SAN PEDRO REGALADO

SAN PEDRO REGALADO

Hoy, 13 de mayo, se celebra la festividad de San Pedro Regalado, un santo que tiene una gran vinculación con Valladolid, es su santo patrón, y por lo tanto, hoy es festivo en mi ciudad. Sobre la historia del santo y de como llegó a ser nombrado, también, patrón de los toreros, hablé en mi libro DE TOROS Y DIOSES (2021).

Otro monje franciscano, san Pedro Regalado, pa­trón de Valladolid (nació en esta ciudad en 1390 y fue canonizado en 1746), tiene una leyenda en la que hace postrarse a un toro furibundo solo con la fuerza de su fe. Así lo contó Matías Sangrador Vítores en su Vida de san Pedro (1859):

“Salió del Abrojo acompañado de otro religioso, y agra­dablemente entretenidos los dos viajeros con espirituales y cristianos coloquios, dirigían sus pasos, ajenos a todo cuanto les rodeaba, por el camino que conducía a la villa de Aranda; mas al cruzar por frente a la de Valladolid, les sacó de su enajenamiento unas confusas voces y ruido de caballos que cada vez se oían más de cerca. Volvieron los dos religiosos la vista hacia el punto en que se oían tan extraños rumores, y quedaron atemorizados al ver junto a ellos un soberbio toro, que cubierta la boca de blanca espuma y brotando sangre de sus anchas y profundas he­ridas, había logrado con su bravura escapar de la plaza de Valladolid, y era hostigado de cerca por mucha gente de a pie y a caballo. El compañero del Regalado, poseído de un terror que jamás había experimentado, se guareció detrás del santo; mas éste, que conoció el gravísimo e inmediato riesgo en que se hallaban, imploró del cielo el socorro, y esta vez, lo mismo que en las demás en que había acudido a la omnipotencia divina, fue por ella milagrosamente fa­vorecido. La fiera, con espantosos mugidos, se dirige con ímpetu furioso al santo y éste, presentándole el báculo, le hace postrarse a sus pies. El fatigado animal, como reco­nociendo una influencia superior, permanece tranquilo en aquella humilde actitud, mientras aquél con blanda mano le acaricia pasándola suavemente por sus heridas y extra­yéndole con cuidado los agudos hierros de los rejones que tanto le inquietaban. Ejercida la caridad por el santo de un modo tan extraño con tan noble animal, le dio su bendi­ción y le mandó marchar.» (Carrión, 1925: 83).

El monasterio al que se refiere, El Abrojo, estaba situado en Laguna de Duero (Valladolid). Fue fundado en 1415 y destruido por un incendio en 1624, por lo que hoy solo quedan restos. Es el lugar donde san Pedro Regalado fue nombrado maestro de novicios. Llevaba el sobrenombre de Scala Coeli (‘escalera del cielo’) porque se decía que, mientras estuvo allí san Pedro Regalado, descendía por una escalera de luz el mismísimo san Francisco de Asís para bendecir el convento (Sangra­dor, 1851: 477), y después «ascendía por ella en medio de los coros de ángeles que le rodeaban» (Carrión, 1925: 61). El santo se dirigía al convento de La Aguilera, cercano a la villa de Aranda de Duero (Burgos), de donde fue elegido prelado. Este santuario-cenobio, del siglo XIV, se llamaba originalmente Domus Dei (‘la casa de Dios’) y hoy lleva el nombre de Santuario de San Pedro Regalado.

Por esta hazaña, desde 1951 fue nombrado pa­trón del Grupo Taurino del Sindicato de Espectáculos mientras existió, y siguió siendo patrón de las corri­das de toros en Valladolid, donde persiste un afama­do trofeo taurino con su nombre. También es patrón de los toreros desde 1953, patronazgo que se dis­cutió con otro santo, el agustino leonés san Juan de Sahagún (siglo XV).

AlmaLeonor_LP
DE TOROS Y DIOSES (2021) Editorial Guante Blanco.

