ASÍ ES PILAR…

ASÍ ES PILAR…

Gala DragQueen de Las Palmas 2017

En medio del camino me senté
Queme las naves me olvide de pensar
Y en el vacío
Nació esta canción para Pilar
Como el viento y el mar
Como el pájaro ama su libertad
Como el vino y la sal
Como el aire y el pan
Así es Pilar
Ella es la soledad
Es un volcán, es algo mas…
Es el bien y es el mal
Y es la mano que me araña
Mi voluntad.
Te quiero, te quiero.
En tu cuerpo mujer
Esta la luz y esta mi fe
Yo lo socavare
Seras el río para mi sed…
Te quiero, te quiero.

Víctor Manuel.

Él se la dedicó a su mujer, María del Pilar Cuesta Acosta (in arte Ana Belén), pero yo se la dedico a todas las llamadas Pilar en el día de su santo…. Y me incluyo, claro 🙂

DÍA DE SANTIAGO

DÍA DE SANTIAGO 

En la Calle de Santiago de Valladolid, calle peatonal y comercial por excelencia, una de las calles más concurridas de la ciudad y, antaño, avenida de paseo obligado de los jóvenes vallisoletanos y foráneos (los jueves, día de descanso de las muchachas de servir, era frecuentado por militares y jóvenes con anhelos de casamiento), hacia la mitad de la calle, haciendo esquina con el Atrio de Santiago, se encuentra la Iglesia de Santiago Apóstol. Y en ella este relieve representando al Santo a caballo

Es curioso, porque Santiago Apóstol o Santiago el Mayor, es el santo en sí, pero cuando se le recuerda como adalid de la victoria de la Batalla de Clavijo se le llama Santiago Matamoros y se le representa a caballo, que es como aparece en esta iglesia vallisoletana…

En ese lugar existía desde el siglo XII una humilde ermita que, en el siglo XV, cuando fue elevada a la categoría de Iglesia Parroquial, presentaba bastantes deficiencias y era insuficiente para acoger a los feligreses de la zona, muy concurrida por encontrarse en el centro de una Valladolid comercial y pujante. Hacia final de siglo, en 1499, el rico mercader y banquero Luis de la Serna acuerda con la iglesia convertirse en patrono y financiar la construcción de un nuevo templo a cambio de contar con un panteón familiar en la Capilla Mayor. Las obras se adjudican al arquitecto guipuzcoano Juan de Arandia, quien había dirigido la construcción de la Iglesia del monasterio de San Benito el Real, también en Valladolid. En el año 1500 concluye la reconstrucción de la cabecera y cuatro años más tarde comenzó a elevar la torre adosada al ábside, de sección cuadrada, que le da al templo su aire austero. En el año 1610 se le añade un remate octogonal y en 1615 el arquitecto Francisco de Pravés trazó una nueva estructura con aires protobarrocos que fue ejecutada por los maestros de obras Martín de Répide, Juan del Valle y Juan Alonso Ballesteros.
El templo presenta un aire compacto a la vista, sin decoraciones de ningún tipo, salvo por el mencionado relieve gótico en el paño central del ábside protegido por arco alfiz que representa a Santiago Matamoros. Santiago también está representado en el interior de la Iglesia de su nombre, concretamente en el monumental Retablo Mayor, barroco, de 1729, ensamblado por Alonso de Manzano, en el que destaca esa talla, obra de Juan de Ávila, presidiendo la calle central. Sobre él, en el cascarón que cierra el conjunto, la escena de la aparición de la Virgen del Pilar al apóstol y sus compañeros, recordando uno de los episodios más conocidos de la vida de Santiago.

