LA VOZ A TI DEBIDA

LA VOZ A TI DEBIDA

Tú vives siempre en tus actos.
Con la punta de tus dedos
pulsas el mundo, le arrancas
auroras, triunfos, colores,
alegrías: es tu música.
La vida es lo que tú tocas.

Y súbita, de pronto,
porque sí, la alegría.
Sola, porque ella quiso,
vino. Tan vertical,
tan gracia inesperada,
tan dádiva caída,
que no puedo creer
que sea para mí.

PEDRO SALINAS.

PREDESTINACIÓN

PREDESTINACIÓN

Lanzó las runas sobre la piedra pulida. La joven no despegó los ojos de las mágicas piedras bailando sobre el tablero buscando la que llevaba la inicial de su nombre, Berkana. Entonces se detuvieron y miró a la vidente. No mostraba expresión alguna. Extendió su huesuda mano y con la uña del meñique levantó una de las piedras. Ahí estaba. No pudo ofrecerle la explicación que ansiaba. Predestinaban un gran cambio, una marcha, la ausencia… Y también el atisbo de la muerte. Su madre, Alhelí, entró a buscarla y lo supo. Ella se despidió de su abuela con un beso.

AlmaLeonor_LP

Texto participante en Escribir Jugando. Marzo-2023.

Requisitos:

  1. Crea un microrrelato o poesía (máx. 100 palabras) inspirándote en la cartaThe Wildwood Tarot. «The Seer»
  2. En tu creación debe aparecer algo relacionado con la Runa: berkana.

Opcional:

Que aparezca en la historia algo relacionado con esta flor de la AtlántidaAlheli.

Esta esencia está indicada para la incertidumbre frente al camino a seguir. En casos de abatimiento y tristeza. Restablece la alegría y las ganas de vivir. Ayuda a identificar el sentimiento íntimo y genuino frente al sentimiento condicionado. Libera la intuición del propio camino, de lo vocacional y el “Arte”.

PARTICIPACIONES ANTERIORES:

DE MAYO A DICIEMBRE 2022 EN LA CATEGORÍA MICRORRELATOS.

ENERO: SOLSTICIO

FEBRERO: NACIMIENTO

PRIMAVERA

PRIMAVERA

Imagen: Jason Benjamim.

La noche quieta, entre un fulgor de estrellas,
oyó encantada la canción primera;
¡mis ojos vieron tantas cosas bellas…!
Sentí en mi alma nacer la PRIMAVERA.

Han florecido en mi balcón las rosas,
en promesa sutil de PRIMAVERA.
En el cristal del día, generosas,
vierten su dulce emanación primera.

¡Pasaste…! Tú fuiste la dulce quimera,
prendiste jazmines, deshojaste rosas
en mis negras trenzas. Fue en PRIMAVERA
de unos días cortos… ¡Cómo son las cosas!

SONETOS, Evangelina E. Guerrero Zacarías

Hoy, 20 de marzo, a las 16:33 horas (hora oficial peninsular, y en el momento en el que se publique esta entrada), comienza la primavera en España, según el Instituto Geográfico Nacional (IGN). ¡¡FELIZ INICIO DE PRIMAVERA!!

AlmaLeonor_LP

SONIA PARDO-2500

SONIA PARDO-2500

Hoy he formalizado en AMAZON la publicación de mi último libro, una novela corta, policíaca y con una características que le hace muy especial. Es el primer libro de la VERDE CRIMINAL y cuenta con un formato excepcional: Son diez capítulos de 2.500 palabras cada uno (de ahí el título). En total 25.000 palabras, ni una más ni una menos, las mismas que contarán el resto de novelas de la serie (aunque con capítulos de distinta duración) y que iré publicando sucesivamente.

La SERIE VERDE CRIMINAL es una apuesta por las novelas sencillas de policías y criminales (génerlo policíaco, por lo tanto, que no novela negra) y con final feliz. Sus protagonistas son personajes sencillos, habituales, gentes normales, con sus propias manías e historias particulares, pero reconocibles, sin poderes extraordinarios. Espero que les entretengan.