Por cierto, ayer, día 12 de mayo, una tormenta bastante furibunda hizo caer un rayo sobre la cruz de la capilla de Las Esclavas en la plaza de El Salvador, justo al lado de la estatua del santo, destruyendola en parte. Casi, casi, cae en la cabeza del pobre San Pedro Regalado (o sobre la mía, trabajo muy cerca y pude sentir el tremendo impacto). Hubiera impedido los actos festivos de hoy.

Ofrenda floral del año 2022.

¡¡FELICES FIESTAS DE SAN PEDRO REGALADO!!

DÍA DEL LIBRO 2023

DÍA DEL LIBRO 2023

“Qué cosa más sorprendente es un libro. Es un objeto plano, hecho de un árbol, con partes flexibles en las que están impresos montones de curiosos garabatos. Pero, cuando se empieza a leer, se entra en la mente de otra persona; tal vez de alguien que ha muerto hace miles de años. A través del Tiempo, un autor habla clara y silenciosamente dirigiéndose a nosotros y entrando en nuestra mente. La escritura es, tal vez, el más grande de los inventos humanos. Une a personas que no se conocen entre sí. Personajes de libros de épocas lejanas rompen la cadena del Tiempo. Un libro es la prueba de que los hombres son capaces de hacer que la magia funcione”.

Carl Sagan (1934 – 1996).

¡¡UN LIBRO RESUME LA MAGIA DE LA IMAGINACIÓN, DE LA CREACIÓN, DE LA ERUDICIÓN, DE LA POESÍA, DE LA NARRATIVA, DE LA CIENCIA, DE LA FILOSOFÍA, RESUME, EN FIN, LA VERDADERA RAZÓN POR LA QUE FUIMOS HUMANOS!!

¡¡NO DEJEN NUNCA DE LEER!!

¡¡FELIZ DÍA DEL LIBRO 2023!!

QUE SUERTE TENGO

QUE SUERTE TENGO

Camille Claudel

Está en el sofá, recogida,
hecha un ovillo. Habla
con su madre por teléfono.
Se ríe. Luego arruga
un poco el ceño. Esas cosas.
Yo, simplemente la miro,
tiene luz, alma, vida,
me gusta verla, escuchar
su voz. A veces, no
puedo evitar decírmelo:
Qué suerte tienes, cabrón.


Karmelo C. Iribarren.

¡¡FELIZ DÍA DE LOS ENAMORADOS!!

AÑO NUEVO CHINO: CONEJO DE AGUA

AÑO NUEVO CHINO: CONEJO DE AGUA

Hoy, día 22 de enero, se inicia el Año Nuevo Chino, una fecha conocida también como Festival de la Primavera. Durante la noche anterior es cuando las comunidades chinas de todo el mundo dan cumplida celebración despidiendo el año viejo, en una suerte de rito festivo destinado a propiciar suerte y prosperidad en el nuevo año que entra. El origen de esta fiesta se remonta, dicen, al siglo XIV a. C., durante el gobierno de la dinastía Shang, cuando un monstruo llamado Nian (año, en chino), atacaba las aldeas al comienzo de cada año. Pero el monstruo tenía una debilidad, le daban miedo las luces brillantes y el color rojo y las gentes utilizaron estos elementos para ahuyentarle. Con el tiempo, esta leyenda dio paso a la celebración y puesto que el dragón es un símbolo chino de poder y buena fortuna, al inicio del año en toda China se elaboraba un títere de dragón largo, brillante y colorido con el que desfilar por las calles en una fiesta luminosa y multicolor.

El calendario chino es lunar y por eso su inicio no coincide con nuestro acordado 1 de enero solar. El horóscopo chino está basado en ese calendario y utilizan 28 constelaciones para sus predicciones. Un ciclo completo tarda 60 años en volver a iniciarse. Por ello no tiene nada que ver tampoco con nuestro conocido horóscopo de 12 signos zodiacales que dependen de nuestro día y mes de nacimiento, sino que se basa en el año. Los correspondientes a este signo son: 1927, 1939, 1951, 1963, 1975, 1987, 1999, 2011 y 2023.

