa Aditi tiene a sus hijos los Âditya (o Asuras), y con su esposa Diti tiene a sus otros hijos, los (Daityas o Dioses). El veneno Kâlakûta surge de la serpiente Vâsuki (de la parte que sujetan los Asuras) en lugar del océano, pero también es absorbido por Shivá por ser el dios más poderoso. Y, finalmente, en esta Epopeya aparece una mujer, Surâ, que está identificada con el licor de la inmortalidad.

Una mujer también es el elemento esencial en otra versión del mito, la que aparece en los Purâna (siglo X d. C.), Epopeyas no heroicas como las anteriores, generalmente considerados como mitos «de lo antiguo», tal vez narradoras de hechos semihistóricos pretéritos. En esta versión el enfrentamiento entre Dioses y Asuras es anterior a la batida, es decir, llegan a ella ya como enemigos. Y, además, los Asuras cuentan con una ventaja, son aliados de Sukra (Venus), un gurú que conoce la fórmula para resucitar a los muertos, y consiguen de este modo, superar a los Dioses en los conflictos. ¿Y para qué van a querer hacerse con la inmortalidad teniendo esta ventaja? Se preguntarán… Pues porque así es la naturaleza de estos seres, tan parecida a la de los humanos, a fin y al cabo, sus creaciones. Y es que, en toda mitología y religión, son los Dioses (devas), quienes deben vencer. Cuando consiguen la Amrta, son seres inmortales e invencibles y arrojarán a los Asuras a los infiernos.  Es de lo que se trata… ¿No?

Narasinja, un avatar del dios hindú Visnú dando muerte a un Daitya.

Aquí, en los Purâna los Dioses van a emplear un engaño para superar a los Asuras y conseguir así la Amrta surgida de la batida del océano. Este engaño va a estar ocasionado por una mujer, Mojiní un avatar del dios Visnú, la mujer más bella del mundo. Por eso decía que es el elemento esencial en este mito. Ella seducirá a los Asuras y se olvidarán de la bebida inmortal. Ya de antiguo, hasta un dios como Visnú sabía que una mujer podía más que dos carretas… En los sucesivos relatos de los Purâna esta mujer va a ser asimilada a la diosa Laks, y acabará, con el tiempo, sustituyendo en importancia a la Amrta.

Mojini con una jarra de Amrta.

INTERPRETACIONES DEL MITO

El mito de La Batida del Océano de Leche, es uno de los más conocidos y celebrados en La India. La tradición cuenta que después de que los Dioses obtuvieran la victoria en la batida, cuando apareció Dhanuan Tari con el kumbhá (la jarra que contenía el Amrta), los Asuras se lo arrebataron y huyeron lejos, perseguidos por los Dioses. Durante doce días y doce noches divinas (el equivalente a 12 años humanos, un número que también se repite constantemente en ritos y celebraciones del solsticio de invierno y Navidad, el Dodekaimeron, como se explicó en HELICÓN, por ejemplo en PERSONAJES NAVIDEÑOS: KALLIKANTZAROS  o los doce días de LOS JÓLASVEINAR, pero hay más), ambos combatieron en el cielo por la posesión del cántaro o jarra de Amrta. Y entonces, durante esa pugna, algunas gotas de Amrta cayeron sobre la Tierra depositándose en cuatro lugares otorgándoles así inmortalidad sobre lo terrenal.

Puentes artificiales sobre el Ganges para los peregrinos del kumbhamela.

Son lugares sagrados y en cada uno de ellos se celebra una fiesta anual para conmemorarlo: Nasik, Haridwar, Ujjain y, sobre todo, en Prayagraj (Allahabhad), en Uttar Pradesh, donde cada 12 años (de nuevo la docena), es cuando según la astrología védica (jyotish), Júpiter (Brhaspati), que tarda ese tiempo en completar su traslación, entra en la constelación de Tauro (kumbha) y el Sol y la Luna en Capricornio, durante el mes hindú de Magha (enero-febrero). Entonces se celebra una multitudinaria festividad, la de Mahâ Kumba Mela, Kumbhamela o «Fiesta de Jarra».

El planeta Pandora de Avatar.

Un inciso antes de seguir. ¿Recuerdan el nombre del planeta de los Na’vi? Sí, Pandora. Según la mitología griega, era el nombre de la primera mujer, creada por Hefesto, dios del fuego, por orden de Zeus, en un momento muy especial, después de que mortales e inmortales se separaran tras el engaño de Prometeo… Bueno, el caso es que Pandora fue  la responsable de abrir una extraña caja, que en griego original venía a ser una jarra. Sí, una jarra, como la que guardaba la Amrta. Y esta caja-jarra albergaba todos los males existentes y que acabó liberando en el  mundo, incluido un don, que permanecía en el fondo… La esperanza. ¿Quizá la inmortalidad? ¿Un recordatorio de que mortales e inmortales solo estaban separados por el afán de dispersar el mal en el mundo? ¿Esos males son el fruto de la lucha entre Dioses y Demonios por obtener la inmortalidad? Pandora terminó siendo, por orden de Zeus, un «bello mal» (una dadora de desgracias a la humanidad, como la Eva del Paraíso, en este caso por robar un fruto prohibido que se ha asimilado a la sabiduría… De nuevo ¿la inmortalidad?), un don que los hombres (y hasta los Asuras, recuerden a la bella Mojini que acabo de mencionar) recibieran con tanto agrado que se olvidarían de que, en realidad, aceptaban un sinnúmero de desgracias.

Como los terrícolas que acuden al planeta Pandora de los Na’vi, pensando en sus beneficios, sin comprender que la desgracia del fin de su propio planeta Tierra viene con ellos: la destrucción de su hábitat, todos los males del mundo.

Kumbhamela de Allahabhad en el 2001.

Volviendo a La India, y a la historia de las gotas de Amrta caídas a la tierra, la ciudad de Allahabhad se halla en la confluencia de los ríos Ganges, Yamunâ y Sarasvatî, llamado el «Río Invisible», porque es subterráneo y se supone surge en este punto. Con la fiesta celebrada aquí cada 12 años (en esta ciudad entre enero y febrero, con la luna nueva, como otro rito de invierno) toda el agua de la confluencia de los ríos se vuelve sagrada, es toda ella Amrta y quien se bañe en esa Inmortalidad, queda liberado.

Cada doce años, India entera se estremece; los pueblos se agitan, los monasterios se vacían, de las cuevas del Himalaya descienden ermitaños desnudos sucios de cenizas, de la costa de Malabar, del cabo Comorín, del golfo de Bengala, de los montes Vindhya, del desierto del Thar convergen carros de toda clase, comitivas de monjes, grupos de indigentes, tropas de leprosos, séquitos de rajás, palanquines abarrotados de mujeres ocultas por cortinas blancas, trenes llenos de pasajeros, una muchedumbre extraordinaria ávida de santidad: los peregrinos de la Kumbh-Mela.

Mircea Eliade, La India ( 1997)

Unn santón bebiendo agua del Ganges (convertida en Amrta) en el mismo recipiente que Shiva.

En esta fiesta de Kumbhamela  se dan cita millones de personas y está considerada la mayor concentración humana de la Tierra. Sobre el Ganges se tienden 18 puentes flotantes que facilitan el acceso de los millones de devotos que asisten al festival. En el año 2001 se calculó una asistencia de 70 millones de almas. En el 2013 duró 55 días y se estimó una afluencia de 100 millones de personas. El  domingo 10 de febrero, considerado el día más favorable, 30 millones de personas descendieron a Allahabad para bañarse en la confluencia de los tres ríos y en la estación ferroviaria se produjo una estampida en la que fallecieron 42 personas y resultaron heridas más de 300. Y eso que las autoridades destinaron en la ciudad una fuerza policial y paramilitar de 14.000 hombres dedicados a la protección de la multitud. A pesar del frío (por la noche se podían alcanzar los cero grados), el hacinamiento y que el agua está contaminada, los peregrinos aseguran que regresan a sus casas sintiéndose mucho mejor que cuando llegaron. Están convencidos de que las aguas contienen Amrta, el néctar de la inmortalidad.

