UN TEST DE PERSONALIDAD

Dice un test de personalidad que me he hecho que soy de un tipo de humanidad calificado como MEDIADOR. Eso significa que soy más intuitiva que observadora, más racional que emocional, más prospectiva que juzgadora, más cautelosa (en un 90% ¡válgame el cielo!) que asertiva. No sé si me reconozco mucho en estas definiciones (quizá haya gente que sí me calificaría así, no lo sé), pero no será culpa del test, tal vez es que no me expresé bien en las respuestas, no soy, de eso estoy segura, de las que pueden responder a ninguna cuestión con un “si”, “no”, “casi”, “un poco”, “bastante”, “nada”… o cualquiera de las opciones de respuesta que una encuesta encorseta en casillas. Dudo al marcarlas. Yo matizaría mi respuesta. La explicaría. Yo preguntaría que quiere decir exactamente la pregunta. Pediría ejemplos concretos de lo que me piden que califique… En fin, que no sé yo si eso de los test de personalidad aciertan mucho, toda vez que este concretamente, me ha alineado con personalidades como J.R.R. Tolkien (“No es oro todo lo que reluce; no todos los que vagan están perdidos; lo viejo, si vigoroso, no se marchita; a las raíces profundas no les afecta la helada”, dijo el genio), William Shakespeare, Konstantin Levin (ya saben, esa especie de alter ego de Tolstoy en Anna Karenina), Björk, Julia Roberts, Johnny Deep, Fox Mulder (el personaje, supongo, no el actor), Ana de las Tejas Verdes, o Frodo Baggins (¡válgame el cielo! ¿Soy Frodo Bolsón?) entre otros. Pero el test sigue explicándose de esta manera:
Los individuos con personalidad de Mediador son verdaderos idealistas, siempre están buscando algún atisbo de bondad, incluso en las peores personas y en los peores acontecimientos, y tratan de encontrar formas de hacer las cosas mejor. Aunque a veces son considerados tranquilos, reservados, o incluso tímidos, los Mediadores tienen una llama interior y una pasión que realmente brillan. Constituyendo solo el 4% de la población, el riesgo de sentirse incomprendidos es desafortunadamente alto para las personas con personalidad de Mediador, pero cuando encuentran personas con ideas afines, la armonía que sienten será una fuente de alegría e inspiración.
Los Mediadores se guían por sus principios, más que por la lógica, la excitación o la practicidad. Al decidir cómo avanzar, tendrán en cuenta aspectos como el honor, la belleza, la moralidad y la virtud; los Mediadores se guían por la pureza de sus intenciones, no por recompensas y castigos. Las personas con personalidad de Mediador están orgullosas de esta cualidad y con razón, pero no todo el mundo entiende lo que conlleva estos sentimientos y eso les puede conducir al aislamiento.
En su esplendor, estas cualidades permiten a los Mediadores comunicarse profundamente con los demás, hablar fácilmente con metáforas y parábolas, y comprender y crear símbolos para compartir sus ideas. La fuerza de este estilo de comunicación intuitiva conduce a obras creativas y no es ninguna sorpresa que muchos Mediadores famosos sean poetas, escritores y actores. Entenderse a sí mismos y cuál es su lugar en el mundo es importante para los Mediadores, y exploran estas ideas mediante la proyección de sí mismos en su trabajo.
Los Mediadores tienen un talento para la autoexpresión y exteriorizan su belleza y sus secretos a través de metáforas y personajes de ficción.
La capacidad de los Mediadores con el lenguaje no se detiene en su idioma materno; se consideran superdotados a la hora de aprender un segundo (o tercer) idioma. Su don para la comunicación también conduce a un deseo de armonía por parte de los Mediadores, y les ayuda a seguir adelante cuando descubren su vocación.
Escucha a mucha gente, pero habla solo con algunos.
Sin embargo, a diferencia de otras personalidades más sociables, los Mediadores centrarán su atención únicamente en algunas personas, una sola causa digna; si se dispersan demasiado se quedarán sin energía, e incluso pueden llegar a sentirse abatidos y abrumados por todo lo malo del mundo que no pueden arreglar. Este es un aspecto triste para los amigos del Mediador, que dependerán de su visión optimista.
Si no tienen cuidado, los Mediadores pueden perderse en su búsqueda de lo bueno y descuidar el mantenimiento diario de las exigencias de la vida. De vez en cuando, los Mediadores derivan en una profunda reflexión disfrutando de la contemplación de lo hipotético y lo filosófico, más que cualquier otro tipo de personalidad. Si no se controla, el Mediador puede comenzar a perder el contacto retirándose en “modo ermitaño”, y puede requerir una gran cantidad de energía por parte de sus amigos o parejas traerlos de vuelta al mundo real.
Por suerte, como las flores en primavera, el afecto, la creatividad, el altruismo y el idealismo de los Mediadores siempre volverá y les recompensará a ellos mismos y a aquellos a los que aman, tal vez no con la lógica y la utilidad sino con una visión del mundo que inspira compasión, bondad y belleza donde quiera que vayan.

“Sabemos lo que somos, pero no sabemos lo que podemos ser”, termina por expresar el Test de Personalidad acerca de este tipo MEDIADOR en el que me ha encuadrado. ¡Vaya! Creo que no recurriré más a un horóscopo, con esto ya me ha subido la moral hasta donde no la necesito. Lo que sí creo necesitar es conocerme un poco más a mí misma. No me apetece que una batería de preguntas (ni unas runas, ni un zodiaco, ni un adivino, ni una bola de cristal…) pretenda saber de mí más que yo misma.
AlmaLeonor_LP
Test de las 16 personalidades basado
en el de Myers-Briggs (MBTI), realizado a través de este enlace.