En el horóscopo chino nuestra personalidad y destino viene determinada por una serie de animales que trasfieren a su pupilo de nacimiento sus características, forma de ser y suerte. Este Año Nuevo de 2023 está dedicado al CONEJO DE AGUA, un signo virtuoso, refinado, estético… Aquellos que nacieron bajo este signo serán los protagonistas y dependerá de ellos el futuro de los demás. Afectará especialmente a los nacidos en 1963, como es mi caso, al haber vivido un ciclo de sesenta años completo o “ben ming nian”, que significa «en esta vida» o «año propio». Así que, por alguna extraña y oriental razón, el de 2023 debe ser mi año de la responsabilidad y de la suerte. El año en el que cumpliré los 60. Me encomendaré a mi CONEJO DE AGUA DE LA SUERTE, cual Alicia, para que consiga guiarme por un camino tortuoso lleno de sorpresas ya sea agrandando mi espíritu, ya encogiendo mi desánimo.

En el horóscopo chino esa representación animal del año se completa con un elemento: metal, madera, agua, fuego o tierra. En este año es el AGUA. El AGUA YIN (bien), será el principal elemento del año. Este elemento representa sensibilidad, dedicación, conocimiento, intuición y lucidez. Es capaz de insuflar a los nacidos bajo este elemento la afición a la búsqueda de lo oculto, lo misterioso, lo alternativo, lo extraño. El AGUA representa un despertar intuitivo y místico que bebe de fuentes pasadas para inundar fértilmente el campo del presente eclosionando en frutos de futuro. Es un elemento dinamizador y evolutivo que ayuda en la adquisición de sabiduría y elevación del espíritu.

Pero hay que tener cuidado. El AGUA también puede tener un componente negativo (Yang), puede generar impureza de sentimientos, ansiedad, melancolía, hipocresía, intolerancia… Hay que estar siempre vigilantes de que no nos alcance su vertiente de negatividad.

Para ayudarnos en ese cometido, los colores propicios en este año 2023 son el amarillo, el rojo y el blanco. Si aún necesitamos un refuerzo, hay dos colores correctores, el azul y el verde. Y si todavía nos resulta poco, la piedra de chakra de este año es la FLUORITA ARCOIRIS, una piedra de fortalecimiento cuya composición química es el Fluoruro de Calcio (no me viene nada mal para mis rodillas). Con ella estabilizaremos nuestro aura y conseguiremos la fortaleza psicológica necesaria, además de inteligencia, memoria, creatividad, empatía y alegría. Y por si fuera poco, es una piedra propicia para los nacidos bajo el signo de LIBRA (el mío), entre otros.

El año que termina estuvo dominado por la fiereza y violencia del TIGRE, así que el CONEJO viene a suponer un cambio radical, presidido por la dulzura y la serenidad. Según los presagios chinos se presenta un año sobrio, de ritmo indolente, un año de descanso y tregua, donde los desafíos son intelectuales, no físicos. Es un tiempo para recargarse de sabiduría, curar heridas, recuperar el equilibrio interior y hacer planes de futuro…

¡Esto de los horóscopos me fascina…! ¿Qué año no intentamos hacer todo eso? Pero ahí están ellos, dándonos consejos que nos estimulan hasta que viene la vida con un revés y ¡zas! Nos da un zarpazo y ¡adiós conejo, adiós! Pero bueno, el mensaje para este signo de 2023 sigue diciendo que no mostremos excesiva tolerancia hacia las afrentas que podamos sufrir, sino que permanezcamos lúcidos y alertas para sortearlas o, en todo caso, recuperarnos enseguida de ellas. Lo dicho… Es lo que todos los años intentamos con ahínco los mortales.