Como curiosidad, en otra Capilla, la de las Siete Palabras (la Iglesia de Santiago se convirtió en sede de esta cofradía en 1941), se encuentra un Santo Cristo de las Mercedes acompañado por los dos ladrones. Es una obra realizada por el círculo de Pompeo Leoni alrededor de 1550 (fue durante mucho tiempo atribuido erróneamente a Francisco de la Maza, discípulo de Juan de Juni), en la que el rostro del Buen Ladrón, es el del Duque de Lerma, quien adeudaba una considerable suma al artista por su trabajo en la Colegiata de Lerma y quiso de esta guisa llamar la atención a quien sin duda fue uno de los ladrones más grandes de este país. Al menos, tuvo la deferencia de adjudicarle la cruz del buen ladrón y no la de una de las figuras aplastadas por el Santiago Matamoros. A lo mejor sería una buena idea, la de poner las caras de los ladrones y desfalcadores españoles de lo público en los cuerpos de los más afamados ladrones de la antigüedad… claro que dada la cantidad de ellos no tendríamos iglesia suficiente, necesitaríamos una cueva de Ali Babá…

En fin… que hoy, 25 de julio, es el Día de Santiago, Santiago de Zebedeo o Jacobo de Zebedeo, conocido en la tradición cristiana como Santiago Apóstol o Santiago el Mayor, y el Patrón de España (desde el siglo IX). Santiago fue el evangelizador, junto a los siete varones apostólicos, de estas tierras españolas, a donde recaló desde Jerusalén hacia el año 40 (el 2 de enero), llegando a Zaragoza donde se le apareció la Virgen María en una columna de jaspe, un pilar que ya llevaría en su nombre desde entonces. Allí se construyó una humilde ermita de adobe y hoy es la monumental catedral-basílica de Nuestra Señora del Pilar o Santo Templo Metropolitano de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza. Por alguna extraña razón (apócrifa a todas luces) la tumba de Santiago se encontró alrededor del año 813 sobre un monte cerca de Iria Flavia, donde el rey de Asturias, Alfonso II el casto, mandó construir una iglesia. Ese fue el origen de la Catedral de Santiago de Compostela, de la ciudad del mismo nombre y de la Ruta Jacobea, o Camino de Santiago, para llegar desde todo el orbe cristiano a la tumba del apóstol.

El día de Santiago en el 25 de julio se viene celebrando desde el año 1122 cuando el papa Calixto II decidió implantarlo. Ese año se celebró el primer Año Santo Compostelano, y lo será cada vez que el 25 de julio caiga en domingo (este año no, lo que es un alivio visto lo aciago que está resultando este 2020), o sea, unas 14 veces cada siglo. En esos Años Santos (o Años Xacobeos) se otorgan indulgencias a todos aquellos peregrinos que en Santiago de Compostela cumplan los requisitos de visitar la catedral, recibir los sacramentos y rezar una oración.

El caso es que, como se ve, nuestro santo tuvo una vida agitada incluso tras su muerte, ocurrida entre los años 41 y 44 de nuestra era, a manos de Herodes Agripa I en Jerusalén. Que sus restos aparecieran en Santiago es uno de sus misterios, pero no lo es menos que su mítica aparición en la mítica batalla de Clavijo en el año 844, ayudara al rey Ramiro I a obtener una victoria sobre las huestes moras durante la Reconquista, quedando marcado para siempre como un santo defensor del catolicismo frente a todos sus enemigos: los turcos, los herejes y los paganos cuyos cuerpos o cabezas ruedan entre las piernas de su caballo… El grito de guerra de las huestes parece que fue «Santiago y cierra España», alocución que hasta extrañó al buen Sancho y tuvo que preguntar a su señor Don Quijote:

«Yo así lo creo respondió Sancho-, y quería que vuesa merced me dijese que es la causa porque dicen los españoles cuando quieren dar alguna batalla, invocando aquel Santiago Matamoros: ¡Santiago y cierra España! ¿Está por ventura España abierta, y de modo que es menester cerrarla, o que ceremonia es esta?
– Simplicisimo eres, Sancho -respondió Don Quijote-; y mira que este gran caballero de la cruz bermeja háselo dado Dios a España por patrón y amparo suyo…»

Pues bien, esta aparición jacobea hace que cuando se le representa montado a caballo se le llama Santiago Matamoros, que es como aparece en el escudo de la Iglesia de Santiago de Valladolid.