Pero quizá haya otra explicación. En el siglo XIX Émile Durkheim acuñó una expresión para este fenómeno: «efervescencia colectiva». Durkheim afirmaba que esa enorme confluencia de gentes tenía un impacto positivo en la salud de los individuos, que sería imposible entenderla en solitario porque en este tipo de manifestaciones multitudinarias cada uno transmite fuerza al otro. ¿No les suena a la comunión que se produce en Pandora de todos los seres con el Arbol Espiritual?

El Árbol Espiritual de Pandora que conecta a todos los seres vivos entre sí.

En nuestros días, el psicólogo Stephen Reicher, de la Universidad de Saint Andrews (Escocia), estudió también este acontecimiento llegando a concluir que «la pertenencia a un colectivo es crucial para la sociedad, nos ayuda a consolidar el sentimiento de quiénes somos, a forjar nuestras relaciones con los demás e incluso a determinar nuestro bienestar físico». Nick Hopkins, de la Universidad de Dundee (Escocia), vio en esta manifestación un alarde de relación interpersonal compartida en la que «uno deja de percibir a las personas como seres ajenos para verlas de manera más íntima». Se da y se recibe apoyo, la rivalidad se transforma en colaboración y la gente es capaz de conseguir sus objetivos mucho mejor de lo que lo haría nunca en solitario. Esto engendra emociones positivas que nos vuelven no solo más fuertes ante las dificultades, sino también más saludables. Son menos propensas a morir por una dolencia cardíaca y a contraer ciertos cánceres y hay indicios de que son menos vulnerables a la degeneración cognitiva relacionada con el envejecimiento. Se explica en un amplio reportaje del National Geogrphic en marzo del 2014. Las implicaciones son fascinantes. ¿Será cierto que al beber las aguas del Ganges reciben su dosis de inmortalidad? ¿Será la inmortalidad el fruto de la interacción humana en sociedad, en grupos de afinidad común y no una bebida sagrada?

Finalmente, según declaraciones del psicólogo Mark Levine de la Universidad de Exeter (Inglaterra), «pertenecer a un ente colectivo puede cambiar nuestra forma de ver el mundo», algo que ya se había afirmado sobre el lenguaje, al fin y al cabo, la expresión más genuina de pertenencia a una comunidad; y Dirk Helbing, de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich, lo certifica diciendo que «existe una imperiosa fuerza social que nos impulsa a convivir». Ya lo decía Aristóteles en el siglo IV a. C.: el hombre es un ser social por naturaleza.

Lo que sucede en la fiesta de Kumbhamela puede interpretarse de muchas formas, puede llamar la atención o repeler, puede tener múltiples lecturas, pero en todo caso, no nos puede dejar indiferentes. La siguiente Kumbhamela se celebrará en el año 2025, por si sienten curiosidad. Pero si tienen oportunidad, antes vean el episodio que el periodista y viajero Simon Reeve grabó sobre el río sagrado de La India, el Ganges.

Reunión de la gente del bosque, los Omaticaya, con la gente del arrecife, los Metkayina.

Y, finalmente, no sé si lo verán ustedes así, pero a mí me parece que toda la película de Avatar: el sentido del agua, se basa en esta premisa. Una unión espiritual de todos los habitantes del planeta Pandora, tanto de Na’vis, como de otras criaturas, por ejemplo, los Tulkun o de la exuberante flora del planeta, como el Árbol Espiritual de los Metkayina. Se necesitan y se apoyan entre ellos como los miembros de cada comunidad, los Omaticaya y los Metkayina, entre sí, y que al final colaboran y se sienten miembros de una misma unidad, los habitantes de Pandora, como si de una misma familia se tratase. Como la que forma el protagonista, Jake Sully con Neytiri y sus hijos. Así, al menos lo declaró Sigourney Weaver: «La historia es sobre la familia, sobre nuestras familias tratando de permanecer juntas [y] hasta dónde llegamos para protegernos unos a otros y proteger el lugar donde vivimos». La inmortalidad.

El mito de La Batida del Océano de Leche es uno de los más importantes de los miles que existen en La India y muchos historiadores y expertos en religiones y mitologías, como el francés George Dumézil (1898-1986), lo han estudiado encontrando paralelismos sorprendentes. Dumézil realizó su tesis doctoral sobre este mito afirmando que su estructura se halla presente en todos los pueblos Indoeuropeos, desde La India hasta las culturas nórdicas y las clásicas como Roma: sacralidad, fuerza guerrera y fertilidad. Y tambien protagoniza la serie de películas, sobre todo esta segunda: sacralidad con la comunión espiritual con los Tulkum o el misticismo del que hace gala Kiri Sully; fuerza guerrera en el enfrentamiento entre los habitantes de Pandora y los humanos; y fertilidad representada tanto en la cría de Tulkum, como en la amplia familia Sully y el embarazo de Ronal, la líder de los habitantes del arrecife.

Del mismo modo, la Amrta la asimila a la Ambrosía clásica o al mito de las Manzanas de la Inmortalidad de Freya (diosa de la juventud, la belleza y la fertilidad) en la mitología germana. También al consumo ritual de una bebida espiritual, alcohólica o alucinógena, como sucede en algunos rituales chinos de la primavera o al Potlach alimenticio de los Indios de la Costa Noroeste de Norteamérica. Otros investigadores, como el lingüista alemán Heinrich Zimmer (1890-1943), consideran que lo importante no es la Amrta, sino el veneno Kâlakûta, que hace que al tragárselo Shivá, venza a la muerte. Otra forma de inmortalidad. En general, piensa que, bajo todos estos textos, existe una búsqueda universal, la del mito alquímico de la legendaria Piedra Filosofal. No solo se trataba de una sustancia capaz de convertir los metales básicos en oro (chrysopoeia), sino que también se creía que podría ser un elixir de la vida, útil para el rejuvenecimiento y, con ello, lograr la inmortalidad. O también la Fuente de la eterna juventud, mencionada por Heródoto, se me ocurre. ¿Por qué los humanos anhelamos la inmortalidad, la suerte de los dioses, y ellos suspiran por una vida mortal como la de los humanos hasta el punto de mostrarse entre nosotros como tales mortales? Todas las religiones y mitologías nos hablan de Dioses que se mezclan con los hombres en la Tierra ¿Y no fue hasta lo que hizo Jesús? Dejó un mensaje de vida eterna mientras él disfrutó de una existencia finita entre los hombres. ¡Dichosas e incomprensibles dualidades!

Claro que por debajo de todas estas interpretaciones subyace una que articula todo el mito y está presente también en las interpretaciones de los especialistas. No es otra cosa que la lucha entre Dioses y Demonios (Asuras), el bien contra el mal, la razón contra la irracionalidad y la violencia.

Otro día les cuento los mitos asociados al Soma, una planta y la bebida que se extrae de ella y que en los textos védicos, anteriores a las Epopeyas de las que he hablado, equivale a la Amrta, la bebida de los dioses, la enzima que portan los Tulkun en su cerebro y que proporciona la inmortalidad a los hombres. En ninguno de todos esos mitos, ni en sus interpretaciones, ni en las películas de James Cameron, se profundiza en la pregunta de si realmente Dioses, Asuras (Demonios) o los mismo hombres, se merecen tal don. Tal vez solo Pandora se lo planteó y por eso, guardó la esperanza en el rincón más recóndito de la caja.

Vean la película sin pensar en nada de esto. De verdad que es un prodigio de técnica y efectos especiales, de paisajes, música, fotografía… y de relaciones humanas (en el sentido peyorativo de la palabra, porque quienes más las demuestran no lo son). No se fijen demasiado en la historia ni en los diálogos, pienso que ahí flojea y repite estereotipos. Y en cuanto a las actuaciones, no sé si serán capaces de apreciarlas tras las figuras azules producto de los efectos CGI. Yo es que desde el Gollum de Andy Serkis y el Smaug de Benedict Cumberbatch, creo que habría que crear una nueva forma de llamar a esta forma de actuar, me parece todo un arte. E, incluso, soy partidaria de que habría que dotar una nueva categoría de Premios Oscar. ¡¡Me maravillan!!