Pero los gurús del horóscopo no se arredran. En este año, dicen, tendremos más posibilidades de ascender en la escala social. Aquellos que realmente lo desean, apuntillan. Ya saben eso de que quien realmente desea una cosa acaba cumpliéndose. Yo soy más del dicho ese de “ten cuidado con lo que deseas, puede hacerse realidad”. A veces da más miedo que se cumplan los deseos a que no lo hagan nunca. Pero este año del CONEJO se reconocerá nuestra labor, se dará crédito a nuestro esfuerzo, se premiará nuestro trabajo con un ascenso… Pero claro, sigue diciendo que para lograrlo tenemos que saber dominar los engranajes de la psicología humana y la retórica para hacer realidad todas nuestras aspiraciones. Ya sabía yo que el truco tenía que estar en algún sitio. Es como aquello de “fíate de la Virgen, pero échate a correr”.

No nos desanimemos. El año 2023, el año del CONEJO, es el año de la liquidación de la deuda espiritual. A ver si averiguo que es eso. Veamos… Dice que suele ser un periodo de observación e introspección. Vale. Puedo asumirlo, voy a cumplir sesenta años este 2023, tendré bastante perspectiva como para realizar ambos ejercicios.

El CONEJO DE AGUA revelará los momentos más favorables para encontrar las respuestas adecuadas a nuestra propia búsqueda personal de evolución. Suena bien. Pero… Si nuestro viaje espiritual es demasiado intenso, este mismo don de la relajación lepórida, puede jugarnos una mala pasada. Tal vez nos confiemos demasiado y nos echemos a dormir, como la liebre, pensando que la lenta tortuga nunca nos alcanzará. Estamos avisados. Y, además, los recuerdos dolorosos podrían llegar a ser más intensos y hacernos desistir de la lucha por alcanzar nuestras metas. Y también que los malos hábitos vuelvan a alcanzarnos. Nada, nada, mejor correr como liebres que relajarnos como CONEJOS DE AGUA.

La astrología china dice que este año 2023 existen todos esos riesgos, pero, afortunadamente, nos ofrecerá la oportunidad de reconducirnos. Menos mal. Solo hay que tener cuidado con cualquier exceso de imaginación y no abandonarse en los brazos de la melancolía… ¡Cómo si fuese tan fácil! Nos recomienda no ser derrotistas, no perder el tiempo en lamentaciones, no desanimarnos ante situaciones críticas… ¿Pero no habíamos quedado en que en este año no se darían?

Políticamente, nos dice el horóscopo que este año 2023 dominará el arte de la diplomacia y el compromiso, de los acuerdos y los pactos (permitanme que sea exceptica con esto), un soplo de aire fresco frente a las anteriores intolerancias y diatribas irreconciliables, dice. El CONEJO DE AGUA, curioso por naturaleza, aportará todas estas cualidades a una situación sociopolítica imperfecta y muy adversa. ¡Venga, no caeré en el desánimo! Gracias a este año benefactor, aún podremos tener esperanzas de encontrar un equilibrio mundial que mejore el bienestar general y no solo el personal.

En todo caso, este AÑO DEL CONEJO DE AGUA 2023, los nacidos bajo su signo disfrutarán de una suerte añadida, alegría de vivir, amor y planes de futuro, que alcanzará también a los que disfruten de un nacimiento en los años de la Cabra el Cerdo y de la Rata.

Y yo, cumpliré 60 años en octubre… ¡¡Manda conejos!!
AlmaLeonor_LP

¡¡FELIZ AÑO NUEVO CHINO 2023 DEL CONEJO DE AGUA!!

NOCHE DE REYES

NOCHE DE REYES

Imagen propia de hace muchos años… Aún recuerdo el día y el nerviosismo.

Empezaré de nuevo.

Mi vida guardaba un misterio. Un misterio que durante mucho tiempo quise desentrañar, pero con el que acabé por convivir como quien convive con una marca distintiva de su cuerpo. Y yo, además, tenía una: un antojo, que decía mi madrina. Así que convivía con ambas cosas, con un antojo en forma de manzana en mi muslo derecho y con la impalpable realidad del misterio que rodeaba la ausencia de mi madre. No la conocí nunca.