¡¡Felicidades a Santiagos y Jacobos!!
AlmaLeonor_LP

 

¡FELIZ DÍA DE REYES!

¡FELIZ DÍA DE REYES!

Con dulce y grave majestad ferviente,
mientras arde cantando la retama,
llegan los Reyes cuando el sol derrama
su niña antigüedad de oro inocente.

LUIS ROSALES.

 

A veces, la más grande ilusión se esconde en la madrugada detrás de una barba postiza y una cara de sueño. ¡¡FELIZ DÍA DE REYES MAGOS!! 

AlmaLeonor_LP

ANÉCDOTA 40: EL ANILLO DE SAURON

ANÉCDOTA 40: EL ANILLO DE SAURON

anillo_800

Leo en la prensa de hoy que «Un niño es expulsado del colegio por amenazar a un compañero con el anillo de Sauron» porque la propia escuela, es decir, los adultos que se supone han adquirido una formación académica y profesional para dirigir una escuela infantil y ser profesores y educadores de niños de 9 años… esa escuela norteamericana, considera que Aiden, que así se llama el Frodo moderno, es una AMENAZA para sus compañeros ya que dijo que «haría desaparecer a un alumno con su anillo mágico«.

Dejando a un lado que ya sabemos como son esta gente de Texas, que permiten llevar armas a los jóvenes, pero consideran una amenaza enseñar evolucionismo, me ha hecho recordar algo que me pasó a mi hace tiempo… en mi escuela… con mi compañera Pilar y mi profesora «Doña Toñi».

Tuve una compañera que entró en el colegio más tarde, empezado el curso. Era grande y con una voz fuerte y profunda. Siempre estaba riendo… no sonriendo… riendo. Riéndose de todo y de todos más bien. La tomó conmigo… me insultaba, me asustaba, me amedrentaba con su mirada fija en mi… la verdad es que ni siquiera recuerdo ahora mismo que me decía, ni qué me hacía, pero si recuerdo que iba al colegio con miedo y que soñaba con ella por las noches. Esas pesadillas no me dejaban dormir y no me dejaban casi vivir por el día.

No había dicho nada en casa. Pero un día ya no pude más porque me había asustado mucho. Me dijo algo, lo que fuera, que no me atrevo a decir que fue lo que me dijo, pero el recuerdo que me queda es que me asustó mucho. Muchísimo. Se lo dije a mi madre por la mañana. No quería ir a al colegio. Lloraba. Si iba al colegio moriría… eso me había dicho Pilar.

Mi madre fue conmigo aquella mañana y entramos juntas en clase. Le contó a mi profesora, Doña Toñi todo lo que yo le había dicho. Pilar estaba sentada en su pupitre riendo. La miraba de reojo. Doña Toñi escuchó a mi madre impertérrita, con esas gafas con cadena casi colgando de la punta de su nariz y mirándonos por encima de ellas sin mover un solo músculo ni bascular ni una sola de sus muchas arrugas. Cuando mi madre acabó de contar todo Doña Toñi me miró y me preguntó:

– ¿Has hecho tus deberes?

¡¡Los deberes!! ¿Pero cómo iba yo a hacer los deberes si me estaban amenazando con mi vida? Los deberes…. no había hecho los deberes… Doña Toñi miró a mi madre y no se me olvidará nunca lo que pasó entonces. Mi profesora y mi madre pensaron que era una mentirosa marrullera que había montado toda una historia fantástica para ocultar que no había hecho los deberes.

Yo me quedé estupefacta, lívida, blanca.

Iba a morir y encima había decepcionado a mi madre y a mi profesora. El mundo se hundió. Allí mismo. Solo existía la risotada de Pilar y mi cuerpo vacío… ¿Qué hacer? ¡Tenía miedo! No podía ir al colegio. ¡¡Tenía miedo!!. Estaba muy asutada y no podía decírselo a nadie. Lo que yo contaba era verdad y nadie me creía. Tenía que solucionarlo yo sola.