Y sepan que todos ellos tuvieron que filmar bajo el agua conteniendo la respiración durante varios minutos. Los niños que actúan entrenaron durante seis meses para prepararse para las escenas submarinas. Trinity Bliss (Tuktirey «Tuk» Sully), que tenía siete años, consiguió, como la mayoría de los actores, aguantar cuatro minutos la respiración bajo el agua. Y aunque no se lo crean, Kate Winslet, en el papel de Ronal, una de los Metkayina, la esposa de su líder, que era la primera vez que trabajaba con la técnica de captura de movimiento e insistió en realizar todos los de su personaje, fue una de las que tuvo que aprender buceo libre para ello. Pero resultó ser la que más aguantó bajo el agua, 7 minutos y 14 segundos. Dio un susto tremendo al set, donde pensaron que le había ocurrido algo, pero batió todos los récords conocidos, superando incluso al temerario Tom Cruise en la película Misión imposible: Nación secreta (2001, Christopher McQuarrie). Cualquiera diría que tras Titanic (1997, James Cameron),  Kate se aseguró de no volver a perder a nadie bajo las aguas del océano, o que la inmortalidad de la Amrta que aguardaba en su seno a ser rescatada, la alcanzó durante el rodaje. ¿Quién sabe? ¡Es el sentido del agua!

AlmaLeonor_LP

La fuente principal par escribir este artículo son mis propios apuntes de la asignatura TIEMPO Y MITO EN LA INDIA que cursé hace ya muchos años en la Universidad de Valladolid, impartida por el profesor Enrique Gavilán. Fue una de las mejores clases a las que asistí durante la carrera de HISTORIA, y sigo disfrutándola cada vez que releo esos apuntes. Las demás fuentes están marcadas en los enlaces a lo largo del texto.

AlmaLeonor_LP

NOCHE DE REYES

NOCHE DE REYES

Imagen propia de hace muchos años… Aún recuerdo el día y el nerviosismo.

Empezaré de nuevo.

Mi vida guardaba un misterio. Un misterio que durante mucho tiempo quise desentrañar, pero con el que acabé por convivir como quien convive con una marca distintiva de su cuerpo. Y yo, además, tenía una: un antojo, que decía mi madrina. Así que convivía con ambas cosas, con un antojo en forma de manzana en mi muslo derecho y con la impalpable realidad del misterio que rodeaba la ausencia de mi madre. No la conocí nunca.

Mi padre apenas hablaba de ella y en mi casa no había nada que la recordase. Bueno, en realidad, había un retrato suyo en la pared del salón, rodeado por otros muchos retratos familiares, pero no se le veía la cara, oculta tras una pamela negra. Mi madrina me dijo una vez que apenas cumplidos yo los tres meses de edad, justo un año después de su boda, en el día de Reyes, mi madre se marchó para no volver jamás. Mi padre destruyó todo lo que de ella había en la casa: su ropa, sus zapatos, sus fotografías… Incluso el lecho nupcial de la habitación que habían compartido fue aporreado por mi padre en el patio común del edificio de vecinos hasta rebajarlo a leña para la lumbre. Fue su único momento de ira. Luego ya solo tuvo momentos de infinita tristeza. Sobre todo en ese día de Reyes.

Sin embargo, para mí, el día de Reyes siempre fue uno de mis días favoritos. Egoístamente. Ese día, o mejor dicho, en la víspera y como parte de los preparativos para el día de Reyes, todos los miembros de mi familia se afanaban en limpiar sus propios zapatos, aquellos que colocarían en el alféizar de la ventana esperando la dadivosidad mágica de unos imaginados reyes que, llegados de un oriente lejano, agasajaban a los niños en las casas. Y a todos, niños y adultos, en la mía. Aunque fuese con un simple bollo de azúcar y canela preparado por mi madrina, o una bolsita de blancas peladillas compradas por mi padre en la plaza del mercado.

El resto del año, junto a mi primo Ángel, era yo quien hacía de limpiabotas cada sábado por la mañana, regalando mi trabajo a los adultos de la casa. Una vez se lo dije a mi madrina y ésta recriminó mi sentida y escondida queja, advirtiéndome que no lo dijese más o los Reyes Magos lo sabrían y no premiarían mis buenas acciones del año con un regalo de Epifanía. Desde entonces, siempre he creído escuchar una voz admonitoria cada vez que, de nuevo egoístamente, rechazaba, aunque solo fuese en mi fuero interno, una tarea que me encomendaban a mí cuando yo sentía que debía hacerla otro. O al revés.

Sí. También al revés. Cuando una suerte de preciado encargo recaía en mí en lugar de hacerlo en otros compañeros, me sentía felizmente recompensada, aunque procuraba no alegrarme demasiado, no fuese a caer sobre mi egoísta alegría la furibunda ira de los magos de oriente, a modo de la más enconada hibris griega.

Pero cuando el siete de enero, un día después del festivo de Reyes de este año, me encomendaron escribir un artículo sobre las actrices del Hollywood dorado de los años cuarenta y cincuenta, me alegré como si el Rey Gaspar ―mi favorito de los tres magos, siempre― hubiese dejado en mis relucientes zapatos el mejor de los regalos.

AlmaLeonor_LP

LAS ACTRICES FAVORITAS DE MI PADRE

RECUERDEN… LA DADIVOSIDAD Y LA ALEGRÍA DE REGALAR Y COMPARTIR NACE DENTRO DE CADA UNO. NO LA ESPERES NUNCA DE UN PERSONAJE (O TRES) IMAGINARIO… SOMOS NOSOTROS…

¡¡FELIZ NOCHE DE REYES PARA TODOS!!

PERSONAJES NAVIDEÑOS: KALLIKANTZAROS

PERSONAJES NAVIDEÑOS: KALLIKANTZAROS

KALLIKANTZAROS by Spearhafoc.

Es hora de conocer a algunos personajes nuevos relacionados con la Navidad y las fiestas de Año Nuevo. El de hoy es un personaje singular, esta vez no es un santón de Navidad ni un dios del invierno, sino un demonio, un ser del inframundo que sale a la superficie por la noche, durante lo más crudo del invierno, las fechas navideñas, desde el 25 de diciembre al 6 de enero. Es KALLIKANTZAROS, una criatura, a veces, torpe y traviesa, a veces maléfica, muy parecida al Krampus del norte de Europa, pero esta vez propia del sudeste, sobre todo en Grecia, pero muy conocida también en lugares como Albania, Norte de Macedonia, Bosnia, Chipre, Serbia (Karakondžula), Bulgaria (Karakondjul) o Turquía (Karakoncolos).

Cortando el Árbol del Mundo.

Su aparición se relaciona con el Solsticio de Invierno, ya que se deja ver solo durante una quincena, el tiempo durante el que el sol cesa su movimiento estacional, hasta el 6 de enero, cuando vuelve a moverse. Es el dodekaimeron, los doce días de Navidad del que hablaban en el Imperio bizantino. Tiene que ver con el mundo del Hades de la Grecia antigua, con el inframundo del que escapan en invierno. Algunas historias hablan de que la misión de este ser es aterradora. En el inframundo se dedica a roer el Árbol del Mundo para destruir la tierra, pero cuando el sol se detiene en el Solsticio de Invierno, sale a la superficie cesando su labor. Entonces se dedica a mortificar a la gente, los atrae hacia sí para que se congelen de frío (o chupar su sangre). Cuando llega el día 6 de enero y vuelve al subsuelo, se da cuenta de que el Árbol del Mundo se ha regenerado y comienza de nuevo su labor roedora (casi como un castor) para destruirlo. Es un ciclo anual que se repite incesantemente.

El nombre griego de Kallikantzaros es aún tema de discusión. Unos dicen que proviene del término griego kalos-kentauros (hermoso centauro), pero la tesis más extendida la hacen derivar del turco kara-kondjolos, que vendría a ser “hombre lobo chupasangre”. ¡Casi nada!

Tampoco es idéntica la apariencia del este ser, o seres, porque se dice que son varios los que salen del inframundo, el plural es Kallikantzaroi. Se les ha imaginado casi siempre machos (a menudo sus atributos sexuales se enfatizan, como los de un centauro), a veces como gigantes y otras veces como duendes enanos… Generalmente, con cuerpo negro y peludo y colmillos enormes (como de jabalí), pero a veces, se adereza con patas de caballo o de cabra, orejas de burro, ojos ardientes, lengua colgante, brazos largos de mono, cola demoníaca, cuernos… A menudo se les retrata ciegos, torpes al hablar (ceceo) y glotones, les encanta comer dulces, pero también ranas, gusanos y otras criaturas pequeñas y viscosas. En fin… Todo lo que puede asustar en un ser, incluido un olor nauseabundo.