En esta primera novela conoceremos a SONIA PARDO, una policía poco convencional, pero resolutiva. Su forma de ser y de actuar le crea conflictos constantes. Y ella ya arrastra los suyos propios, heredados de su pasado. La historia de su vida le pasa factura. Es una mujer sexy y desinhibida que disfruta del sexo y de su trabajo. No es fácil de tratar y no se deja querer. Sonia Pardo es mucha Sonia Pardo.

En las siguientes iremos viendo actuar a otros hombres y mujeres policías, detectives privados, abogados… y hasta personas sin ninguna conexión con el mundo policial, pero que se ven empujados a investigar y resolver un crimen.

En unos días, con la primavera, estará disponible en Amazon, en formato libro de tapa blanda y después en eBook. Si os apetece conocer a SONIA PARDO, ya sabeis donde encontrarla. ¡Muchas Gracias!

AlmaLeonor_LP

Ya disponible en AMAZON:

INVOCACIÓN

INVOCACIÓN

Que no crezca jamás en mis entrañas
esa calma aparente llamada escepticismo.

Huya yo del resabio,
del cinismo,
de la imparcialidad de hombros encogidos.

Crea yo siempre en la vida
crea yo siempre
en las mil infinitas posibilidades.

Engáñenme los cantos de sirenas,
tenga mi alma siempre un pellizco de ingenua.

Que nunca se parezca mi epidermis
a la piel de un paquidermo inconmovible,
helado.

Llore yo todavía
por sueños imposibles
por amores prohibidos
por fantasías de niña hechas añicos.

Huya yo del realismo encorsetado.

Consérvense en mis labios las canciones,
muchas y muy ruidosas y con muchos acordes.

Por si vinieran tiempos de silencio.

RAQUEL LANSEROS.

En el Día de la Mujer 2023, mi deseo para todas es que NUNCA, NUNCA, vengan más tiempos de silencio, de silenciarnos, de silenciarlas. Somos mujeres, somos personas, somos iguales, somos nosotras junto a vosotros, no detrás, ni atadas, ni hechas añicos…

¡FELIZ DÍA DE LA MUJER!

AlmaLeonor_LP

NACIMIENTO

NACIMIENTO

La matrona me dejó en un capazo a los pies de la cama. Sé que ustedes no me creerán, pero escuché música. Cuando crecí supe que mi madre era cantante de ópera y quiso dar a luz con un aria de Puccini. ¡Oh, mio bambino caro! tronaba en el viejo fonógrafo de la casona donde yo nací y ella murió. Mi padre, Víctor Hugo, como el gran dramaturgo, no se lo perdonó nunca. Proscribió a Puccini y nunca más volvió a escucharse en nuestra casa. Pero yo ya lo había hecho. Nunca se lo dije. No me iba a creer.

AlmaLeonor_LP

Texto participante en Escribir Jugando. Febrero-2023.

Requisitos:

  1. Crea un microrrelato o poesía (máx. 100 palabras) inspirándote en la carta: Dixit.
  2. En tu creación debe aparecer la imagen del dado: capazo.

Opcional:

Que aparezca en la historia algo relacionado con Los Miserables: el año de su creación, su escritor o el propio libro. Los miserables (título original en francés: Les misérables) es una novela del poeta y escritor francés Victor Hugo (1802-1885) publicada en 1862, considerada como una de las obras más importantes del siglo XIX.

PARTICIPACIONES ANTERIORES:

DE MAYO A DICIEMBRE 2022 EN LA CATEGORÍA MICRORRELATOS.

ENERO: SOLSTICIO

QUE SUERTE TENGO

QUE SUERTE TENGO

Camille Claudel

Está en el sofá, recogida,
hecha un ovillo. Habla
con su madre por teléfono.
Se ríe. Luego arruga
un poco el ceño. Esas cosas.
Yo, simplemente la miro,
tiene luz, alma, vida,
me gusta verla, escuchar
su voz. A veces, no
puedo evitar decírmelo:
Qué suerte tienes, cabrón.


Karmelo C. Iribarren.

¡¡FELIZ DÍA DE LOS ENAMORADOS!!