Mi casa era un caos además…. mis padres estaban empapelando las habitaciones y había papel, cola y polvo por todas partes. Los rollos de papel pintado desprendían un polvillo raro cada vez que se movían de un sitio a otro… incluso si rascabas un poco en los extremos salía ese polvillo con un aspecto raro y volátil… casi parecía el ingrediente de una poción mágica

¿Qué había dicho?

¡Una poción mágica! ¿Cómo no se me había ocurrido antes? Busqué una cajita pequeña por casa, la llené de ese polvillo rascando todos los rollos de papel de pintar que pude y con ella en el bolsillo me fui a clase dispuesta a acabar con la amenaza de mi vida.

Cuando llegué, Pilar seguía riendo y mirándome… y cuando se acercó a mi, dispuesta a cumplir su amenaza (pensaba yo) con una determinación que casi me hace salir corriendo, saqué fuerzas de flaqueza, metí la mano en mi bolsillo y exhibí la cajita frente a su cara.

– ¡Alto ahí! Esta es una poción mágica. Si das un paso más o si intentas cumplir tu amenaza, cualquier cosa que digas, hagas o pienses, se cumplirá en ti si soplo estos polvos mágicos sobre ti.

Esperaba una risa por respuesta, pero Pilar se frenó en seco. Me miraba más fijamente que nunca y tal vez vio en mí algo que ni yo había intuido, pero dio un paso más, aunque esta vez sin reírse. No era miedo ya lo que yo tenía, sino terror, y solo me podía defender con aquella cajita de polvos mágicos cual Anillo de Sauron y tratar de evitar una desgracia. Abrí la cajita y soplé los polvos sobre Pilar…

Lo que pasó después tampoco he podido olvidarlo. Se asustó. Se asustó mucho. Demasiado. Se cubrió la cara con los brazos y salió corriendo. Llorando. Si era una bruja se llevó su merecido. Si era una niña como yo, la asusté más de lo que yo pensaba que haría. Más de lo que quise. No dijo nada, ni a mí me dijeron nada, al menos no lo recuerdo. Nunca le conté a ella ni a nadie que aquello fue una treta y que no había magia de ninguna clase en una caja llena de polvo de papel de empapelar. Pero no volvió a meterse conmigo, ni a mirarme, ni a dirigirme la palabra. Es más. En poco tiempo desapareció del colegio tal y como había llegado.

El Anillo de Sauron a veces funciona.

AlmaLeonor

LOS ZAPATICOS DE ROSA

LOS ZAPATICOS DE ROSA

n 007Imagen: Monsila Mon «Garabata«

 

Hay sol bueno y mar de espuma,

Y arena fina, y Pilar

Quiere salir a estrenar

Su sombrerito de pluma.

 

-«¡Vaya la niña divina!»

Dice el padre, y le da un beso.

-«¡Vaya mi pájaro preso

A buscarme arena fina!»

 

-«Yo voy con mi niña hermosa»-

Le dijo la madre buena.

«¡No te manches en la arena

Los zapaticos de rosa!»

 

Fueron las dos al jardín

Por la calle del laurel:

La madre cogió un clavel

Y Pilar cogió un jazmín.

 

Ella va de todo juego,

Con aro, balde y paleta.

El balde es color violeta;

El aro es color de fuego.

 

Vienen a verlas pasar:

Nadie quiere verlas ir:

La madre se echa a reir,

Y un viejo se echa a llorar.

 

El aire fresco despeina

A Pilar, que viene y va

Muy oronda: «Dí, mamá:

¿Tú sabes qué cosa es reina?»

 

Y por si vuelven de noche

De la orilla de la mar,

Para la madre y Pilar

Manda luego el padre el coche.

 

Está la playa muy linda:

Todo el mundo está en la playa:

Lleva espejuelos el aya

De la francesa Florinda.