Mi padre apenas hablaba de ella y en mi casa no había nada que la recordase. Bueno, en realidad, había un retrato suyo en la pared del salón, rodeado por otros muchos retratos familiares, pero no se le veía la cara, oculta tras una pamela negra. Mi madrina me dijo una vez que apenas cumplidos yo los tres meses de edad, justo un año después de su boda, en el día de Reyes, mi madre se marchó para no volver jamás. Mi padre destruyó todo lo que de ella había en la casa: su ropa, sus zapatos, sus fotografías… Incluso el lecho nupcial de la habitación que habían compartido fue aporreado por mi padre en el patio común del edificio de vecinos hasta rebajarlo a leña para la lumbre. Fue su único momento de ira. Luego ya solo tuvo momentos de infinita tristeza. Sobre todo en ese día de Reyes.

Sin embargo, para mí, el día de Reyes siempre fue uno de mis días favoritos. Egoístamente. Ese día, o mejor dicho, en la víspera y como parte de los preparativos para el día de Reyes, todos los miembros de mi familia se afanaban en limpiar sus propios zapatos, aquellos que colocarían en el alféizar de la ventana esperando la dadivosidad mágica de unos imaginados reyes que, llegados de un oriente lejano, agasajaban a los niños en las casas. Y a todos, niños y adultos, en la mía. Aunque fuese con un simple bollo de azúcar y canela preparado por mi madrina, o una bolsita de blancas peladillas compradas por mi padre en la plaza del mercado.

El resto del año, junto a mi primo Ángel, era yo quien hacía de limpiabotas cada sábado por la mañana, regalando mi trabajo a los adultos de la casa. Una vez se lo dije a mi madrina y ésta recriminó mi sentida y escondida queja, advirtiéndome que no lo dijese más o los Reyes Magos lo sabrían y no premiarían mis buenas acciones del año con un regalo de Epifanía. Desde entonces, siempre he creído escuchar una voz admonitoria cada vez que, de nuevo egoístamente, rechazaba, aunque solo fuese en mi fuero interno, una tarea que me encomendaban a mí cuando yo sentía que debía hacerla otro. O al revés.

Sí. También al revés. Cuando una suerte de preciado encargo recaía en mí en lugar de hacerlo en otros compañeros, me sentía felizmente recompensada, aunque procuraba no alegrarme demasiado, no fuese a caer sobre mi egoísta alegría la furibunda ira de los magos de oriente, a modo de la más enconada hibris griega.

Pero cuando el siete de enero, un día después del festivo de Reyes de este año, me encomendaron escribir un artículo sobre las actrices del Hollywood dorado de los años cuarenta y cincuenta, me alegré como si el Rey Gaspar ―mi favorito de los tres magos, siempre― hubiese dejado en mis relucientes zapatos el mejor de los regalos.

AlmaLeonor_LP

LAS ACTRICES FAVORITAS DE MI PADRE

RECUERDEN… LA DADIVOSIDAD Y LA ALEGRÍA DE REGALAR Y COMPARTIR NACE DENTRO DE CADA UNO. NO LA ESPERES NUNCA DE UN PERSONAJE (O TRES) IMAGINARIO… SOMOS NOSOTROS…

¡¡FELIZ NOCHE DE REYES PARA TODOS!!

¡FELIZ NAVIDAD!

¡FELIZ NAVIDAD!

Imagen: Vasili Kandinsky (1907)

Yo tenía
tanta rosa de alegría,
tanto lirio de pasión,
que entre mano y corazón
el Niño no me cabía.

Dejé la rosa primero.
Con una mano vacía
noche clara y alba fría
me eché a andar por el sendero.

Dejé los lirios después.
Libre de mentiras bellas,
me eché a andar tras las estrellas
con sangre y nieve en los pies.

Y sin aquella alegría,
pero con otra ilusión,
llena la mano y vacía,
cómo Jesús me cabía
¡y cómo me sonreía!
entre mano y corazón.

José Mª Pemán.