CANDELARIA, BRIGIDA Y BRIGHID

CANDELARIA, BRIGIDA Y BRIGHID

Actual Virgen en la Basílica de Nuestra Señora de la Candelaria (Tenerife)

Hoy, día 2 de febrero, se celebra en las Islas Canarias el día de su patrona, la Virgen de la Candelaria. Como todas las tallas de vírgenes negras (o casi), tiene su propia historia envuelta en la leyenda. Se cuenta que, entre los años 1392 a 1401, la encontraron dos pastores guanches en la Playa de Chimisay (Tenerife), en la desembocadura del barranco del mismo nombre en el pueblo de Güímar. Pensaron que era una mujer extranjera de piel oscura con un niño en brazos y se asustaron muchísimo porque estaba prohibido a los hombres hablar o acercarse a las mujeres en despoblado, además, llevaban su ganado a encerrar en las cuevas y, sorpresivamente, no quisieron pasar del lugar donde se encontraba la mujer.

Entonces le hicieron aspavientos para que se marchase, pero a uno de los pastores el brazo se le quedó como muerto, no podía moverlo. El otro se enfrentó a ella con su chuchillo, pero se hirió a sí mismo sin saber cómo.  Estaban tan asustados que huyeron corriendo hasta el poblado de Chinguaro, donde se encontraba la cueva-palacio del mencey Acaymo, a quien le contaron lo que habían visto. Todos volvieron allí con algunos altos consejeros del lugar cuando se percataron de que era una imagen y el mencey ordenó a los pastores que la recogieran para llevarla hasta su cueva. Al tocar la estatua quedaron sanados y se sobrecogieron. Cuenta la historia que entonces fue el propio mencey quien quiso cargar con la mujer y el niño, pero unos pasos más allá no pudo con el peso y pidió socorro. Hoy, en ese lugar se alza un santuario, el de Nuestra Señora del Socorro.

La imagen acabó instalada en una cueva cerca del palacio real, donde, muchos años más tarde, un joven esclavo,  llamado Antón Guanche que había sido bautizado, al regresar a su isla reconoció en la imagen milagrosa a la Virgen María y propagó entre su gente la fe cristiana, conociendo desde entonces a la imagen como “La Madre del sustentador del cielo y tierra” (Axmayex Guayaxerax Achoron Achaman o Chaxiraxi), siendo trasladada a otra cueva (la de Achbinico), muy cerca de donde hoy se encuentra la Basílica de Candelaria.

Hasta aquí, al menos, lo que contó el religioso español Fray Alonso de Espinosa en 1594, pero no es la única versión, hay más, incluidas las teorías que envuelven a todas las imágenes de vírgenes negras, relacionándolas con el Priorato de Síon y la Orden del Temple. Hay, además, una polémica en torno a si es la actual Virgen de la Candelaria la talla original, o si lo es la conocida como Virgen de la Candelaria de Adeje, de factura totalmente diferente.

También, algunos historiadores han querido dotar de una explicación plausible a la aparición de la imagen. Antes de la conquista de Tenerife, las islas eran visitadas por expediciones europeas de reconocimiento, o por comerciantes de esclavos e, incluso, por monjes y religiosos que pretendían llevar el catolicismo a todos los confines de la tierra. Algunas de esas expediciones pudo llevar la imagen de una virgen negra y acabar, lo más probablemente por un naufragio, varada en la playa donde la encontraron los campesinos.  O, también, pudo ser llevada en el siglo XIV por frailes mallorquines que habían formado un breve obispado en Telde (Gran Canaria) y, pretendiendo propagar la fe, realizaron un ejercicio de sincretismo religioso difundiendo la religión cristiana entre los guanches a través de la aparición milagrosa de la Virgen, llamada ahora de La Candelaria, por el nombre del lugar donde acabó instalada.

El inicio de la devoción cristiana a la advocación mariana de La Candelaria, se sitúa ya en 1497, cuando el Adelantado de las Islas Canarias Alonso Fernández de Lugo, celebró en la Cueva de San Blas la primera Fiesta de las Candelas, coincidiendo ésta con la Festividad de la Purificación de la Virgen. La orden dominica se encargó de que se conociera en todas las islas y llegara hasta América, pues Hernán Cortés llevaba al cuello una medalla de esta imagen. El 26 de marzo de 1599 el papa Clemente VIII la nombra Patrona de Canarias.

A mí, sinceramente, me sorprende la postura del niño, tan caído hacia un lado, como si se fijara en algo que hay a sus pies o como si se le cayera a su madre de las manos… Si alguien tiene una explicación para esa postura tan extraña, me gustaría conocerla. Y, de paso, porqué la figura del Cristo de la Reconciliación que se guarda dentro, también tiene ese aspecto de «caerse» de la cruz… ¡que misterio!