Pero hay formas de librarse de ellos. Por ejemplo, durante esos días las gentes dejaban un colador en la puerta de su casa. Los Kallikantzaroi no pueden contar por encima del dos (el tres es sagrado, se volatizarían si lo cuentan) y al ver ese artilugio, se sentaban y, queriendo contar los agujeros, se les pasaba la noche y al salir el sol corrían a esconderse, evitando así que hicieran daño a los habitantes de esa vivienda.

Otra fórmula que se empleaba en estos días navideños era la de elaborar Loukoumades o buñuelos griegos, una masa de pan frita a la que se le añade canela, almíbar o miel y se les cubre con semillas de sésamo. Es un postre muy típico en estas fechas tanto en Grecia como en Turquía (Lokma) y en el Medio Oriente (Luqmatal-qadi) y que también elaboraban los judíos sefardíes durante la Hanukkah, llamados zvingous. Lo curioso es que en Grecia hay una expresión, “Eisai megalos loukoumas!” (Más o menos, “eres un gran lukuma”), que se usa cuando quieres llamara estúpido a alguien. Y es que para atraer a los torpes de los Kallikantzaroi, se ponían estos postres en el tejado de las casas para entretenerlos mientras se los comen y se olviden de atacar a la familia que vive dentro. ¡Estúpidos! ¡Mira que preferir una especie de riquísimo churro con canela y miel en lugar de sangre y vísceras humanas!

Esos postres y otros propios de estas fechas, como Melomakarona, unas galletas con sabor a canela, clavo de olor, naranja, almíbar y nueces; o Kourabiedes, galletas de mantequilla y nueces o avellanas, con agua de rosas o de azahar y azúcar glas; o Diples, masa doblada y ligeramente frita en aceite de oliva, cubierta con miel, nueces y canela; o el típico Christopsomo o pan de Cristo, que se realiza en las casas en Nochebuena para ser comido el día de Navidad, generalmente rociado con miel y frutos secos; han pasado a formar parte de los ritos navideños vinculados a estas creencias para espantar seres del inframundo.

Se decía que el jefe de los Kallikantzaroi se llamaba Matrakoukos.

Tanto ayer como hoy se consumen en los días festivos alrededor de una chimenea con el fuego encendido durante toda la noche quemando a veces un tronco llamado de Navidad para espantar a los Kallikantzaroi, mientras se cantan canciones navideñas. En algunos lugares se arrojaban zapatos viejos (y malolientes) al fuego porque se creía que también les espantaría si andaban cerca. Otros trucos contra los malévolos duendes que se empleaban era marcar las puertas de las casas con una cruz negra o quemar incienso durante la noche. Todo sea por mantener alejados a los demonios invernales.

Pero había otro anatema que era necesario conjurar. Según alguna leyenda, los nacidos durante esos doce días de Navidad corrían peligro de convertirse en Kallikantzaroi a llegar a la edad adulta. Para evitarlo, había que atar al bebe un mechón de paja o ajos (¡que olor, pobrecillo!) o también chamuscarles las uñas de los pies (¡Válgame Dios!). Es más, se decía que una persona que naciese en sábado era más susceptible de ver a los Kallikantzaroi durante toda su vida y hasta hablar con ellos. No debía ser plato de gusto, ¿no? Ya se dijo que eran torpones y ceceaban. ¡Menudas conversaciones navideñas las suyas! Claro que los vinos, champanes y licores propios de estas fechas también pueden producir esos efectos. Así que, ya saben, si andan algo beodos y ceceando durante esos días por la noche, digan que nacieron en sábado y andan hablando con un Kallikantzaros. Tampoco se lo van a creer, pero al menos se echaran unas risas.

En Grecia se conoce un cuento, Kallo y los duendes, en el que una joven, Kallo, al ir a moler harina se la hizo tarde y unos duendes de la noche salieron con idea de comérsela. Ella les entretuvo pidiéndoles una cosa cada vez y al final llegó el día y el molinero le entregó la harina. Su hermana, Marbo, fue al molino dispuesto a conseguir esas riquezas de los duendes, pero estos le arañaron la cara y desperdiciaron su grano. Kallo la curó con uno de los regalos de los duendes, unos polvos mágicos y repartió su harina con ella. Los duendes del título son Kallikantzaros que viven bajo tierra y solo salen en Navidad para hacer travesuras, hasta la Epifanía cuando son empujados de nuevo al inframundo gracias a la bendición que los sacerdotes ortodoxos griegos realizan en esta fecha, poniendo fin a sus apariciones y a los Doce Días de Navidad.

«Kalikantzaros«, la obra, en Teatro ATHINAION en la Navidad 2021/2022.

En la traducción griega, los duendes de Gringotts de la serie de Harry Potter, se conocen como Kallikantzaros. Y en Grecia se representan obras de teatro y fiestas infantiles con los Kallikantzaroi como protagonistas.

EN SERBIA

En las tradiciones navideñas serbias, los Doce Días de Navidad (entre el 25 de diciembre y el 6 de enero), se llamaban “Días sin Bautizar”, y son en los que las fuerzas demoníacas de todo tipo eran más activas y peligrosas. Las gentes no salían por la noche ni llamaban su atención de ninguna manera para no atraerlos. Los Karakondžula eran criaturas rechonchas y feas que se subían a la espalda de quien encontraran por la noche en estos días obligándole a ser su transporte hasta el amanecer.

Karakondžula, by Malaika.

En este país se conoce una variante un tanto peculiar de este personaje. Resulta que castiga y atormenta a las personas que cometen adulterio. Por lo visto, en estas fechas muchos maridos escapaban de casa para irse con una amante o a un burdel dejando a su mujer dormida. Estos duendes esperaban al marido infiel sobre el dintel de la puerta de su hogar y cuando llegaba saltaba encima y le azotaba en la espalda o le arañaba el cuello con sus largas uñas. El hombre salía huyendo hacia los bosques con el ser encima de su chepa y permanecía allí toda la noche hasta que el duende desaparecía con la primera luz del día.

Imagínense el percal. El marido adúltero y juerguista llega a casa al amanecer, con arañazos de uñas en espalda y cuello y su mujer le espera con un amasador en la mano. Entonces el hombre grita “¡No me castigues que estos arañazos son del Karakondžula, no de otra mujer!” Y, claro, si la señora conocía la leyenda, que la conocería, le daba doble.

Ritual serbio de la quema del Badnjak.

En la tradición serbia, el Badnjak, también llamado veseljak (el que trae alegría), ocupa las celebraciones centrales durante la Navidad. Es una rama de árbol (un tronco, o un árbol completo) que se quema en Nochebuena y debe arder durante todo el día de Navidad. Preferiblemente es un roble austríaco joven, recto y en buen estado. Se tala con toda la pompa ceremonial en la mañana temprano de la Nochebuena. La tala, la preparación, la recogida y la puesta al fuego están rodeadas de elaborados rituales, con muchas variaciones regionales. La quema del tronco va acompañada de oraciones para que el próximo año traiga comida, felicidad, amor, suerte y riquezas. Hoy en día se suele representar simbólicamente por ramas de roble con hojas marrones adheridas, con las que se decora la casa en Nochebuena.

EN BULGARIA

By Ralitsa Ivanova

Aquí, el karakondjul suele ser un humano de enorme cabeza cornuda, tuerto, de cuerpo peludo, una cola larga y con una sola pierna. Horrible, vamos. A veces también se le muestra con cabeza de caballo (ver Ritual de Mari Lwyd en HELICÓN), o un perro, una oveja, un ternero… Puede variar de forma, vaya, como para conocerle al primer golpe de vista. Habita cerca del agua, en cuevas o en lugares abandonados como molinos, desde donde sale por las noches.

Desfile de Kukeris en la ciudad de Razlog.