¡¡FELIZ NOCHEBUENA Y MUY FELIZ NAVIDAD!! AlmaLeonor_LP

INVIERNO EN DICIEMBRE

INVIERNO EN DICIEMBRE

Imagen: Tito Fornasiero.

Diciembre es esta imagen
de la lluvia cayendo con rumor de tren,
con un olor difuso a carbonilla y campo.
Diciembre es un jardín, es una plaza
hundida en la ciudad,
al final de una noche,
y la visión en fuga de unos soportales.

Y los ojos inmensos
—tizones agrandados—
en la cara morena de una cría
temblando igual que un gorrión mojado.
En la mano sostiene unos zapatos rojos,
elegantes, flamantes como un pájaro exótico.

El cielo es negro y gris
y rosa en sus extremos,
la luz de las farolas un resto amarillento.
Bajo un golpe de lluvia, llorando, yo atravieso,
innoble como un trapo, mojado hasta los cuernos.

Jaime Gil de Biedma

Hoy, 21 de diciembre, a las 21:48 horas, justo cuando se publique esta entrada en HELICON, dará comienzo la estación del INVIERNO del año 2022 en el Hemisferio Norte. 

TOROS Y DINEROS

TOROS Y DINEROS

En mi libro DE TOROS Y DIOSES también hay espacio para una forma de endiosamiento bovino reciente, el del dinero. Los toros, o la representación de un toro, también tuvieron su importancia en este sentido, desde la alusión al Becerro de Oro bíblico hasta la imponente figura del Charging Bull, un toro de bronce de 3200 kg, instalada en Wall Street por Arturo Di Modica como regalo de Navidad, justo un día como hoy, 15 de diciembre, de 1989. Estos son los párrafos que hacían alusión a estas figuras.

Y EL REGRESO DEL MINOTAURO

El becerro de oro se asoció durante todo el siglo XIX y principios del XX a la codicia, al poder devastador del dinero y a la riqueza desmesurada, condiciones todas a las que se coligan, inevitablemente por lo visto, el fraude y la corrupción. Y así se volvió a mostrar a finales de siglo, tras estallar el llamado escándalo de Panamá (curiosamente, los llamados Papeles de Panamá desataron en el año 2016 otro affaire de riqueza desmesurada, fraude y corrupción), que afectó a cientos de miles de inversores franceses de toda condición económica, implicados en el proyecto de la construcción del Canal de Panamá de Ferdinand de Lesseps, y alcanzó judicialmente a varios políticos acusados de corrupción por aceptar sobornos (pese a alguna condena leve y alguna huida, todos fueron absueltos en 1897… Ahora leámoslo como si nos sorprendiera).

La quiebra de la compañía, que se saldó con la pérdida de más de mil cuatrocientos millones de francos y está considerado el mayor escándalo de corrupción del siglo XIX, también tuvo consecuencias políticas de gran importancia en el país galo y condicionó que los EE. UU. asumieran el proyecto del canal. El 31 de diciembre de 1892, el diario Petit Journal vio en este mayúsculo fraude un enorme becerro de oro económico, un dios dinero adorado por oportunistas y políticos, y así lo mostró en su portada.

En 1901 al gran mercado de Wall Street se le representaba como un gran toro (en este caso era el economista J. P. Morgan) ávido de ilusionar con burbujas de aire a los inversionistas… o haciendo que pierdan la cabeza con negocios deshonestos.

Invirtiendo estos términos, en 1989 el artista italoamericano Arturo Di Modica instaló (sin permiso, por cierto, y financiado enteramente por él mismo) en plena avenida neoyorquina de Wall Street su gran toro de bronce, el Charging Bull (‘toro embistiendo’), representando, según él, un acto revolucionario y reivindicativo: la determinación y espíritu de éxito del pueblo norteamericano haciendo frente a la crisis de los poderes financieros (se refería al colapso de Wall Street del lunes negro de octubre de 1987). En realidad, todo lo contrario de lo que representaba el toro en el siglo XIX (aunque, quizá, similar al concepto de «estiercolar» mencionado antes). Hoy está definitivamente instalado muy cerca, en una esquina del parque Bowling Green, el más antiguo y uno de los parques emblemáticos de Manhattan.