 El caso es que siendo su festividad el día 2 de febrero, las cuestiones se multiplican. Como saben, entre diciembre y febrero se celebraban en toda Europa festivales de invierno que servían para ahuyentar la oscuridad y el frío de la estación y sobrellevarla hasta el inicio de la primavera. La iglesia católica vio que esas celebraciones tenían una gran raigambre entre el pueblo y había que situar santos y celebraciones cristianas alrededor de ellas. En diciembre se popularizó la Navidad, en enero la Epifanía y en febrero la Presentación de Jesús en el templo y la consiguiente purificación de la Virgen. Y la festividad de la Candelaria, entre otras advocaciones como San Blas, también de gran popularidad. Pero quedaron presentes reminiscencias de los primitivos ritos, entre ellos los relacionados con el árbol o tronco de Navidad, los desfiles de invierno con máscaras vegetales y los carnavales de febrero.

Pero hay algo más.

Conocemos una santa irlandesa que tiene relación con todo esto, Santa Brígida de Kildare, patrona de Irlanda y cuya festividad se celebra el uno de febrero, tanto en la iglesia católica como en la ortodoxa.

Tal y como contaba en mi libro DE TOROS Y DIOSES, a Santa Brígida se la considera autora de un milagro que tiene que ver con estos animales, y por eso se la suele representar con un torito o vaca a sus pies:

Su santidad parece que le quedó impronta desde el nacimiento, pues tras el destete, el druida de la aldea pudo comprobar cómo era imposible que ningún alimento le quedara en el cuerpo: lo vomitaba de inmediato. Solo consiguió alimentarse de la leche de una vaca blanca de rojas orejas. Desde entonces, santa Brígida y las vacas quedaron unidas. De la leche que ordeñaba junto con su madre elaboraba mantequilla que repartía entre los menesterosos, apareciendo de nuevo la mantequilla en sus despensas como por milagro. Llegó a fundar un monasterio de monjas desde donde obró varios milagros más, como curar a un leproso con una taza de leche (o agua) o curar la pata de una vaca que una mujer consiguió llevar a duras penas hasta el convento y allí quiso quedarse.”

Veamos su historia…

Al parecer era hija de un rey pagano irlandés (nunca son hijas de campesinos, que cosas) y una esclava picta, convertida al cristianismo al ser bautizada por San Patricio. Su padre la llamó así por la diosa Brigid de los celtas, pero era una esclava. Brigid tuvo una inclinación hacia la caridad desde niña y al crecer su fama fue tal que hasta su padre tuvo que concederle la libertad. Devota cristiana hasta la médula rechazó a todos los pretendientes que se le acercaban por su voto de castidad. Esa firme creencia en la fe llegó a oídos del obispo Mc Caill (luego santo), en Croghan y, hacia el año 468, ambos siguieron a siguieron a San Mel de Ardagh al reino de Tethbae (actualmente los condados de Meath, Westmeath y Longford). Allí, al cabo de unos veinte años, Brigid funda un monasterio en Kildare, en principio, una sencilla celda bajo un roble sagrado consagrado a la diosa Brigid, denotando así su influencia pagana. En él varias jóvenes doncellas custodiaban una llama sagrada. Esta fundación está considerada la primera comunidad monástica de Irlanda, aunque yo me sigo preguntando si realmente sería una comunidad católica o una reminiscencia de la devoción pagana que existía, muy extendida, en esas tierras.

Y, además, tenía con San Patricio una amistad tan firme, que da que pensar… “Entre San Patricio y Santa Brígida, los pilares del pueblo irlandés, tenían una amistad tan grande que tenían un solo corazón y una mente. A través de él y de ella, Cristo realizó muchas grandes obras” (Libro de Armagh). Lo cierto es que muchos irlandeses terminaron por llevar sus nombres, Patrick y Brigid. Hasta tal punto lo fue el femenino, que en el siglo XIX, cuando muchas mujeres irlandesas emigraron a Inglaterra en busca de trabajo como empleadas domésticas, el nombre Brigid llegó a convertirse en sinónimo de sirvienta. ¡Qué ironía! Salga usted de la esclavitud y funde conventos, para acabar siendo conocida con la misma tarea con la que empezó.