Para espantarlos existe un ritual de origen tracio, realizado por el Kukeri. Es una divinidad de la fecundidad, más propia de la primavera, cuando se celebra un carnaval donde las gentes se disfrazan con pieles de cabra o de oveja o con otras pieles muy largas, llevan máscaras cornudas muy elaboradas y unos cencerros al cinto junto a un gran falo de madera. Algunos espectáculos incluyen un acto sexual simbólico como un matrimonio sagrado del dios con una mujer embarazada que simula dolores del parto, en una suerte de acto contrario al de la vecina Serbia. Aquí el rito tiene que ver con la fecundidad del matrimonio y no con un adulterio. El caso es que este ritual de primavera inaugura las labores del campo y disfrazarse de Kukeri espanta a los demonios del invierno.

EN ALBANIA

En el folclore albanés, Kukuth (kukudhi) y Karkanxholji (Karkançoli), el que más propiamente se relaciona con el Kallikantzaros griego, son cadáveres de muertos vivientes que caminan en estas fechas invernales cargados de cadenas y exhalando un aliento mortal. Según otra versión, el Karkançual es un personaje demoníaco que está vestido con ropas de hierro. Por eso, en albanés, a la cota de mallas le dicen këmish karkançoli. Aquí es más celebrado el Año Nuevo que la Navidad, aunque también se celebra. Hace tiempo las familias católicas ayunaban seis semanas antes de Navidad como parte de los ritos propios de estas fechas. El 25 de diciembre, las familias se reunían alrededor de una comida acompañada de dulces que compartían con todos los vecinos, incluso con los no cristianos.

En 1967 el país se declaró ateo y la Navidad fue prohibida. Por eso se celebró más el Año Nuevo. Santa Claus, Papá Noel y San Nicolás, fueron reemplazado por Babagjyshi i vitit te ri (Papi del año nuevo), y el árbol de Navidad era el Árbol del Año Nuevo. En 1990 la religión fue autorizada nuevamente y la Navidad volvió a ocupar su puesto. Las familias se reúnen y y comparten regalos y se cocinan platos típicos: dollma (rollitos de hoja de parra rellenos de carne y arroz), byrek, bakllava y shendetli (un dulce algo gelatinoso hecho con harina, mantequilla, mucho azúcar y nueces). Y se brinda con raki.

EN ANATOLIA

El karankoncolos es una criatura malévola en el folclore turco-islámico del noreste de Anatolia. Sería el equivalente a nuestro “hombre del saco”, a veces problemático e inofensivo, pero más comúnmente, verdaderamente malvado. Aparece, como los anteriores, con pelaje espeso y peludo (más parecido a un Bigfoot o Sasquatch). Según el mito turco otomano tardío, aparecen en los primeros diez días de Zemheri (el frío terrible) cuando se paran en rincones turbios y hacen preguntas aparentemente ordinarias a los transeúntes. La leyenda dice que para escapar del daño, uno debe responder cada pregunta, usando la palabra kara (negro), o arriesgarse a ser golpeado por la criatura. Una especie de juego, un tanto mortificante, pero al que la gente se prestaba no por sadismo, sino porque se decía que la criatura imitaba las voces de los seres queridos. La víctima de los karankoncolos corría el riesgo de morir congelada si no podía despertar del hechizo.

LA CULTURA POPULAR DE NAVIDAD

Por cierto. En Grecia, tienen una costumbre peculiar en Navidad, la de Karavaki, que consiste en decorar barcos (karavaki significa barco pequeño) como árboles de Navidad. Una tradición muy unida a su pasado marinero por el Mediterráneo.

Todo este folklore puede enraizar con las antiguas festividades invernales celebradas en toda Europa desde tiempos inmemoriales. Incluso las fiestas romanas de Saturnalia pueden beber de ellas y haber permanecido en el imaginario cultural de una u otra forma hasta las más recientes fiestas de Navidad. En algunos lugares con un ser invernal que viene a la tierra a traer el bien, la fortuna y los buenos deseos, y en otros lugares, o junto a los anteriores (se equipara a los Kallikantzaroi con los goblin, gnomos o grinch de otras culturas), una serie de criaturas oscuras, más torpes y traviesas que demoniacas (aunque también), que durante esos días de recogimiento, frío y poca luz, obligaban a las gentes a crear fantasías para sobreponerse a los miedos más ancestrales. Comer, beber, crear ritos (árbol de navidad, adornos, belenes…), cantar o contar historias alrededor de un fuego, en familia y con parientes o amigos, es la mejor manera de rendir culto a los primeros y exorcizar a los segundos. El espíritu de la Navidad siempre está presente de una u otra manera. Kalá Christoúgenna!

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TOROS Y DINEROS

TOROS Y DINEROS

En mi libro DE TOROS Y DIOSES también hay espacio para una forma de endiosamiento bovino reciente, el del dinero. Los toros, o la representación de un toro, también tuvieron su importancia en este sentido, desde la alusión al Becerro de Oro bíblico hasta la imponente figura del Charging Bull, un toro de bronce de 3200 kg, instalada en Wall Street por Arturo Di Modica como regalo de Navidad, justo un día como hoy, 15 de diciembre, de 1989. Estos son los párrafos que hacían alusión a estas figuras.

Y EL REGRESO DEL MINOTAURO

El becerro de oro se asoció durante todo el siglo XIX y principios del XX a la codicia, al poder devastador del dinero y a la riqueza desmesurada, condiciones todas a las que se coligan, inevitablemente por lo visto, el fraude y la corrupción. Y así se volvió a mostrar a finales de siglo, tras estallar el llamado escándalo de Panamá (curiosamente, los llamados Papeles de Panamá desataron en el año 2016 otro affaire de riqueza desmesurada, fraude y corrupción), que afectó a cientos de miles de inversores franceses de toda condición económica, implicados en el proyecto de la construcción del Canal de Panamá de Ferdinand de Lesseps, y alcanzó judicialmente a varios políticos acusados de corrupción por aceptar sobornos (pese a alguna condena leve y alguna huida, todos fueron absueltos en 1897… Ahora leámoslo como si nos sorprendiera).

La quiebra de la compañía, que se saldó con la pérdida de más de mil cuatrocientos millones de francos y está considerado el mayor escándalo de corrupción del siglo XIX, también tuvo consecuencias políticas de gran importancia en el país galo y condicionó que los EE. UU. asumieran el proyecto del canal. El 31 de diciembre de 1892, el diario Petit Journal vio en este mayúsculo fraude un enorme becerro de oro económico, un dios dinero adorado por oportunistas y políticos, y así lo mostró en su portada.

En 1901 al gran mercado de Wall Street se le representaba como un gran toro (en este caso era el economista J. P. Morgan) ávido de ilusionar con burbujas de aire a los inversionistas… o haciendo que pierdan la cabeza con negocios deshonestos.

Invirtiendo estos términos, en 1989 el artista italoamericano Arturo Di Modica instaló (sin permiso, por cierto, y financiado enteramente por él mismo) en plena avenida neoyorquina de Wall Street su gran toro de bronce, el Charging Bull (‘toro embistiendo’), representando, según él, un acto revolucionario y reivindicativo: la determinación y espíritu de éxito del pueblo norteamericano haciendo frente a la crisis de los poderes financieros (se refería al colapso de Wall Street del lunes negro de octubre de 1987). En realidad, todo lo contrario de lo que representaba el toro en el siglo XIX (aunque, quizá, similar al concepto de «estiercolar» mencionado antes). Hoy está definitivamente instalado muy cerca, en una esquina del parque Bowling Green, el más antiguo y uno de los parques emblemáticos de Manhattan.

Pero no fue este su único simbolismo. En el año 2011, el movimiento Occupy Wall Street (OWS), creado para protestar por la creciente desigualdad económica y el aumento de la brecha entre los más (mucho más) ricos y el resto de la población tras la catastrófica crisis económica mundial de 2008, instaló su protesta ocupando el cercano Zuccotti Park y utilizando la imagen del toro de Modica para elaborar el cartel de la convocatoria.

Entre sus muchas reivindicaciones, proponían la creación de una banca alternativa (Occupy Finance), propuesta en la que algunos miembros siguen tra-bajando con otros colectivos, pese a la disgregación del original movimiento. Pues bien, durante aquellas protestas, algunos líderes religiosos judíos marcha-ron junto con una figura de papel maché del Becerro de Oro inspirada en el Toro de Wall Street.