Pero no fue este su único simbolismo. En el año 2011, el movimiento Occupy Wall Street (OWS), creado para protestar por la creciente desigualdad económica y el aumento de la brecha entre los más (mucho más) ricos y el resto de la población tras la catastrófica crisis económica mundial de 2008, instaló su protesta ocupando el cercano Zuccotti Park y utilizando la imagen del toro de Modica para elaborar el cartel de la convocatoria.

Entre sus muchas reivindicaciones, proponían la creación de una banca alternativa (Occupy Finance), propuesta en la que algunos miembros siguen tra-bajando con otros colectivos, pese a la disgregación del original movimiento. Pues bien, durante aquellas protestas, algunos líderes religiosos judíos marcha-ron junto con una figura de papel maché del Becerro de Oro inspirada en el Toro de Wall Street.

Para finalizar, en nuestro presente, el simbolismo materialista de un becerro y la embestida taurina de un capitalismo devastador vuelven a estar de actualidad. Hoy, la riqueza desmesurada que ha causado una crisis global que se retroalimenta a sí misma desde sus inicios en el año 2008, es igualmente entendida como una especie de endiosado becerro de oro global, una imagen que representaría la soberbia del materialismo globalizado neocapitalista y que ha sido ejemplarizada bovinamente por el economista y exministro griego Yannis Varoufakis en su libro titulado El minotauro global (2012). En él compara el mito del Minotauro cretense, una historia «repleta de codicia, castigo divino, venganza y mucho sufrimiento» (2012: 45), afirma, con «el auge de la financiarización, el triunfo de la codicia, el repliegue de los organismos reguladores, la dominación del modelo de crecimiento anglo-céltico…» (2012: 44), todos ellos, subproductos financieros tóxicos y empobrecedores que ha creado esta crisis, precisamente, para alimentar a ese Minotauro global que él identifica con el déficit presupuestario del Gobierno estadounidense y el déficit comercial de la economía americana.

Varoufakis acusa a ese ídolo monetario de propiciar incluso un golpe de estado económico (se refería a la situación griega en el año 2015, momento de máxima tensión entre Grecia, el FMI y la UE, un golpe de estado perpetrado por bancos en lugar de tanques), con tal de seguir dominando los mercados y, por ende, los pueblos, las naciones y hasta toda la civilización actual. En realidad, todo lo contrario al Minotauro cretense, el toro sobre el que se sostiene, como quizá ha podido mostrar este libro, nuestra mitología, religiosidad y cultura occidental.

AlmaLeonor_LP

DE TOROS Y DIOSES

GLORIA FUERTES

GLORIA FUERTES

Imagen: Gloria Fuertes.

Gloria Fuertes nació en Madrid
a los dos días de edad,
pues fue muy laborioso el parto de mi madre
que si se descuida muere por vivirme.
A los tres años ya sabía leer
y a los seis ya sabía mis labores.
Yo era buena y delgada,
alta y algo enferma.
A los nueve años me pilló un carro
y a los catorce me pilló la guerra;
A los quince se murió mi madre, se fue cuando más falta me hacía.
Aprendí a regatear en las tiendas
y a ir a los pueblos por zanahorias.
Por entonces empecé con los amores,
-no digo nombres-,
gracias a eso, pude sobrellevar
mi juventud de barrio.
Quise ir a la guerra, para pararla,
pero me detuvieron a mitad del camino.
Luego me salió una oficina,
donde trabajo como si fuera tonta,
-pero Dios y el botones saben que no lo soy-.
Escribo por las noches
y voy al campo mucho.
Todos los míos han muerto hace años
y estoy más sola que yo misma.
He publicado versos en todos los calendarios,
escribo en un periódico de niños,
y quiero comprarme a plazos una flor natural
como las que le dan a Pemán algunas veces.

Gloria Fuertes
(28 de julio de 1917 – 27 de noviembre de 1998)

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