Y así, después de conocer a una virgen y a una esclava-monja,  llegamos a la diosa, Brighid (la exaltada), hija de Dagda (dios principal de la mitología irlandesa) y una Tuatha Dé Danann (miembro del pueblo de los dioses), esposa de Bres de los Fomorianos (dioses de la muerte) con quien tuvo un hijo, Ruadán, y… ¡¡Una diosa triple!!  Brighid tenía dos hermanas, también llamadas Brighid, y se considera una de las clásicas diosas triples célticas (no es la única), en este caso del fuego.

Su historia es fascinante. Se dice que tenía en su poder dos bueyes, Fe y Men, que pastaban a sus anchas en un prado llamado con sus nombres, Femen, además de poseer otros animales imponentes: el rey de los verracos (Torc Triath) y el rey de los carneros (Cirb). Y, finalmente, se dice que nació con una llama de fuego sobre su cabeza, lo que la conectaba con el Universo. ¿Recuerdan que Santa Brígida de Kildare guardaba la llama eterna en su cueva-monasterio? No es la única, las vestales también guardaban las llamas sagradas, y se la llegó a identificar con la Minerva romana. Es un tema recurrente.

Diosa Brighid personificada como la Minerva Romana.

Bueno, pues también se la relaciona con los pozos sagrados y las cuevas,  como la que dio cobijo a la primitiva Virgen de la Candelaria, como la que albergó a Santa Brígida de Kildare en un primer cenobio.

Pero es que su festividad se sitúa también entre el 1 y el 2 de febrero, cuando se celebra el Festival gaélico de Imbolc, como reconocimiento a los primeros signos de la llegada de la primavera a la tierra, en este caso, la finalización de la gestación de las ovejas ¿no eran pastores los que encontraron a la virgen de la Candelaria?

El Imbolc (significa “en el ombligo”, refiriéndose a la gestación de las ovejas y también a la primavera), es uno de los cuatro principales festivales del calendario celta, asociado con el ritual de la Fertilidad, del mismo modo que lo son las celebraciones de Santa Brígida o de la Candelaria. Se asocia convencionalmente con el 1 de febrero, pero en muchos lugares comienza, en realidad, el 31 de enero, situando el festival en el punto medio entre el solsticio de invierno y el equinoccio de primavera. Peor no es la única variante, como cuento también en mi libro:

James Frazer dice que en Escocia se celebra el 19 de febrero como parte del «renacimiento de la vegetación en primavera» (1986: 169). La celebración se realiza la víspera de la fiesta y consiste en preparar una cama para la santa invitándola a pasar la noche en el hogar.”

El caso es que es una fiesta de “luz”, de fuego, haciendo alusión a la mayor duración del día que empieza a notarse en estas fechas, como otro indicio de la ansiada primavera. Tradicionalmente, para conmemorar el hecho, se iluminan faroles en los frentes de las casas por unos cuantos minutos, y en los rituales suelen participar muchas veladoras. ¿No es ese el significado de la Candelaria? Y, además, las imágenes que nos llegan desde los festivales del Imbolc que se celebran en Irlanda y Escocia y otras partes, evocan, poderosamente las celebraciones del invierno, esas en las que las gentes se vestían con ropajes hechos de paja y hojas de roble para conjurar la oscuridad. Otro día hablaré de ello.

AlmaLeonor_LP

¡Feliz Festividad de la Candelaría, de Santa Brígida y de la Brighit del Imbolc!

EL NAUFRAGÍO

EL NAUFRAGÍO

Imagen: Ivan Madzharov.

Han pasado casi cuarenta años de aquel fatídico día en el que naufragamos. Hoy he recibido un paquete. Es una caja como aquella que yo envié, sin remite ni destinatario. No sé quien la ha dejado en mi puerta, pero no me atrevo a abrirla. Por alguna extraña razón, sé que encontraré mi propio brazo ahí dentro. Soy Patrick Macnamara y el diablo viene a obligarme a cumplir mi promesa.