Para finalizar, en nuestro presente, el simbolismo materialista de un becerro y la embestida taurina de un capitalismo devastador vuelven a estar de actualidad. Hoy, la riqueza desmesurada que ha causado una crisis global que se retroalimenta a sí misma desde sus inicios en el año 2008, es igualmente entendida como una especie de endiosado becerro de oro global, una imagen que representaría la soberbia del materialismo globalizado neocapitalista y que ha sido ejemplarizada bovinamente por el economista y exministro griego Yannis Varoufakis en su libro titulado El minotauro global (2012). En él compara el mito del Minotauro cretense, una historia «repleta de codicia, castigo divino, venganza y mucho sufrimiento» (2012: 45), afirma, con «el auge de la financiarización, el triunfo de la codicia, el repliegue de los organismos reguladores, la dominación del modelo de crecimiento anglo-céltico…» (2012: 44), todos ellos, subproductos financieros tóxicos y empobrecedores que ha creado esta crisis, precisamente, para alimentar a ese Minotauro global que él identifica con el déficit presupuestario del Gobierno estadounidense y el déficit comercial de la economía americana.

Varoufakis acusa a ese ídolo monetario de propiciar incluso un golpe de estado económico (se refería a la situación griega en el año 2015, momento de máxima tensión entre Grecia, el FMI y la UE, un golpe de estado perpetrado por bancos en lugar de tanques), con tal de seguir dominando los mercados y, por ende, los pueblos, las naciones y hasta toda la civilización actual. En realidad, todo lo contrario al Minotauro cretense, el toro sobre el que se sostiene, como quizá ha podido mostrar este libro, nuestra mitología, religiosidad y cultura occidental.

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DE TOROS Y DIOSES

CARIÁTIDES

CARIÁTIDES

Réplica de las Cariátides del Erecteión en la Acrópolis de Atenas (Grecia). Imagen By Gary Bembridge.

Dice Irene Vallejo en una reciente visita al Museo de la Acrópolis de Atenas, que “en las orgullosas cariátides del Erecteion, no puedo evitar ver la metáfora de las mujeres que sostienen el peso del mundo”. Y luego pasa a narrar la versión de Vitruvio acerca del origen de estas seis mujeres que, a modo de columnas, sostienen el pórtico sur del Templo de Erecteion, donde se encontraba la tumba del mítico rey Cécrope. Estas seis matronas griegas, esculpidas en mármol pentélico, miden 2,3 metros de altura y en su día contaban con pintura policromada. Las que se encuentran in situ son réplicas modernas, cinco de las originales están en el Museo de la Acrópolis, en Atenas (Grecia) y la sexta, en el Museo Británico de Londres (Reino Unido).

Cariatide del Museo Británico en Londres (Reino Unido) DP

Marco Vitruvio Polión (circa 80-70 a. C. – 15 a. C.) fue un arquitecto, escritor, ingeniero y tratadista romano, que sirvió a Julio César. Dedicado después a la arquitectura civil, es más conocido por ser el autor del tratado más antiguo sobre arquitectura que se conserva y el único de la antigüedad clásica, De Architectura, diez libros escritos entre los años 27 y 23 a. C. Conocido y empleado en la Edad Media, la obra se imprimió por primera vez en Roma en 1486, por el humanista y gramático Fray Giovanni Sulpicio de Veroli. De Architectura sentó las bases de la arquitectura Renacentista y el famoso dibujo de Leonardo da Vinci, el Hombre de Vitruvio, sobre las proporciones del hombre, está basado en las indicaciones dadas en esta obra. En HELICON, ya hablamos de ello.

Según el autor, los edificios públicos (o algunos de ellos) deben exhibir tres cualidades, que ya se conocen como las virtudes o la Tríada de Vitruvio: firmitas, utilitas, venustas. Es decir, que deben ser sólidos, útiles y hermosos. Es una pena constatar como esas cualidades se respetan poco hoy en día, al menos, las tres juntas.

Las cariátides originales en el Museo de la Acrópolis. Imagen by Ricardo André Frantz

En el Libro Primero, y en su primer capítulo, es donde encontramos la historia de las cariátides, que hoy no se tiene por segura, pero que es la más difundida y, al mismo tiempo, la que más visiblemente refleja la cruz soportada por las mujeres a lo largo de la historia, la de ser causa y sufrir las consecuencias de las guerras, mientras se vetaba su participación en las mismas. Irene Vallejo también lo expresa mucho mejor que yo: “Un relato escalofriante que nos recuerda cómo los cuerpos de las mujeres, excluidas de las decisiones bélicas, fueron y siguen siendo campos de batalla”. No podemos olvidar que Caria (Karys o Caryae, en el Peloponeso), lugar de origen de las cariátides del Erecteion, fue también el hogar de Elena de Troya (por eso se decía que sus mujeres eran las más bellas de la Hélade), estigmatizada por ser causa de uno de los muchos conflictos bélicos en los que todas las polis griegas se vieron inmersas a lo largo de su historia.

Además, en ese primer capítulo, Vitruvio deja claro que los conocimientos de los arquitectos deben ir más allá del simple aprendizaje de la teoría arquitectónica. Pienso yo que todos los profesionales deberían incluir entre sus virtudes la del conocimiento o, al menos, el interés por conocer, ciencias y artes ajenas a su especialidad, pero necesarias para que su trabajo no carezca de cierta alma. No he podido resistirme a traer a HELICON todo el texto.

Las cariátides del Erecteion. Imagen By Berthold Werner

La Arquitectura es una ciencia adornada de otras muchas disciplinas y conocimientos, por el juicio de la cual pasan las obras de las otras artes. Es práctica y teórica. La práctica es una continua y expedita frecuentación del uso, ejecutada con las manos, sobre la materia correspondiente a lo que se desea formar. La teórica es la que sabe explicar y demostrar con la sutileza y leyes de la proporción, las obras ejecutadas.

Así, los arquitectos que sin letras solo procuraron ser prácticos y diestros de manos, no pudieron con sus obras conseguir crédito alguno. Los que se fiaron del solo raciocinio y letras, siguieron una sombra de la cosa, no la cosa misma. Pero los que se instruyeron en ambas, como prevenidos de todas armas, consiguieron brevemente y con aplauso lo que se propusieron.

Tiene, como las demás artes, principalmente la Arquitectura, aquellas dos cosas de significado y significante. Significado es la cosa propuesta a tratarse. Significante es la demostración de la cosa con razones científicas. Por lo que, parece debe estar ejercitado en ambas, el que quiera llamarse arquitecto. Deberá, pues, ser ingenioso y aplicado; pues ni el talento sin el estudio, ni éste sin aquel, pueden formar un artífice perfecto.

Será instruido en las Buenas Letras, diestro en el Dibujo, hábil en la Geometría, inteligente en la Óptica, instruido en la Aritmética, versado en la Historia, Filósofo, Médico, Jurisconsulto, y Astrólogo. La causa de necesitar todo esto, es la siguiente: Conviene que el arquitecto sea Literato, para poder, con escritos, asegurar sus estudios en la memoria. Dibujante, para trazar con elegancia las obras que se le ofrecieren. La Geometría auxilia mucho a la Arquitectura, principalmente por el uso de la regla y el compás, con lo cual más fácilmente se describen las plantas de los edificios en los planos, se forman escuadras, se tiran nivelaciones y otras líneas. Con la Óptica se toman en los edificios las mejores luces y de mejor parte. Por la Aritmética se calculan los gastos de las obras, se anotan las medidas, y se resuelven intrincados problemas de las proporciones. Sabrá la Historia, porque los arquitectos ponen muchas veces en los edificios diferentes ornatos, de cuyo origen conviene dar razón a quien la pidiere.