 

Está Alberto, el militar

Que salió en la procesión

Con tricornio y con bastón,

Echando un bote a la mar.

 

¡Y qué mala, Magdalena,

Con tantas cintas y lazos,

A la muñeca sin brazos

Enterrándola en la arena!

 

Conversan allá en las sillas,

Sentadas con los señores,

Las señoras, como flores,

Debajo de las sombrillas.

 

Pero está con estos modos

Tan serios, muy triste el mar:

¡Lo alegre es allá, al doblar,

En la barranca de todos!

 

Dicen que suenan las olas

Mejor allá en la barranca,

Y que la arena es muy blanca

Donde están las niñas solas.

 

Pilar corre a su mamá:

-«¡Mamá, yo voy a ser buena;

Déjame ir sola a la arena:

Allá, tú me ves, allá!»

 

-¡«Esta niña caprichosa!

No hay tarde que no me enojes:

Anda, pero no te mojes

Los zapaticos de rosa».

 

Le llega a los pies la espuma:

Gritan alegres las dos:

Y se va, diciendo adiós,

La del sombrero de pluma.

 

¡Se va allá, donde ¡muy lejos!

Las aguas son más salobres,

Donde se sientan los pobres,

Donde se sientan los viejos!

 

Se fue la niña a jugar,

La espuma blanca bajó,

Y pasó el tiempo, y pasó

Un águila por el mar.

 

Y cuando el Sol se ponía

Detrás de un monte dorado.

Un sombrerito callado

Por las arenas venía.

 

Trabajaba mucho, trabajaba

Para andar; ¿qué es lo que tiene

Pilar, que anda así, que viene

Con la cabecita baja?

 

Bien sabe la madre hermosa

Por qué le cuesta el andar;

-«¿Y los zapatos, Pilar,

Los zapaticos de rosa?

 

-«¡Ah, loca! ¿en dónde estarán?

¡Dí, dónde, Pilar!» -«Señora-

Dice una mujer que llora-,

¡Están conmigo; aquí están!»

 

-«Yo tengo una niña enferma

Que llora en el cuarto obscuro,

Y la traigo al aire puro

A ver el Sol, y a que duerma.

 

«Anoche soñó, soñó

Con el cielo, y oyó un canto:

Me dió miedo, me dió espanto,

Y la traje, y se durmió.

 

«Con sus dos brazos menudos

Estaba como abrazando;

Y yo mirando, mirando

Sus piesecitos desnudos.

 

«Me llegó al cuerpo la espuma,

Alcé los ojos, y ví

Esta niña frente a mí

Con su sombrero de pluma.

 

«¡Se parece a los retratos

Tu niña» -dijo-. «¿Es de cera?

¿Quiere jugar? ¡Si quisiera!…

¿Y por qué está sin zapatos?

 

-«Mira: ¡la mano le abrasa,

Y tiene los pies tan fríos!

Oh, toma, toma los míos;

Yo tengo más en mí casa!»

 

«No sé bien, señora hermosa,

Lo que sucedió después:

¡Le ví a mi hijita en los pies

Los zapaticos de rosa!»

 

Se vió sacar los pañuelos

A una rusa y a una inglesa;

El aya de la francesa

Se quitó los espejuelos.

 

Abrió la madre los brazos.

Se echó Pilar en su pecho,

Y sacó el traje deshecho,

Sin adornos y sin lazos.

 

Todo lo quiere saber

De la enferma la señora:

¡No quiere saber que llora

De pobreza una mujer!

 

-«¡Si, Pilar, dáselo! Y eso

También! ¡Tu manta! ¡Tu anillo!

Y ella le dió su bolsillo:

Le dio el clavel, le dió un beso.

 

Vuelven calladas de noche

A su casa del jardín,

Y Pilar va en el cojín

De la derecha del coche.

 

Y dice una mariposa

Que vió desde su rosal

Guardados en un cristal

Los zapaticos de rosa.

José Martí