—/—

Me embarqué en aquel carguero sin esperanza ninguna, era una oportunidad como cualquier otra de encontrar trabajo, “una ocasión única”, me dijeron. Y lo creí. Yo era un simple carpintero irlandés sin fortuna. Aprendí el oficio al lado de mi padre, en los muelles de Bristol, cuando el trabajo no escaseaba. De repente, todo se fue al garete. Mi padre apareció muerto en una taberna. Nunca supe muy bien lo que ocurrió, pero, me encontré solo y huérfano a mis veinte años. Y sin futuro. Alguien me dijo que me embarcara. Que América era el paraíso. Allí había trabajo y oportunidades para alguien como yo. Era febrero de 1928 y todo bullía en América. Nada quedaba en las viejas islas para mí.

Trabajé a bordo para pagar mi pasaje. Todo iba bien. El cocinero, un cubano mulato más grande que un armario ropero, se apiadó de mí y me pasaba alguna manzana o lo que pudiese de la cocina para que no falleciera de hambre. Otro marinero, inglés, y solo un poco mayor que yo, de nombre Luke Phillips, era mi compañero de litera y de partida. Todas las tardes, antes de retirarnos a dormir, jugábamos a las cartas con otros marineros. Él me había dado algunas lecciones para trampear a los demás y nos sacábamos unos cuartos que luego nos repartíamos. El capitán se enteró un día y nos apaleó con su fusta delante de todos, prohibiéndonos volver a jugar. Las tardes se hicieron, entonces, tediosas.

Hasta que llegó la tormenta.

Nos pilló durmiendo. No tuvimos tiempo para nada. De repente, el cielo y el mar parecieron una sola cosa, un aterrador torbellino de agua, negrura y ruido que nos hubiese arrastrado hasta el fondo con el mismo barco de no ser por Magnus Sorensen, otro marinero, de origen danés y fuerte como un toro, que logró sujetar un bote antes de que desapareciera en la nada, y nos ayudó a subir a bordo. Cuando todo se calmó no vimos ningún superviviente más. El barco había desaparecido. En el exiguo bote, agotados, empapados y muertos de miedo, nos encontrábamos el capitán Archibald Cummings, el cocinero Mauritius, Sorensen, Phillips y yo.

Permanecimos en silencio durante horas, mirándonos furtivamente, castañeteando los dientes, sin atrevernos ni a movernos del sitio. Solo teníamos un exiguo barril de agua que Mauritius consiguió izar. Antes de que volviera a anochecer, abrazado a ese barril, fue él quien habló por primera vez.

—¡Vamos a morir todos!

Pero sobrevivimos. Solo nosotros y el cielo sabe cómo lo hicimos. Habían pasado seis meses cuando nos encontraron a la deriva en aquel exiguo bote que ya empezaba a hacer aguas. Desperté en un hospital días después. Alcé los brazos. Vi mis dos extremidades. Estaba vivo.

Una semana más tarde, todos mis compañeros y yo abandonábamos el centro hospitalario. Entonces, me obligaron a hacer una promesa. Yo debía cumplir el trato que hicimos a bordo al poco del naufragio. Nadie debía saber cómo sobrevivimos y, además, tenía que entregar mi parte, como hicieron los demás. Me dieron un año de plazo. Les juré que lo haría y cada uno nos fuimos por nuestro lado. No nos volvimos a ver.

—/—

Creía que nadie respondería a mi anuncio, pero lo hicieron. Habían pasado ya más de diez meses. Pensé que nunca lo conseguiría, se me acababa el tiempo. Pero recibí una carta. Un hombre, en Nueva Inglaterra, en la ciudad de Boston, se ofrecía a entregarme lo que había pedido. No las tenía todas conmigo. No era un encargo cualquiera y no todo valía. Tenía que ser exacto. Quedamos en vernos y unos días más tarde se presentó en mi casa.

Yo había conseguido un buen empleo como matarife en el mercado de Nueva Jersey. Era joven y aprendí enseguida el oficio. Las cosas no iban muy bien en el país, pero seguía habiendo trabajo allí y yo ganaba un buen sueldo. El hombre que recibí una soleada mañana de finales del invierno de 1929 tenía mi edad, pero estaba famélico. A él no le iban las cosas tan bien como a mí. Cuando le vi, entendí por qué me pidió que le pagara el billete como anticipo a sus honorarios.

—¿Por qué ha accedido usted a mi petición?