Cariátides originales en el Museo de la Acrópolis en Atenas (Grecia). Imagen By Manthou

Como si alguno, en vez de columnas, colocare en la fábrica estatuas de mujeres con adornos matronales, llamadas Cariátides, y encima pusiere modillones y coronamientos; a quien preguntare la causa, la dará de esta manera: Caria, ciudad del Peloponeso, se confederó contra Grecia con los persas, sus enemigos, y habiendo los griegos salido gloriosamente victoriosos de esta guerra, de común acuerdo la declararon a los de Caria. Tomada y asolada la ciudad, y pasados a cuchillo los hombres, se llevaron cautivas sus matronas, sin consentir que dejasen las vestiduras matronales; no contentándose con aquel triunfo solo, sino queriendo también que, con la afrenta de la perenne memoria de su esclavitud, pareciesen pagar eternamente la culpa de su Pueblo. Por lo cual, los arquitectos de aquella edad pusieron en los edificios públicos las imágenes de estas mujeres, sosteniendo el peso, para dejar memoria a la posteridad del castigo de la culpa de Caria.

[…] Otras historias hay de esta especie, cuya noticia conviene tengan los arquitectos. La Filosofía hace magnánimo al arquitecto y que no sea arrogante, antes flexible, leal y justo, sin avaricia, que es lo principal; pues no puede haber obra bien hecha sin fidelidad y entereza. No será codicioso, ni amigo de recibir regalos, antes procure mantener su reputación con gravedad y buena fama; que todo esto prescribe la Filosofía. Trata también de la naturaleza de las cosas que en griego se llama Fisiología, la cual debe saberse con mayor cuidado, tanto por contener muchas y varias cuestiones naturales, cuanto por lo que mira a la conducción de aguas encañadas; porque en su camino, rodeos y subidas se excitan aires de varias maneras, cuya resistencia no podrá evitar sino quien por la Filosofía sepa la naturaleza de las cosas. También el que lea los escritos de Ctesíbio, de Archimedes y otros semejantes, no los podrá entender, si los filósofos no le hubieren instruido en estas cosas.

“En las orgullosas cariátides del Erecteion, no puedo evitar ver la metáfora de las mujeres que sostienen el peso del mundo”, Irene Vallejo.
Imagen: By Vicenç Valcárcel Pérez

AlmaLeonor_LP

EL PIREO

EL PIREO

Recreación del puerto de El Pireo en la antigüedad.

El Pireo era un demo [barrio] desde antiguo, pero antaño, antes de que Temístocles fuera arconte de los atenienses, no era puerto. Falero era su puerto, y dicen que Menesteo [undécimo rey de Atenas] zarpó de allí con sus naves hacia Troya y antes de él Teseo para pagar a Minos el tributo por la muerte de Androgeo [hijo de Minos y Pasifae]. Sin embargo, Temístocles, durante su administración, pensó que el Pireo sería mucho más conveniente para los barcos, ya que podría haber tres puertos, en lugar de Falero, por lo que hizo que se construyese. Estos tres puertos permanecen hasta mi tiempo. Cerca del más importantes de los tres, aún puede verse la tumba de Temístocles, ya que los atenienses se arrepienten de haberle desterrado, y su familia regresó sus huesos a Magnesia en Atenas; al menos es seguro que sus hijos, le dedicaron en el Partenón una tabla en la que su padre Temístocles está representado.

PAUSANÍAS
«Descripción de Grecia» (Libro I)

DIOXIPO Y CORAGUS

DIOXIPO Y CORAGUS

Lucha Griega o Pankration (FineArt)

En el transcurso de la bebida ocurrió un hecho curioso que vale la pena mencionar. Entre los compañeros del rey había un macedonio llamado Coragus, fuerte de cuerpo, que se había distinguido muchas veces en la batalla. Su temperamento se agudizó con la bebida, y desafió al combate singular a Dioxipo el Ateniense, un atleta que había ganado una corona en los juegos más importantes. Como era de esperar, los invitados al banquete los incitaron y Dioxipo aceptó. El rey fijó un día para la contienda, y cuando llegó el momento, miles de hombres se reunieron para ver el espectáculo.

Los macedonios y Alejandro respaldaron a Coragus porque era uno de ellos, mientras que los griegos respaldaron a Dioxipo. Los dos avanzaron al campo de honor, el macedonio vestido con su costosa armadura pero el ateniense desnudo, con el cuerpo aceitado, portando un garrote bien equilibrado. Ambos hombres estaban bien a la vista con sus magníficos físicos y su ardor por el combate. Todos esperaban, por así decirlo, una batalla de dioses. Por su porte y el brillo de sus brazos, el macedonio inspiraba terror como si fuera Ares, mientras que Dioxipo sobresalía en pura fuerza y condición; más aún debido a su club, guardaba cierto parecido con Heracles.

Cuando se acercaron, el macedonio lanzó su jabalina desde una distancia adecuada, pero el otro inclinó ligeramente su cuerpo y evitó el impacto. Entonces el macedonio alzó su larga lanza y cargó, pero el griego, cuando estuvo a su alcance, golpeó la lanza con su garrote y la hizo añicos. Después de estas dos derrotas, Coragus se vio reducido a continuar la batalla con su espada, pero cuando la alcanzó, el otro saltó sobre él y le agarró la mano de la espada con la izquierda, mientras que con la derecha el griego volcó el equilibrio del Macedonio y le hizo perder el equilibrio.

Al caer a tierra, Dioxipo puso su pie sobre su cuello y, sosteniendo su garrote en alto, miró a los espectadores. La multitud estaba alborotada por la asombrosa rapidez y superioridad de la habilidad del hombre, y el rey hizo una seña para dejar ir a Coragus, luego disolvió la reunión y se fue. Estaba claramente molesto por la derrota del macedonio. Dioxipo liberó a su oponente caído, y dejó el campo vencedor de una contundente victoria y adornado con ribetes por sus compatriotas, por haber traído una gloria común a todos los griegos. La fortuna, sin embargo, no le permitió alardear de su victoria por mucho tiempo.

El rey se mostraba cada vez más hostil hacia él, y los amigos de Alejandro y todos los demás macedonios de la corte, celosos del logro, convencieron a uno de los mayordomos de que escondiera una copa de oro debajo de la almohada; entonces que en el transcurso del próximo simposio lo acusaron de robo y, pretendiendo encontrar la copa, colocaron a Dioxipo en una posición vergonzosa y embarazosa.

Vio que los macedonios estaban aliados contra él y abandonó el banquete. Después de un rato llegó a sus propios aposentos, le escribió una carta a Alejandro sobre el truco que le habían jugado, se la dio a sus sirvientes para que se la llevaran al rey y luego se quitó la vida. Había cometido un mal consejo al emprender el combate singular, pero fue mucho más tonto al acabar de esta manera. Por eso, muchos de los que lo injuriaron, burlándose de su locura, dijeron que era un destino duro tener una gran fuerza de cuerpo pero poco sentido común.

El rey leyó la carta y se enojó mucho por la muerte del hombre. A menudo lamentó sus buenas cualidades, y el hombre a quien había descuidado cuando estaba vivo, se arrepintió cuando murió. Cuando dejó de ser útil, descubrió la excelencia de Dioxipo en contraste con la vileza de sus acusadores.

Diodoro Siculo, «Historia mundial«
Sobre la rebelión de los griegos de Sogdia contra los macedonios del ejército de Alejandro, cuando este se encontraba herido en la India, en el país de los malavas (325 a. C.)

SAN FANOURIOS

SAN FANOURIOS

Icono de San Phanourios de Angelos Akotantos (segundo cuarto del siglo XV)

El pasado día 27 de agosto, mi amiga Maria, de Grecia, me hizo partícipe de la historia y celebración de un santo del que no tenía ni idea, San Fanourios. Y resulta que es el patrón de los objetos perdidos, objetos que el santo ayuda a encontrar, siempre y cuando se le regale un dulce, una especie de bizcocho llamado Fanuropita (φανουρόπιτα), que hay que llevar el 27 de agosto a bendecir a la iglesia y después se reparte entre amigos y vecinos (en algún sitio he leído que hay que hacérselo comer a siete mujeres casadas una sola vez, para que santo obre el milagro). Si haces esto encontrarás lo que estabas buscando, tanto si es un paraguas (por poner un objeto que se pierde a menudo) como si es una persona a la que hace tiempo que no ves (yo estoy pensando en Maria) y hasta un marido, o esposa, o trabajo, lo que no vendría mal en estos tiempos. Lo del trabajo digo, no lo del marido (o esposa).