—Por hambre…

Él no lo notó, pero su respuesta me dejó clavado en el suelo. Unos terribles recuerdos acudieron a mi mente. El hambre. Nadie sabe lo que es eso hasta que se aferra a su garganta y a su mente hasta obligarte a hacer cosas que nunca harías. Cosas que nunca confesarías. Cosas terribles, maléficas, inhumanas. Yo lo sabía bien. Era la culpa que arrastraba, la deuda que debía saldar.

—¿Cumple usted todos mis requisitos?

—Sí.

—¿Pelirrojo?

—Sí.

—¿Pecas?

—Sí.

—Enséñemelo… El derecho.

Lo hizo. Lo comprobé de nuevo y asentí. Estaba todo correcto. Solo faltaba que me lo entregara. Y tenía que ser rápido. Le enseñé el dinero. Lo tenía preparado desde hacía tiempo. Todo lo que ganaba con mi trabajo y con las trampas en el juego que Phillips me enseñó, lo guardaba para esa ocasión. Tenía ya suficiente para pagar a aquel pobre hombre.

—Y ahora, hágalo…

—Antes… dígame una cosa… ¿Por qué?

—¿De veras quiere saberlo?

—Sí.

Y se lo conté. Ha sido la única persona a quien se lo dije. La única. Pero merecía saberlo. Aquel hombre, no quise saber su nombre, salió de mi vida después de dejar mi encargo en una caja. La cerré adecuadamente y la envié por mensajero a la dirección que mis compañeros de naufragio me indicaron cuando salimos del hospital. Les avisé a todos. Ya estaba hecho.

Ese día, un grupo de personas permanecían sentadas alrededor de una mesa: Archibald Cummings, que ya no era capitán y se arrastraba entre tabernas buscando trabajo; Mauritius, que seguía siendo cocinero, solo Dios sabe cómo; un empequeñecido y enfermo Magnus Sorensen, que no vivió mucho más; y Luke Phillips, flamante y ufano esposo de una rica heredera neoyorkina que, en pocos meses, en octubre, se quedaría sin nada. Solo una razón les mantenía allí reunidos. Esperar la caja que yo habría de llevarles.

Pero yo no fui a ese encuentro. Así que solo puedo imaginar cómo sucedieron los hechos. Llamaron a la puerta y alguien se levantó a abrir, seguramente, Phillips. No vería a nadie al abrir, si es que el  mozo a quien encargué llevar la caja cumplió mis órdenes. Él se la encontraría en el suelo. Todos se extrañarían al no verme aparecer a la cita, pero sabrían que lo había hecho, que había cumplido mi promesa, en cuanto abrieran la caja. No figuraba ningún remitente, ningún destinatario, ningún dato. Solo tenían que abrirla. Imagino que seguiría siendo Phillips quien lo hiciera. Una vez encima de la mesa, todos se la quedarían mirando, tal vez con asombro, tal vez con miedo. Se preguntarían por qué no me presenté, pero se darían por satisfechos en cuanto comprobaran que era un brazo blanco, pelirrojo y con pecas.

«Sólo los niños aceptan las sorpresas por el placer de las sorpresas», escribe un autor del momento, William Faulkner, a quien leo últimamente. Se hubiesen llevado una buena sorpresa de haberme visto a mi llevar la caja. Porque yo, seguía conservando mis dos brazos.

—/—

Durante aquel naufragio sobrevivimos gracias a Phillips. Fue él quien propuso que cada uno nos fuéramos cortando un brazo, el izquierdo, para alimentarnos mientras nos rescataran. Cuando lo hicieron todos lo habían perdido, excepto yo, que era el último por edad. Al salir del hospital me exigieron que cumpliera la promesa que nos hicimos. Debía entregarles mi brazo, como ellos hicieron con el suyo.

Pero no podía. No quería. Hice un pacto con el diablo, pero no podía dejar que me arrastrara toda la vida. El problema es que yo soy zurdo, por eso no contaba con encontrar a alguien que se ofreciera a entregarme su brazo derecho, blanco, pelirrojo y con pecas, para que todos mis compañeros pensaran que era el mío.

Ese mismo día volví a embarcar, esta vez rumbo a Australia. Era libre, pero los remordimientos me ahogaron día a día. Cada vez que miraba mi brazo derecho se me aparecía como un préstamo fantasma, algo que, en realidad, no me pertenecía. Y, finalmente, fue el diablo quien se cobró mi deuda.

AlmaLeonor_LP

VADERETO DE ENERO 2023

Este relato se incluye en el VadeReto del blog Acerbo de Letras, dedicado este mes de ENERO 2023 a…

¡¡LA CAJA!!

Nos adentramos en un nuevo año con el corazón en un puño. ¿Se terminará de una vez por todas estas etapas de sorpresas chungas? ¿Qué tocará este año, la invasión alienígena o la plaga zombi? Lo mismo nos invaden zombis del espacio. ¡Toquemos madera! Mejor, abracemos árboles, por si acaso. Lo que está claro es que será un año lleno de sorpresas. Después de unas fiestas, en definitiva, para repartir y abrir regalos, cajas y cajas llenas de sorpresas, de esto trata el VadeReto de este mes.

Imagen de la mesa de George Dolgikh en Pixabay; edición JascNet.

Para la creación de este relato hay no una premisa, sino un supuesto. ¿De qué se trata? Pues leed con atención:

«Un grupo de personas está sentada alrededor de una mesa. Puede que estén comiendo, en una reunión laboral, en algún tipo de experimento sobrenatural, preparando una conspiración… Pueden ser una familia, un grupo de amigos, compañeros de trabajo o gente que no se conocen y por alguna determinada razón están allí reunidos. Vosotros decidís los detalles. De repente, llaman a la puerta. Alguien se levanta a abrir, pero no hay nadie fuera. Sin embargo, al mirar al suelo, puede ver que han dejado una caja. Una caja que no lleva ningún dato. Ni remite, ni dirección de entrega, ni logotipo o marca de ninguna empresa. Una caja totalmente anónima, sin ningún tipo de identificación. La coloca en la mesa y todos, al verla, muestran asombro y miedo. ¿Qué hay dentro? ¿Por qué nadie se atreve a abrirla? ¿De qué tienen miedo?»

Vosotros tenéis que darle forma a la historia y completarla. Crear los personajes que más os gusten, resolver los interrogantes y revelar, o no, el contenido de la caja. ¿Sencillo o difícil? En este reto, más que nunca, tendréis que hacer uso de vuestra imaginación, creatividad e ingenio. Pero de una cosa estoy seguro, tenéis el talento y la habilidad necesarios para deleitarnos con vuestras historias.

Y luego, una premisa OPCIONAL. Incluir una de estas Citas. La que he utilizado aparece en negrita:

«Todo es sorpresa. El mundo destellando siente que un mar de pronto está desnudo, trémulo, que es ese pecho enfebrecido y ávido que sólo pide el brillo de la luz». Vicente Aleixandre.

«Siempre he sabido que las grandes sorpresas nos esperan allí donde hayamos aprendido por fin a no sorprendernos de nada, entendiendo por esto no escandalizarnos frente a las rupturas del orden». Julio Cortázar.

«Sólo los niños aceptan las sorpresas por el placer de las sorpresas». William Faulkner.

AlmaLeonor_LP

PARTICIPACIONES ANTERIORES:

VadeReto de Abril: ¡Vacío!

VadeReto de Mayo: El Tesoro del Pirata

VadeReto de Junio: El Ramo de Violetas.

VadeReto de Julio: Soledad y Algo de Desesperación.

VadeReto de Octubre: Sor Inés Despelle.

VadeReto de Noviembre: El Marcado.

VadeReto de Diciembre: La niña que quería ser reina.

También en: Categoría VadeReto

RIMA XVIII

RIMA XVIII

Imagen: Tammam Mohamad

Fatigada del baile,
encendido el color, breve el aliento,
apoyada en mi brazo
del salón se detuvo en un extremo.
Entre la leve gasa
que levantaba el palpitante seno,
una flor se mecía
en compasado y dulce movimiento.
Como cuna de nácar
que empuja al mar y que acaricia el céfiro,
tal vez allí dormía
al soplo de sus labios entreabiertos.
¡Oh! ¡quién así, pensaba,
dejar pudiera deslizarse el tiempo!
¡Oh! si las flores duermen,
¡qué dulcísimo sueño!

GUSTAVO ADOLFO BECQUER

El Día Azul
30 de enero de 2023

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