San Phanourios (Άγιος Φανούριος, derivado del verbo φανερώνω, que significa “hago aparecer”) no es un santo católico, es un santo mártir reconocido por la Iglesia Ortodoxa griega, cuya festividad se celebra el 27 de agosto como digo, sobre todo en la isla de Rodas, de donde es su santo patrón.

No se sabe mucho de la vida de este santo, apenas que vivió en la época romana y que se reveló contra la idolatría pagana aceptando el cristianismo. Algunos siglos después, en el XIV (según algunas fuentes entre 1355 y 1369 y otras hacia 1500), cuando los musulmanes reconstruyeron las murallas de Rodas, al ir a buscar materiales fuera de las murallas de la ciudad, se encontraron los restos de una ermita con varios iconos muy destruidos, solo uno presentaba buen estado, el de un joven ataviado con ropas militares, sosteniendo una cruz en su mano izquierda, y de nombre San Fanourios. También estaban representados en doce escenas, el martirio que había sufrido:

      1. El Santo frente al magistrado romano, de pie y testificando.
      2. Los soldados romanos golpean al Santo en la cabeza y en la boca.
      3. Fanourios es arrojado al suelo y golpeado con palos.
      4. Fanourios está ahora en la cárcel y está siendo torturado. Aparece totalmente desnudo y los soldados le desgarran la carne con afilados instrumentos metálicos.
      5. Fanourios en la cárcel orando a Dios.
      6. El Santo es llevado nuevamente ante el magistrado romano, reiterándose en su fe.
      7. Los torturadores de Fanourios queman su cuerpo desnudo con antorchas encendidas.
      8. El Santo aparece atado a una prensa que aplasta sus huesos cuando se gira.
      9. Fanourios es arrojado a un pozo para convertirse en presa de las bestias salvajes mientras sus torturadores miran desde arriba. Las bestias se muestran totalmente dóciles con el Santo.
      10. Fanourios es sacado del hoy y lo aplastan bajo una enorme roca, pero no muere.
      11. La escena presenta al Santo frente a un altar, donde los torturadores lo instan a sacrificarse, colocando carbón encendido en sus manos. Fanourios también pasa esta prueba victoriosamente y ve a un diablo en forma de dragón volando en el aire y llorando por su fracaso.
      12. La última escena es el final de su martirio, con Fanourios siendo arrojado a un gran horno de pie sobre un taburete y rodeado de llamas y humo. El Santo ora y es elevado a los cielo.

Agios Fanourios Church (Ciudad de Rodas) - Tripadvisor
Icono de San Fanourios en la Iglesia de Rodas.

Foto de Agios Fanourios Church, La ciudad de Rodas: Άγιος Φανούριος, Ρόδος - Tripadvisor
Interior de la Iglesia de San Fanouios en Rodas.

La iglesia fue reconstruida por el Metropolitano de Rodas (de nombre Nilus) y San Fanourios pasó a ser patrón de la isla. La iglesia sigue existiendo hoy.

Pero la fama de San Fanourios no deriva solamente del relato de sus martirios dibujados en un icono. También hizo varios milagros. Uno de ellos cuenta que cuando Creta estuvo ocupada por pobladores latinos, seguidores del Papa católico (entre 1204-1669) y con su propio arzobispo, prohibieron la ordenación de sacerdotes ortodoxos griegos, y muchos viajaban hasta la isla de Tsirigo (Kethyra) para ser ordenados por un jerarca ortodoxo. Tres de ellos, al regresar a Creta, fueron capturados por piratas hagarenos (musulmanes) siendo llevados a Rodas y vendidos como esclavos a tres personas diferentes. Los tres sacerdotes pidieron a su señor ir a visitar la iglesia de San Fanourios donde rezaron al santo pidiendo su libertad y pronto regreso a casa. Y se obró el milagro.

Iglesia de Agios Fanourios en Creta. Está situada dentro del monasterio de Valsamoneriou, cerca de la aldea de Vorizia en la prefectura de Heraclion (Creta, Grecia).

San Fanourios se apareció a los patronos de los sacerdotes ordenándoles que los liberaran, pero lejos de obedecer, les encadenaron y les torturaron. La noche siguiente San Fanourios se apareció de nuevo ante los esclavistas amenazándoles más duramente. Como no lo hicieron, esa noche perdieron la vista y sus miembros se paralizaron. Entonces sí que decidieron liberar a los sacerdotes, pero a cambio de que les restituyera su salud. Los sacerdotes se marcharon a la iglesia de San Fanorios a agradecer al santo su intervención y también para copiar su icono y llevarlo consigo a Creta. Así fue como los tres sacerdotes recuperaron su libertad mientras los hagarenos recuperaron su salud.

Fanuropita realizada por mi amiga Maria el pasado 27 de agosto.

Pero vayamos a lo de la ofrenda al santo. Es tradicional en Grecia y entre los fieles ortodoxos, realizar un bizcocho el día de San Fanourios, un dulce llamado Fanuropita, que no contiene huevos ni productos lácteos, pero que tiene una particularidad, debe contar con 7, 9, 11 o 13 ingredientes, nunca pares.  Estos son los fundamentales, a combinar como se guste, pero siempre de forma impar:

1- 450 g de harina
2- 100 ml de aceite de oliva virgen extra
3- 150 g de azúcar
4- 100 g de pasas
5-6-7-8- Dos cucharadas rasas de especias (canela, clavo, sesamo y nuez moscada)
9-10- 200-250 ml de jugo de naranja (jugo de tres naranjas, si es posible, aromatizado con vino dulce griego o brandy)
11- Nueces picadas
12- Una bolsita de levadura
13- Agua

Y la preparación: Remojar las pasas en agua fría hasta que se ablanden, escurrir y secar con papel absorbente, dejar a un lado. En un recipiente, mezclar el aceite con el azúcar y el jugo de naranja (aromatizado con el brandy). Tamizar la harina con las especias y verter en el recipiente mezclando bien. Agregar entonces las nueces y las pasas escurridas. Mezclar todo bien y verter en un molde de 22 cm. aceitado, meter en el horno precalentado y cocinar a 180º durante unos 45 minutos. Pinchar con un palillo y si sale seco es que ya está listo. Espolvorear con azúcar glas por encima.

Y ahora a comer… He pensado que invocar a San Fanourios es una buena idea para la vuelta de HELICON tras las vacaciones de verano. Es una petición al santo para reencontrarme con toda la gente que me suele acompañar en esta aventura… ¡¡Estamos de vuelta!!

AlmaLeonor_LP

 

 

EL TEDIO (II)

EL TEDIO (II)

Imagen: David de Miguel Ángel (detalle).

El resorte de la historia no era el progreso ni la evolución biológica ni el hecho económico ni ningún otro de los motivos aducidos por los historiadores de las diversas escuelas; era el tedio […] En un principio, por lo tanto, fue el tedio, vulgarmente llamado caos. Dios, aburriéndose del tedio, creó la tierra, el cielo, el agua, los animales, las plantas, Adán y Eva y éstos, aburriéndose a su vez en el paraíso, comieron el fruto prohibido. Dios se aburrió de ellos y los expulsó del Edén; Caín, aburrido de Abel, lo mató; Noé, aburriéndose verdaderamente un poco demasiado, inventó el vino; Dios, aburrido otra vez de los hombres, destruyó el mundo con el diluvio, pero esto le aburrió también hasta tal punto que mandó volver el buen tiempo. Y así sucesivamente. Los grandes imperios egipcios, babilónicos, persas, griegos y romanos surgieron del tedio y se derrumbaron por el tedio; el tedio del paganismo suscitó el cristianismo; el tedio del catolicismo, el protestantismo; el tedio de Europa hizo descubrir América; el tedio del feudalismo provocó la revolución francesa; y el del capitalismo, la revolución rusa. Todas estas bellas invenciones fueron anotadas en una especie de tabla sinóptica; después, con gran celo, empecé a escribir la historia propia y verdadera. No lo recuerdo bien, pero no creo haber llegado más allá de la descripción muy pormenorizada del tedio atroz que sufrieron Adán y Eva en el paraíso y de cómo, precisamente a causa de ese tedio, cometieron el pecado mortal. La cuestión es que, aburrido a mi vez del proyecto, lo abandoné en este punto.

ALBERTO MORAVIA
«El Tedio» (1960)

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